Pensar positivo y tener un mayor control sobre el flujo de nuestros pensamientos es invertir en calidad de vida. Porque el que controla la voz de la negatividad es capaz de influir directamente en sus propias emociones. Porque quien piensa y siente positivamente influye en su comportamiento, su organismo, e incluso su propia salud. Al final de cuentas, la felicidad parte de lo que ocurre dentro de nosotros mismos, no de fuera.
A pesar de que todos sabemos de estos principios, en nuestro día a día seguimos dando demasiada importancia a esta voz crítica que ama la negatividad. Es ella quien nos recuerda los errores de ayer. Es esa presencia que nos coloca hacia abajo, llevándonos a las puertas de la ansiedad, anticipándonos lo que puede o no ocurrir si hacemos esto o aquello. Antes de desesperarnos por este tipo de pensamiento que muchas veces nos caracteriza, vale la pena tener un punto muy claro. "Ningún pesimista jamás descubrió los secretos de las estrellas, o abrió una nueva puerta para el espíritu humano".
-Helen Keller-
Los neurocientistas nos recuerdan que el cerebro humano está programado para concentrarse en lo negativo.
No es una maldición ni un castigo impreso en nuestro ADN. Es nuestro mecanismo de supervivencia. Al anticipar los peligros (aunque no sean reales), preparamos nuestro organismo para defendernos de ellos. Sensaciones como la preocupación, la inquietud o la ansiedad liberan instantáneamente diversas sustancias químicas como el cortisol, para permitir que estemos siempre "alertas". Por otro lado, otra cosa que los neuropsicólogos también nos indican es que los pensamientos negativos actúan como el hábito de fumar
. No sólo afectan nuestra salud y el bienestar. Muchas veces quedan impregnados a nuestro alrededor, afectando a nuestras familias, amigos, compañeros de trabajo ... Porque el cerebro de aquellos que nos escuchan también sufre cambios, también se siente nervioso e irritable ... Aprendamos, por lo tanto, a pensar positivo, inviernos en calidad de la vida comenzando por entrenar nuestros pensamientos.Pensar positivo para entrenar su cerebro hacia el bienestar
Barbara Fredrickson es una conocida científica de la Universidad de Stanford, famosa por sus estudios en psicología positiva. Así como nos explica en sus estudios,
superar la influencia de la negatividad es un desafío que, una vez vencido, se transforma en una inversión rentable.
Más que un arte, pensar positivo es el resultado de un ejercicio continuo con el cual se busca modificar la programación de "fábrica" de nuestro cerebro. Como ya sabemos, nuestra mente tiene una inclinación natural para enfocar el lado negativo para garantizar nuestra supervivencia. Por lo tanto, debemos conseguir incluir dentro de nosotros otro camino, otro programa sofisticado para invertir no sólo en enfrentar los riesgos, sino también para invertir en bienestar, en felicidad. Al final de cuentas, el pensamiento positivo genera claridad, equilibrio y dirección . Nos ayuda a no perderse en los pantanos del miedo para ser más proactivos, más seguros de nosotros mismos.
Veamos a continuación cómo podemos entrenar nuestro cerebro para que aprenda a pensar positivo. 1. Entrene su atención para que esté enfocada en el presenteDaniel Goleman recuerda la importancia de entrenar nuestra atención en su libro "Focus". Debemos verla casi como un músculo, una entidad que debemos poner a nuestro servicio, y no al servicio de una mente errante. El objetivo es que este proceso psicológico básico esté más controlado por nosotros mismos que por estímulos externos o por un pensamiento anárquico.
Como curiosidad, vale recordar que
el circuito del pensamiento se extiende a lo largo del giro del cíngulo superior y de la corteza medial pre-frontal.
Nuestras racionalizaciones fluyen a través de estas estructuras cerebrales. A veces este camino de células, conexiones y neuronas es tan hiperactivo que es difícil tener control sobre él. En poco tiempo aparecen el agotamiento, el estrés, la apatía, la negatividad ...
- Una manera de controlar el pensamiento es controlar nuestra atención. Para lograrlo, no hay nada mejor que "desconectar" ese flujo de pensamientos. Durante al menos 15 minutos intentamos no pensar en nada. Imagine la superficie de un lago, silenciosa y lisa como un espejo. Todo está en equilibrio, no hay sonidos. Sólo calma.
- Una vez que podamos silenciar la voz de los pensamientos, concentraremos nuestra atención en lo que nos está involucrando. En el momento presente. 2.Pensar positivo, el arte de tener un propósito Pensar positivo exige tener un propósito. La negatividad y todo ese ruido de pensamientos inviabilizantes son como un ciclón sin rumbo que lo lleva todo. Por lo tanto,
- para romper con esa tendencia mental improductiva es preciso definir nuestro propósito.
Quiero sentirme bien, quiero tener calma, quiero alcanzar mis objetivos, quiero estar bien conmigo mismo ...
Compartir Todas estas metas siguen una dirección, un sentido claro. Así, y una vez que tengamos nuestra atención enfocada en el momento presente, lo que haremos es enumerar nuestros propósitos uno por uno, con convicción.
La definición de objetivos es una clave para el bienestar, es dar sentido a la vida, es fascinar y dejar que esas emociones positivas influencien nuestra conducta. 3.Trele la capacidad de su cerebro para trabajar con información positiva
Pensar positivo no sólo requiere foco, atención adecuada, propósitos y voluntad. También requiere construir redes en nuestro cerebro para recordar la importancia de trabajar con la información positiva. ¿Qué queremos decir con eso? Básicamente, aunque digamos a nosotros mismos: "tengo un objetivo a cumplir", nuestra mente a veces sigue posicionada en mecanismos antiguos, en una ruta de acciones negativas e inviabilizantes.Para trabajar con información positiva es necesario eliminar nuestras actitudes limitantes.
Además, es necesario crear un yo más relajado, más abierto a las experiencias y más optimista.
Debemos dejar los errores del pasado de lado para poder ver las oportunidades del presente. De la misma forma, será muy importante aprender a utilizar filtros para quedarnos sólo con la información útil, aquella que ayuda y que estimula, y no la que nos coloca una vez más en nuestra zona de confort. Para concluir, sabemos que pensar positivo sin duda nos permite vivir mejor y aprovechar un equilibrio interior adecuado. Ahora, el "pensamiento positivo" exige también un profundo trabajo personal . Debemos reconciliarnos con nuestro "yo" presente para sentirnos merecedores de algo mejor. Sólo así nuestro "yo" futuro se consolidará como alguien más fuerte, más creativo y más amable consigo mismo.