¿Cómo las vacaciones afectan las relaciones?

Las vacaciones afectan las relaciones de alguna manera, pues cambiamos el compartir unas horas al día y los fines de semana por quedarse las 24 horas del día juntos. Las vacaciones son un período que requiere una adaptación, que será un éxito o un fracaso, dependiendo de las características de la relación y de la flexibilidad psicológica de cada uno de los miembros.

A continuación explicaremos por qué la relación se ve afectada por las vacaciones, cuáles son los principales conflictos con que las parejas se ocupan de ese período del año, y cómo puede mejorar su relación siguiendo tres simples ideas.

¿Las vacaciones afectan las relaciones amorosas más que las otras relaciones?

Sí, la respuesta a esta pregunta es positiva. La relación amorosa tiene características que lo diferencian de otras relaciones interpersonales, como las relaciones de familia, amistad o trabajo. A diferencia de las relaciones que tenemos con los miembros de la familia, que en la mayoría de los casos entendemos como relaciones incondicional (suceda lo que suceda, es nuestra familia), la relación es condicional (dependiendo de cómo sea, continuaremos juntos o no).Por estos motivos, es muy común tener más paciencia con los familiares que con su pareja o su pareja.

Porque, aunque de manera inconsciente, siempre tenemos en mente que elegimos a nuestro socio oa nuestra pareja, mientras que la familia es la que tenemos y no se puede escoger. En general, las personas tienen más tolerancia con los miembros de la familia nuclear y directa (madre, padre, hermanos, primos, etc.) que con el compañero o compañero, con quien solemos ser más exigentes. ¿Cómo las vacaciones afectan las relaciones? Las vacaciones provocan cambios muy importantes en nuestra rutina.

Durante la mayor parte del año, estamos presos a horarios, rutinas, tareas (hijos, trabajo) y el compañero o la pareja se quedan en segundo plano. Por eso, funciona más como un equipo que como una pareja en términos románticos.

Con la llegada de las vacaciones, la pareja pasa al primer plano, ya que es un momento en que hay más tiempo libre para estar juntos. Al pasar al primer plano y dedicar más atención y tiempo, surgen una serie de fricciones que, si no reciben el tratamiento adecuado, acaban provocando conflictos o problemas. Estos son algunos posibles problemas que muestran cómo las vacaciones afectan a las relaciones:

Problema nº1: "Es como si mi (mi) socio (a) me molestara"

Este problema aparece cuando, acostumbrado a estar en el "nuestro ambiente", o mejor, ocupados con nosotros y con nuestras obligaciones, nos vemos "forzados" a renunciar a parte de nuestro tiempo y de nuestro propio espacio y cedirlos a nuestro socio o compañero.

En otras palabras, si durante todo el año usted pasa poco tiempo con su pareja porque está cuidando de su trabajo, de su vida social, de sus hijos - si los tiene -, durante las vacaciones usted se ve en la situación de pasar mucho tiempo con su pareja, y puede ser que usted no esté acostumbrado a eso.

Aunque las personas pasan mucho tiempo juntas y funcionan bien todo el año, ellas tienen intereses y costumbres diferentes, únicos. Durante todo el año usted puede satisfacer sus necesidades a nivel individual, pero en las vacaciones, al pasar más tiempo con su pareja o su pareja, es necesario también atender los intereses y las necesidades de él o de ella. Esto puede representar una cierta incomodidad, que es normal. Pero es necesario saber manejar correctamente para no ver a nuestro socio o compañero como una persona que "nos molesta" porque no nos deja hacer las cosas que "siempre hacemos". "El amor comienza cuando una persona siente que las necesidades de la otra son tan importantes como las suyas." -Harry S. Sullivan-

Problema nº 2: "No aprovechamos el tiempo en las vacaciones, no hacemos nada" Hay parejas que se irritan porque tienen la sensación de que no aprovechan el tiempo en las vacaciones. Se quedan en casa, van a visitar otra ciudad ver a la familia o, incluso, hacen un viaje que no acaba siendo una buena experiencia. En estos casos, el conflicto surge cuando ambos miembros de la pareja se quedan esperando que el otro planifique el período de las vacaciones o tome la iniciativa y proponga actividades, paseos o salidas. Puede tratarse de una pareja en la que uno asumió el papel de quien "propone y dirige" y el otro el papel de "hacer y no sugerir".

Puede ser que uno de los integrantes de la pareja no tenga facilidad para proponer actividades de ocio en las vacaciones y que, por eso, el otro se encargue de proponer y planificar. El conflicto surge cuando quien "propone y dirige" se cansa de ser quien hace todos los esfuerzos y entonces la responsabilidad de aprovechar el tiempo en las vacaciones recae en una persona que no sabe hacer eso porque, básicamente, nunca lo hizo.
Así, ambos miembros de la pareja depositan en el otro la responsabilidad de aprovechar las vacaciones y, como nadie asume la situación (cada uno por sus motivos personales), las vacaciones se transforman en un momento de críticas en relación a lo que se hace y a lo que no se hace.

