Quien amamos está siempre cerca

587 kilómetros, 27 días y unas 17 ciudades de pura realidad física nos separan, pero como decía Julio Cortázar,lo que una persona ama está siempre cercay nosotros estamos más cerca que nunca. Somos la mejor prueba de que las relaciones se cultivan poco a poco, de forma consistente, y con mucho más esfuerzo si hay distancia involucrada.En otras palabras, ¿conoce esta sensación de haber estado fuera y lejos de sus seres queridos durante mucho tiempo y volver como si todo hubiera cambiado, menos la relación de ustedes? Es lo que sucede con nosotros:siempre estamos cerca, estando lejos, porque no nos permitimos olvidar.Nuestra casa nos acompaña a donde fuimosPor varios motivos, no es raro que nos separe de alguien que amamos por un determinado período de tiempo:

por cambiar a otra ciudad, tener que buscar trabajo en otro lugar, tener familia esperando en otro país, etc."A usted puedo decir que, para mí, cualquier lugar es mi casa

si es usted quien abre la puerta

".-Elvira Sastre-

Las mayores preocupaciones que nos surgen antes de partir tienen que ver con lo que va a suceder con nuestros propios sentimientos y con los de quienes dejamos atrás: ¿se van a olvidar de mí? ¿Nuestra relación va a cambiar? ¿Vamos a poder manejar esto? Estas son preguntas muy comunes.
Estas personas que dejamos son nuestra 'casa' y cuesta mucho pensar que de alguna manera se dejan atrás.
Sin embargo, cuando llegamos al destino, nos damos cuenta de que lo que habíamos llamado 'casa' viene con nosotros y nos sigue acogiendo.

Continuamos a considerar nuestro hogar porque lo llevamos a lo que hacemos, lo que somos y lo que pensamos: es parte de nuestra esencia, la cual se enriquece con personas nuevas, pero no se olvida de lo que ya tenemos.

Cumplicidades más fuertes que los obstáculosLas complicidades que se establecieron antes de partir son responsables del éxito del tiempo de separación y del retorno: dicen que

los vínculos que superan distancias son más fuertes , pero es necesario que ya lo sean antes para superar las barreras de la ubicación.Ciertamente el esfuerzo es más fácil cuando amamos de verdad, ya que sólo así la voluntad de permanecer está predispuesta:

lo que se ama está siempre cerca

porque sabemos lo que significa para nuestra vida y no queremos perderse por nada en el mundo. "No sé lo que era, pero teníamos algo especial y lo sabíamos. Daba para ver cómo nos movíamos y hablábamos. No hablábamos mucho, tomábamos todo como cierto, y eso era lo que dejaba el mundo todo negro, el aire de seguridad que despedíamos ".-Charles Bukowski-

En el momento del reencuentro, parece que el mundo que dejamos atrás avanzó sin nosotros: la gente siguió con sus vidas y ahora usted tiene el trabajo de saber incorporarse otra vez.Si la complicidad ha sido mantenida, pronto usted percibirá que las relaciones no cambiarony que en poco tiempo podrá trazar una línea entre lo que fue y lo que será. Sufre más el que espera o quién nunca esperó por nadie?

Las separaciones traen, en mayor o menor grado, diferentes niveles de sufrimiento, ya que distanciarse de los demás es complicado, aunque sea por poco tiempo: las despedidas suelen ser difíciles para la mayoría de las personas, aunque sean temporales.

Sin embargo, Neruda nos lanza la pregunta de este subtítulo: ¿sufre más quién espera por alguien o quién no tiene a nadie por quien esperar? En otras palabras, duele sentirnos solos y no poder abrazar a quien está lejos, duele la distancia de quien está cerca y nos reconforta la cercanía de quien está lejos.Sea cual sea su respuesta a esta pregunta, el más beneficioso parece ser aprender a apreciar la independencia que nos es permitida:quien nos ama estará siempre cerca y volverá con más voluntad que nunca de estar con nosotros. Por otro lado, si no esperamos por nadie, nuestra principal tarea será cultivar el amor propio.

"A veces, sólo toma 56 segundos de conversación inalámbrica para alegrar el día de alguien que está a kilómetros de distancia.

Y todos tenemos 56 segundos libres. "

-Carlos Miguel Cortés-