Esta es una de las nuevas tendencias culturales, que como tantas otras, fue implementada por los jóvenes. Hasta hace poco, el objetivo de todos era hacer todo lo más rápido posible. Esto trajo grandes beneficios, pero también dejó muchos seres humanos al borde de un ataque de nervios.
La tendencia a exaltar la lentitud está ganando fuerza. La gente se dio cuenta de que es genial ir de un país a otro en pocas horas, pero también entendieron que hacer el amor en dos minutos, o almorzar en tres, no es una buena idea. "El hombre que camina más lentamente, que no pierde de vista su propósito, camina siempre más rápido que el que no persigue un punto fijo".
- Gotthold Efhraim Lessing -
Vivir las experiencias con rapidez, muchas veces, equivale a no vivirlas.
Además, la prisa aumenta el estrés, la ansiedad, y da lugar a una tonelada de problemas. Finalmente, no alcanzamos el objetivo de vivir más tiempo, pero sucede lo opuesto: disminuimos el tiempo de vida cuando la vivimos a un ritmo frenético. Las tendencias slow apuestan en la lentitud en varios aspectos cruciales de la vida. Estas tendencias no se originaron en ninguna secta o un grupo en particular. Ellas tienen diferentes orígenes y énfasis distintos. Lo que les es común es el rechazo de la aceleración sin límites del mundo actual.
Las tendencias Slow en la alimentación La alimentación fue el primer campo que asimiló la tendencia slow.
Todo empezó cuando el McDonald's llegó a Roma en 1986. Los cocineros de la región quedaron indignados. Una de las regiones con mayor tradición culinaria del mundo no podría, de repente, confrontarse con la competencia de las comidas rápidas.
Los italianos, así como otros pueblos con gran desarrollo culinario, no poseen comidas caracterizadas por la rapidez o facilidad. Es lo opuesto: un buen queso o un buen vino tiene el tiempo como un gran aliado. Y las mejores recetas pueden tardar varias horas o incluso días. En 1989 los mejores cocineros del mundo firmaron en París el manifiesto Slow Food.
Era un acuerdo basado en el rechazo de las comidas rápidas y que deseaba proteger las tradiciones y la buena alimentación. De esta forma, estaba consolidada la primera de las tendencias slow.
Las tendencias slow en la moda La moda fue el segundo territorio conquistado por las tendencias slow. Parece un poco contradictorio, porque la moda es un concepto asociado a lo efímero. Sin embargo, fue ganando fuerza un movimiento que busca
establecer una visión de la moda como algo responsable con el medio ambiente y socialmente sustentable.
Esta tendencia ganó más fuerza después de un trágico accidente en una fábrica textil en Bangladesh en 2013. Entonces surgió el hecho de que una buena parte de la industria de la moda pagaba "salarios de hambre" para los trabajadores y utilizaban métodos de trabajo peligrosos para el medio ambiente. La lenta de moda busca acabar con el hábito que la gente tiene que comprar mucha ropa barata.
Estas prendas generalmente no duran más de seis meses. Y el ciclo comienza de nuevo. Lo que se propone es comprar pocas ropas un poco más caras, pero de mejor calidad. La tendencia lenta también es un rechazo al mundo de los desechables.
De la moda y de la alimentación al mundo interior Las tendencias lentas tomaron el campo de la alimentación y de la moda. A continuación, se extendieron a otros campos, como la construcción y los viajes. Finalmente, viene ganando fuerza la idea de "ciudades lentas". A partir de este punto de vista,
soñamos con ciudades que no tienen más de 50 mil habitantes y donde la infraestructura sea adecuada para caminar o andar en bicicleta.
Surgió también la Educación Slow, una perspectiva que defiende una escuela donde los ritmos de aprendizaje de los estudiantes sean respetados, en la que se pueda flexibilizar el tiempo que los niños y los jóvenes deben permanecer en la escuela. El objetivo es adaptar todo al ciclo de la vida: que sea la motivación y el interés que orienten el aprendizaje del alumno, y no las imposiciones.
Todas estas tendencias son una forma revolucionaria de mirar hacia el futuro. Se ha vuelto cada vez más evidente que no somos piezas de un engranaje de producción, sino seres humanos en busca de un sentido para nosotros mismos y para todos. La lentitud, ciertamente, es un concepto que está ganando fuerza y marcar una luz al final del túnel.