¿Qué es lo que el rechazo a la escuela tiene que ver con la ansiedad de los alumnos?

¿Qué sentimientos tienen los alumnos acerca de la escuela? Esta cuestión es esencial para entender la actitud de los estudiantes hacia el aprendizaje. Porque si ellos tienen una visión positiva sobre ella, su motivación aumenta el esfuerzo y su instrucción será facilitada. En cambio, los sentimientos negativos tienen relación con la baja calidad del aprendizaje y con el rechazo a la escuela.

Diferentes estudios apuntan datos alarmantes sobre el rechazo de los estudiantes a la escuela. Algunas encuestas muestran que entre el 28% y el 35% de los estudiantes no quieren ir a la clase. Estos datos nos muestran cuán grave es la situación y la necesidad de resolver este problema, ya que la motivación no deja de ser esencial en el proceso de aprendizaje.

Eso es aún más triste y preocupante si asumimos que la mayoría de nosotros, incluyendo niños, tiene una motivación innata para adquirir conocimiento y autorrealización. La escuela es una institución que, en principio, está destinada a cubrir esta necesidad, para que este proceso sea gratificante. Pero este no es el caso, lo que nos lleva a la conclusión de que debe haber ciertos factores que influencian negativamente la percepción de la escuela.

Causas del rechazo a la escuela

El factor central que explica ampliamente el rechazo de los alumnos a la escuela es la ansiedad escolar. Cuando la ida a la escuela provoca un alto grado de estrés en los estudiantes, las tendencias de evitar este ambiente se desencadenan. Esto sucede cuando el cuerpo da más importancia a la ansiedad que la escuela provoca que a la gratificación adquirida por el aprendizaje y la autorrealización supuestamente alcanzadas. Se debe tener en cuenta que los aspectos negativos y de corto plazo (como la ansiedad escolar) son mucho más fuertes que los estímulos positivos a largo plazo (como la autorrealización al ir a la escuela).

Ahora, por qué los alumnos sufren de ansiedad en la escuela? Para analizar esta cuestión, es mejor asumir otra perspectiva y colocarse en lugar de cualquier niño que vaya a la clase. Si lo hacemos, percibimos inmediatamente que ellos tienen un cronograma muy largo, presión por alto rendimiento, clases aburridas y poco motivacionales.

La ansiedad escolar es una de las principales causas de rechazo a la escuela.

Horario escolar

En relación a la programación, cualquier niño se levanta cada mañana de lunes a viernes para estar de 6 a 8 horas en la escuela. Además, todos los días, cuando llegan a casa, deben completar una serie de tareas escolares que llevan más de 2 o 4 horas. Y si, además, quieren pasar las pruebas, tendrán que dedicar más tiempo para estudiar y revisar los asuntos, digamos cerca de una hora al día. Si hacemos las cuentas, serán

aproximadamente 50 a 65 horas por semana , mucho más que una jornada de trabajo legal. Además, gran parte de los padres ocupan el resto del tiempo del niño con actividades extracurriculares. Esto resulta en una gran ansiedad debido a la falta de tiempo libre, lo que provoca un rechazo a la escuela ya todo lo que representa, porque está lejos de cubrir cualquiera de sus intereses, por más relacionados con el conocimiento que estén. El tiempo libre es esencial para satisfacer otras necesidades del niño, como jugar.Presión por un alto rendimiento

Nuestro sistema educativo utiliza un sistema de evaluación que generalmente proporciona informes en forma de notas o números asociados al desempeño escolar. Esto a veces resulta en un sistema altamente competitivo que valora a los que toman notas altas y penaliza a los que no se salen tan bien.

Además, existe una fuerte tendencia a atribuir la reprobación o aprobación solamente al alumno, cuando de hecho es responsabilidad del profesor que sus alumnos adquieran el conocimiento. Así, esa responsabilidad aumenta cuanto más pequeños sean los alumnos.

Esta situación hace que la tensión aumente en los alumnos, presionados para obtener las mejores notas de la clase y olvidando que el objetivo final es el aprendizaje, asimilar el conocimientoy adquirir herramientas y recursos de investigación. Por lo tanto, es probable que los alumnos que no cumplen con las expectativas de rendimiento se sienten ansiosos.

Imagínese una escuela que, en vez de presionar a los estudiantes a pasar en las pruebas, se concentre en llenar sus carencias y pontencializar sus fuerzas. Es fácil imaginar que la ansiedad debido a ese factor desaparecería, ya que ellos no tendrían estándares elevados para cumplir y no verían más la evaluación como una amenaza. Clases basadas en el aprendizaje pasivo Este factor no influye directamente en la ansiedad de los alumnos, sino que incentiva indirectamente el rechazo a la escuela.

Si las clases no son excitantes y suficientemente interesantes, la motivación para aprender se reducirá

. Esto significa que, con un nivel mínimo de ansiedad, cualquier intención de aprender desaparece.

Usted sólo necesita ir a una clase para ver que la mayoría de ellas tienen el formato de una conferencia, donde el profesor da clases magistrales que los alumnos deben memorizar, sin que sea necesario cuestionarlas -de hecho, muchas veces la reflexión , frente a la repetición, es castigada. Los conocimientos llegan al alumno en su versión más superficial, y sin unirse a otras construcciones o esquemas mentales. Este tipo de aprendizaje es aburrido y desmotivador, ya que la diferencia no es muy comparada con otros tipos de tareas, como la memorización de una lista de números sin significado.

Para que los alumnos estén o permanezcan motivados por el aprendizaje, estos nuevos conocimientos deben ser relevantes para ellos. Y eso se logra a través de un aprendizaje activo que alienta la ruptura de sus teorías intuitivas y provoque en ellos una nueva visión de su realidad. Si queremos una educación de calidad, no podemos tener un sistema que cause tanta ansiedad en los alumnos. Una vez que no podemos forzarlos a aprender, la autorrealización debe ser la motivación intrínseca que los mueve y de la cual la escuela se alimenta.