Todos hemos escuchado hablar del famoso "efecto placebo". Es posible, incluso, que usted ya lo haya experimentado muchas veces en la vida. Hay una infinidad de estudios que lo evalúan, algo que no ocurre con su opuesto, el desconocido "efecto nocebo". Este aparece en circunstancias similares, pero las investigaciones publicadas son escasas, lo que confiere al término un cierto misticismo.
El efecto placebo es, desde hace años, uno de los aliados de médicos e investigadores.Por un lado, es muy eficaz a la hora de hacer experimentos sin dañar a los individuos; por otro, permite al especialista descartar problemas graves de algunos de carácter mucho más ligero.
No es extraño encontrar situaciones en las que los propios padres, ante un dolor expresado de forma exagerada por los hijos, les dan una bala diciendo que es un calmante. La mayoría de las veces suele funcionar (siempre y cuando no sea un caso de fuerza mayor), demostrando que la sugerencia es más poderosa de lo que creemos. ¿En qué consiste el efecto nocebo?
Así como su antagonista,
el efecto nocebo funciona debido a las falsas expectativas.La diferencia es que en este último éstas son bastante negativas. El paciente cree que el fármaco puede traer efectos adversos, que la mayoría de las veces acaban realmente manifestándose.Estos efectos desaparecen en el momento en que el sujeto descubre que está siendo falsamente informado.
El increíble proceso neurológico que produce estas alteraciones se debe a la estimulación de la corteza prefrontal, orbifrontal y cingular anterior. Lo mismo ocurre con la amígdala, la médula espinal, la sustancia gris periaquedrica y el núcleo accumbens, que según estudios de resonancia magnética, afectan la percepción de salud.También tenemos que tener en cuenta la importancia del medio, la actitud de la persona y la forma de administración del nocebo. En general,
los estudios sobre este efecto no suelen estar exentos de polémica debido a su confrontación ética.Recibir un tratamiento inerte a un paciente sin decir la verdad puede acarrear muchos problemas. La polémica se centra en la figura del médico, cuyo juramento es intentar minimizar los síntomas, no empeorarlos y mucho menos provocarlos.
"La felicidad está, ante todo, en la salud."
- George William Curtis-
El precio del medicamento, factor determinante en el efecto nocebo
Según un estudio publicado recientemente por la revista
Science , el precio del medicamento, el medicamento tiene una gran influencia en esta reacción inconsciente.Un grupo de investigadores repartió entre una muestra de 49 sujetos algunos frascos llenos de crema. A los participantes se les comunicó que se trataba de un experimento para tratar la dermatitis atópica mediante dos sustancias que, en realidad, eran sólo una.Los frascos de color azul (asociados a un alto precio y calidad) contenían la misma crema que los frascos rojos (asociados a medicamentos más accesibles). A los voluntarios se dijo que era probable que experimentar una sensación de ardor, debido a la hipersensibilidad de la piel. Debían colocar la crema durante media hora, para luego someterse a un dispositivo que generaría calor.A pesar de lo que pudiera parecer, los resultados fueron realmente esclarecedores.
Las personas que habían recibido la crema de botella azul decían sentir más dolor que las del otro grupo.
Esto se debe a que los participantes asocian la crema más cara a efectos más potentes. Un engaño psicológico que siguió repitiéndose una y otra vez, con mayor intensidad. Por otro lado, los investigadores descubrieron que las zonas del cerebro que se activaron durante el estudio fueron las mismas que las del "efecto placebo". La diferencia principal se encontraba en la sustancia gris, que apareció a través de poblaciones diferentes de neuronas. De esta forma, se constató que, aunque las mismas áreas intervienen, los patrones de activación fueron muy diferentes.El nocebo y la fibromialgia
Los experimentos parecidos fueron conducidos con pacientes de fibromialgia. Después de descubrir que los que sufren con esta enfermedad son los más propensos a experimentar los efectos negativos de un fármaco, se decidió tratar un grupo con nocebos. Estos, completamente inocuos, provocaron tal malestar a los enfermos que muchos de ellos tuvieron que incluso abandonar el tratamiento. El "efecto nocebo" nos hizo reformular muchas dudas.Para empezar, ¿por qué no hay más investigaciones al respecto, si sus efectos son tan espectaculares en tantas personas? Aunque no existan estudios sobre la personalidad que lo refuercen, es verdad que la motivación de un individuo puede interferir en los resultados.
Las personas que se obsesionan con los supuestos cambios producidos por el fármaco son más propensos a sentir dolor.
El cerebro, una vez más, es una potente arma que tenemos que saber manejar.
La hipocondría que aparece en algunos casos puede influenciar negativamente la sintomatología de un paciente. Si podemos controlar cómo enfrentamos lo que tememos, será más difícil experimentar el "efecto nocebo", también conocido como el hermano malvado del efecto placebo.