No todos conocen la historia de Koko, la gorila más inteligente del mundo. Este hermoso animal nació en un zoológico de San Francisco en 1971. La psicóloga Francine "Penny" Patterson decidió adoptarlo para un estudio realizado en la Universidad de Stanford, en Estados Unidos.
El objetivo inicial era hacer una experiencia lingüística. La psicóloga intentaría enseñarle el lenguaje americano de señales para sordomudos. Si consiguiera ese hecho, podría comunicarse con ella y aprender de primera mano cómo pensaba un primate. "Primero fue necesario civilizar al hombre en su relación con el propio hombre. Ahora es necesario civilizar al hombre en su relación con la naturaleza y los animales ".
-Victor Hugo-
Después de 43 años de trabajo con Koko, todo lo que se puede concluir es que ella no paró de sorprender a aquellos que la conocen.
Su progreso ha sido impresionante. Ella no sólo aprendió perfectamente la lengua de signos, pero también ha dado mensajes cariñosos para el mundo y ha demostrado que en su interior hay mucho más que algunas habilidades de aprendizaje. El entrenamiento de Koko
Esta historia ha generado polémicas desde el principio. Al principio, todos dudaban que ella sería capaz de aprender el lenguaje de signos. Se creía que sería capaz de repetir los gestos de su entrenadora, pero sin comprender su significado.
La Dra. Patterson creía que ella la conseguía y la instruyó pacientemente.
La primera señal de que Koko entendía lo que ella estaba diciendo fue el hecho de que ella creó nuevas palabras. Un ejemplo de esto es la palabra anillo. La instructora le enseñó la palabra "pulsera" y la palabra "dedo", pero no la palabra "anillo". Pero un día, Koko combinó la señal de pulsera y dedo, para referirse a un anillo que su instructora estaba usando. Actualmente la Dra. Patterson dice que Koko administra un lenguaje de 1.000 señales en total y comprende 2.000 palabras en inglés. Además, hay vídeos en los que la gorila aparece emitiendo onomatopeas, es decir, sonidos deliberadamente producidos para comunicar algo. Algunos creen que podría decir algunas palabras.
La hermosa historia de Koko y Bolita
La doctora Patterson solía leer historias para Koko. Los preferidos de la gorila eran "El gato de botas" y una historia de tres gatitos. Casi todos los días le pedía a su instructora leer las mismas historias.
Un día, inesperadamente, Koko dijo que quería tener un gato. Coincidentemente, abandonaron tres gatos cerca de la granja donde vivía Koko. Uno de ellos era una hembra que no tenía cola y Koko la adoptó. En el lenguaje de signos, ella la apodó "Bolita". Desde entonces, ella se convirtió en una amiga inseparable para Koko:
cuidaba de la gatita con cariño, jugaban juntas y estaba siempre consciente de lo que hacía. Después de 15 años de amistad, Bolita fue atropellada por un coche y murió. Patterson le contó a la gorila que ella no vería más a su amiga.
Koko dijo que se sentía triste. Hay un vídeo en el que parece llorar cuando está sola. Esto podría comprometer lo que se pensaba sobre los animales como Koko: ella tenía conciencia de lo que es la muerte. La investigadora Maureen Sheehan interrogó a Koko al respecto. En el lenguaje de signos, ella respondió que los gorilas mueren por "problemas" o "vejez". También dijo que después de la muerte van a "un lugar cómodo". Y cuando se le preguntó si los gorilas se quedan felices o tristes después de la muerte, Koko respondió que ni uno ni otro. Ellos simplemente duermen.
El mundo interior de la gorila Koko
Un hecho que atrajo mucha atención y está documentado en video era la relación de Koko con el actor y director Robin Williams. Después de la muerte de Bolita, Koko se quedó triste por un largo tiempo. Ella sonrió nuevamente cuando Williams la visitó e hizo algunas bromas. El actor quedó muy contento con eso. Cuando le contaron sobre su muerte, Koko expresó profunda tristeza.
Otro episodio increíble ocurrió cuando un especialista explicó a Koko lo que es el cambio climático.
Ella se sorprendió y muy interesada en el asunto. A continuación, envió un mensaje a los seres humanos a través del lenguaje de signos. Ella nos pide para cuidar del planeta, para que no seamos estúpidos. Y alerta: "La naturaleza observa". Este hecho también está grabado en vídeo. El experimento con Koko muestra no sólo que la su especie está dotada de gran inteligencia, pero también tiene un mundo emocional muy rico.
Ellos son capaces de hacer juicios racionales y morales. Este caso confirma lo que muchos percibieron hace mucho tiempo: los animales y los humanos constituyen una hermandad, donde hay más similitudes que diferencias.