Imagínese una pequeña isla en la que sus habitantes se sienten tan sanos y felices que se jubilan a los 80 años. Un lugar en el que el cáncer y las enfermedades del corazón prácticamente no existen, y en que llegar cerca de los 100 años sanos y felices es algo habitual. Porque esta isla existe. Es la isla de Okinawa, en el sur de Japón. Imagínese mientras escucha esta canción ...
Un estudio realizado por un grupo de científicos y publicado en el libro "The Okinawa Program," escrito por Mokoto Suzuki y Bradley Willcox, nos revela todos sus secretos. Hacemos aquí un resumen y les proponemos una pequeña utopía.
Okinawa, una pequeña isla en el sur de Japón, es el lugar de la tierra donde habitan las personas mayores del planeta. De hecho, el récord Guiness de la persona mayor del mundo pertenece a Jiroemon Kimura, que murió en 2013 con 113 años. El nuevo récord pertenece a su sucesora, Misao Okawa, con 115 años.
¿Cuál es el secreto de Okinawa?
A veces, las grandes respuestas están en los aspectos más simples: una alimentación sana, comer pequeñas cantidades, comer muchas frutas y verduras, tomar cada día unas tazas de té verde, hacer ejercicios y ser optimista, no complicar mucho la vida , descansar, usar como transporte sus propios pies o la bicicleta, trabajar en lo que tenga que usar un poquito de fuerza física y crear vínculos cercanos y sinceros con los vecinos. Esto es más que suficiente para que estos japoneses vivan tanto tiempo y sin enfermedades.Los occidentales tienen una habilidad especial para complicar la vida; para desconfiar de los demás en todo momento, hacer chismes y comentarios malvados sobre el vecino, el compañero de trabajo, el familiar, etc. ¿Quién es el "bueno"? Porque no salvamos a nadie, ni a nosotros mismos.
Está comprobado que el estrés continuo hace que se reduzca nuestra concentración
, nuestra memoria y nuestro apetito sexual. Además, nuestro metabolismo pierde fuerza, lo que nos hace engordar con más facilidad. Estos japoneses se mantienen saludables, flacos y felices durante toda su vida.
Desgraciadamente, es notable que la población joven de la isla está empezando a adquirir los malos hábitos occidentalesy norteamericanos, ya que una de las mayores bases de Estados Unidos en Japón se encuentra allí.
¿Por qué no hacemos una pequeña utopía y, aunque no lleguemos al estilo de los simpáticos nonagenarios de Okinawa, hagamos al menos pequeños gestos? ¿Por qué no ponemos una sonrisa en la cola del supermercado, proferimos unas palabras amables para nuestros vecinos, hacemos un pequeño favor sin esperar nada a cambio por el placer de sentir que estamos ayudando a alguien? "Vivir para otros no es sólo una ley de deber, sino también una ley de felicidad." - Auguste Comte -
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