Últimamente el feminismo está de moda, lo que es un gran avance social. Sin embargo, muchas personas todavía no entienden ni aceptan que el feminismo significa igualdad. Los hombres que no aceptan el feminismo parecen amar a las princesas, mientras que los hombres que son feministas no aman a las princesas. Yo tampoco quiero que ella sea una princesa porquesi estoy sucio por haberme jugado en el fango para divertirme, quiero que ella se ensucie conmigo,
y no que estropee la diversión sólo para mantener su imagen. No quiero que ella sea una princesa, porque ya no depilo las piernas, ni el pecho, ni la barba, no tengo el derecho de exigirlo, ni siquiera si tomo la decisión personal de hacerlo. También no quiero que ella sea una princesa porque el espejo por la mañana me dice que dormí mejor cuanto más despeinado mi pelo está y, por lo tanto, también quiero que su pelo amanece despeinado tanto o más que el mío. También no quiero que sea una princesa porque me gusta tanto o más que ella de realizar los quehacer de la casa y, aunque yo no sea su modelo a seguir en ese aspecto, tampoco tiene que ser el mío. También no quiero que sea una princesa porque nunca me gustaron los cuentos de hadas. Siempre he sido más atraído por las brujas, no por su maldad, sino por su libertad a la hora de tomar decisiones.
Ser sapo de una "sapesa"
También no quiero que ella sea una princesa, porque no quiero ser su príncipe encantado. No quiero que ella sea una princesa, porque no tengo que pagar por las bebidas en los bares, ni invitar a cenar por costumbre, ni abrir puertas, ni pasar frío para parecer un varón, ni ser una máquina sexual que se baba todo al ver unos vestidos apretados.
También no quiero que sea una princesa porque no tengo que sostenerla y llenarla de joyas y rosas cada vez que se enoja. Joyas y rosas que ciertamente no quería. También no quiero que ella sea una princesa porque quiero que ella me busque, o tal vez prefiera que la gente se encuentre sin buscar. También no quiero que sea una princesa,
deseo que su físico no sea un objeto de deseo, sino sólo de su propia aceptación.
Princesas de sangre roja
No quiero que tenga sangre azul o cargue una corona de superioridad hablando de los demás por la espalda. No quiero que sea una princesa, ni que pertenezca a la realeza. Ni yo quiero ser el príncipe para cuidar de ella y traer de vuelta su zapato de cristal. Ni tener que ir a buscarla en unalimusina
para llevarla al baile cuando juntos podemos volar hacia la eternidad. tampoco quiero que sea una princesa porque no puede ser una modelo de pasarela, pero es una modelo como feminista. Mi modelo a seguir. También no quiero que ella sea una princesa, quiero que ella sea si así desea ser, pero sobre todo que sea ella misma y no el despropósito que la sociedad exige que sea.Quiero que usted me ame al amar usted misma
, y que si en ese amar usted se ama así como usted se ama, sin dejar de amarme.