Llega el momento en que criticamos al otro porque no fuimos a determinado lugar o porque él o ella no dijo, no propuso, porque a pesar de la actividad o del paseo fueron sugeridos, nadie dio el primer paso.

Problema nº3: "De repente me doy cuenta de todas las cosas malas"

Es normal ver en nuestro socio o compañera actitudes y comportamientos de los que nos gusta y otros de los que no nos gusta. También es normal tener ciertas expectativas en relación a cómo el otro debe ser. Y cuanto más tiempo pasamos con una persona, es normal que esos "defectos" que observamos en ella nos incomoden. Así que, cuando pasamos más tiempo juntos, tenemos la sensación de que lo que nos molesta se vuelve aún más irritante. De esta manera, en lugar de desarrollar una tolerancia, lo que aumenta es nuestra sensibilidad. Por ejemplo, si usted se molesta de que su pareja o pareja sea lenta o lenta por la mañana, cuando esto suceda en las vacaciones usted tendrá una significativa sensación de malestar. Porque esta costumbre puede llevarlo a pasar la mañana sin hacer nada, llegar tarde a lugares que quería visitar o tener la sensación de que su pareja le retrasa, y que así usted no puede aprovechar bien sus vacaciones.

En ese punto, surge el conflicto cuando las características de las que no nos gusta son más valoradas que las que nos gustan. Además, las personas se vuelven más exigentes con los demás en las vacaciones porque ese es un período de tiempo por el que esperamos todo el año , en el que invertimos dinero y tiempo. Por esos motivos, en las vacaciones tenemos un margen más estrecho de tolerancia a la frustración, queremos que todo sea perfecto y soportamos menos los contratiempos que en otros momentos aceptaríamos sin que nos perturbar tanto.

¿Es inevitable tener una crisis de pareja en las vacaciones?

No, definitivamente no es inevitable. Es verdad que las vacaciones afectan las relaciones y ponen a muchas parejas a prueba. Sin embargo, si la relación es sana y sólida, todo va bien.

Así, puede haber discusiones en las vacaciones como resultado de pasar más tiempo con el otro, pero no hay motivos para ocurrir una crisis de pareja.

La mejor manera de no tener una crisis de vacaciones es trabajar a nivel personal para tener una buena relación. Para ello, a continuación vamos a explicar una serie de ideas prácticas para mejorar y hacer crecer su relación. 3 ideas para mantener los conflictos controlados en las vacaciones1. Esforzarse para encontrar los puntos positivos de los que le gusta en su pareja o pareja

Es muy importante tener los cinco sentidos siempre preparados para detectar lo que más te guste en tu pareja o pareja.

Los seres humanos tienen una importante tendencia a absorber y valorar más el negativo que el positivo. Tenemos que luchar activamente contra esta tendencia para poder hacer crecer el lazo que nos une a nuestro socio o compañero. "Siga su corazón, pero lleve su cerebro con usted." -Alfred Adler- Además, es de vital importancia hacer el otro saber de los detalles de los que más le gusta en él o en ella. Es muy reconfortante ser considerados buenos en eso o en aquello o que nos digan que estamos atractivos. Estas cosas aumentan nuestra energía positiva, lo que nos trae un reflejo de nuestros mejores ángulos.

2. Practique una buena comunicación, con escucha activa, empatía y contacto visual

La comunicación es el elemento clave para articular satisfactoriamente las diferencias con su pareja o pareja.

Además, es un vehículo que nos permite establecer relaciones poderosas e íntimamente conectadas. Para que la comunicación sea efectiva, debe ocurrir a través de la escucha activa, con empatía y manteniendo contacto visual. Haciendo el otro saber que cuenta con todos sus sentidos.

3. Planifique las vacaciones y separe un tiempo para que cada uno quede "libre" Estar de vacaciones no tiene porque significar pasar todo el tiempo juntos. Es muy sano y beneficioso para la pareja que ambos tienen momentos en que cada uno puede quedarse solo.

Saber estar consigo mismo es la mejor receta para ganar seguridad y confianza en sí mismo y diseñar todo esto en su relación. Se permite un momento de intimidad y soledad que le ayude a conectar con sus emociones y sus necesidades individuales.
Por fin, no se olvide de que la relación es una parte de su vida de la que usted necesita cuidar y cultivar durante todo el año.

Las vacaciones van a poner su relación a prueba, pero si la relación es sólida y los puntos positivos mayores que los negativos, una discusión no necesita significar que su pareja o su pareja está equivocada o equivocada, ni llevar al final.