El sistema nervioso es un enmarañado de neuronas y células gliales de enorme complejidad. En última instancia, son las estructuras que van a determinar nuestros comportamientos, pensamientos y emociones. Estas unidades nerviosas se agrupan en estructuras mayores para poder cumplir sus funciones, y cada uno de esos grupos sólo será un grano de arena en esa máquina tan compleja que es nuestro cuerpo. Una de las estructuras más notables del sistema nervioso es el cerebro, y éste se divide en una serie de áreas llamadas de lobos. Entre los lobos cerebrales está el lobo frontal, que será el protagonista de nuestro artículo.
Antes de cualquier cosa, debemos entender que los lobos son definiciones teóricas a partir de la división de la corteza cerebral. Esta división se realizó en función del papel que las partes desempeñan en los diferentes procesos y la ubicación. Podemos hacer una analogía con la Tierra: si el cerebro fuera la Tierra, los lobos serían los continentes. Esta clasificación es muy funcional, ya que nos sirve de mapa para localizar con facilidad ciertos puntos en la superficie del cerebro. La corteza cerebral se compone de
6 lobos funcionales: frontal, parietal, occipital, temporal, insular y límbico. En el presente artículo vamos a concentrarnos en lo que podríamos decir ser el más relevante de ellos, el lobo frontal. Comenzamos destacando el área que ocupa, ya que es un tercio del total del área de la corteza. Estructura y funciones del lóbulo frontal
El lóbulo frontal se encuentra en la parte más anterior del encéfalo, más precisamente ocupando toda la corteza cerebral desde el surco central.
Se considera un lobo muy importante debido al hecho de que cumple funciones centrales en el procesamiento de la información, especialmente las informaciones que tienen un carácter ejecutivo. Además, podemos decir también que el lobo frontal está dividido en múltiples regiones que lo dota de una gran variedad de funciones. Al agrupar las diferentes estructuras funcionales de este lobo, podemos hablar de dos grandes áreas. Una de ellas sería el área correspondiente a las funciones motoras, el córtex motor, cumpliendo todas las funciones del movimiento. La otra área sería la corteza prefrontal, encargada de los procesos ejecutivos, de la toma de decisiones y de diferentes aspectos relacionados con la regulación de las emociones.
Córtex motor
El córtex motor del lóbulo frontal será el gestor de todos los sistemas eferentes del cuerpo.
Gracias a él, podremos realizar todo tipo de actos y acciones motoras de carácter voluntario. Esta estructura será encargada tanto de la planificación del movimiento y de transmitir las órdenes a los músculos para que ellos entren en acción. Es importante enfatizar que esa parte del córtex sólo se encarga de los movimientos voluntarios, el sistema motor involuntario tiene su base en otras estructuras, como en los ganglios de la base y en el cerebelo. Podemos encontrar tres subáreas relevantes de ser mencionadas dentro del córtex motor.
El área pre-motora.
- Es la encargada de la planificación y de la programación de los movimientos. Antes de la realización de cualquier movimiento, las neuronas de esa área se encargan de establecer los músculos y los pasos necesarios para que ocurra de la forma correcta. El área motora primaria
- . Es la parte cortical que se encarga de realizar el paso a paso preparado por la corteza pre motor. Es decir, es la encargada de iniciar la acción del movimiento, enviando las órdenes a los músculos.El área de Broca.
- Es la encargada de la producción del lenguaje. Su función es coordinar los músculos fonológicos para que la persona pueda hablar y pronunciar. También está relacionada con la producción de la escritura. Para conocer más sobre ella, haga clic aquí. Córtex pre-frontal
Esta región es responsable del sistema ejecutivo y por procesar la información del cerebro humano. La córtex pre-frontal del lóbulo frontal es la base, en última instancia, de la cognición, del comportamiento y de la respuesta emocional de los humanos. Es la parte mediadora entre muchas otras estructuras que se distribuyen a lo largo del encéfalo, teniendo un papel clave en la toma de decisiones.
No podemos dejar de mencionar que las funciones ejecutivas son un conjunto de habilidades cognitivas de orden superior que controlan nuestro comportamiento y nuestras emociones. De otro modo, podemos decir que todos aquellos procesos que tratan de gestionar, organizar, coordinar y dirigir se realizan en esta área. Se podría describir como el procesador de un ordenador si hiciéramos una comparación con estas máquinas. Dentro de esta área cortical podemos distinguir tres regiones con gran importancia funcional:
La corteza frontal dorsolateral.Región conectada con otros lugares de otros lobos que transforma el pensamiento en planes, comportamientos y decisiones. La corteza frontal dorsolateral está muy relacionada con procesos psicológicos superiores como la memoria de trabajo, la metacognición, el control atencional, la flexibilidad cognitiva, etc.
El área cingulada.
- Sus funciones están altamente relacionadas con la regulación de los procesos de motivación. Se encarga de inhibir o incitar la acción en el individuo. También se encarga de ciertos procesos relacionados con la regulación y la atención de la atención. La corteza orbitofrontal.
- Cumple la misión de controlar la afectividad y el comportamiento social. Tiene parte en el procesamiento y regulación de emociones y estados afectivos, adaptando el comportamiento en función del contexto. El lobo frontal es una de las estructuras más relevantes dentro de nuestro encéfalo. Su estudio, a través de las diversas técnicas neurocientíficas, nos da una información muy valiosa:
- entender su estructura y su funcionalidad nos acerca más a comprender nuestra biología y nos da pistas sobre su relación con nuestros comportamientos, emociones y pensamientos.