Una relación amorosa se construye con tiempo, amor y una buena gestión de muchos hábitos que empiezan a surgir en el día a día, entre ambos integrantes.
Cuando pasamos un tiempo saliendo con nuestro compañero, la falta de atención a nuestros hábitos puede ser muy perjudicial para la relación, pues sin que seamos conscientes llegamos a justificarnos sin buscar solución.Una pareja es como un jardín que hay que ir cultivando con el paso del tiempo.
Es bueno tener en cuenta, si queremos tratar este tema de forma equilibrada, que cada pareja tiene sus propias características dentro de la relación, así como su propia forma de comunicación. A continuación, enumeramos los hábitos más comunes en las relaciones amorosas que, con el paso del tiempo, contribuyen a su deterioro y estancamiento.
¿Cuáles son los hábitos negativos más comunes en las relaciones?
1. Hablar sólo de trabajo y de estudios
El comienzo de las relaciones amorosas genera novedad y entusiasmo hablando de cualquier cosa. Durante los primeros meses todo es nuevo, pero es verdad que cuando vamos conociendo a nuestro socio más y más, empezamos a dejarnos llevar por preguntas mecánicas, simplemente basándonos en nuestro día a día como algo rutinario.
Para mantener la salud dentro de una relación, es importante no dejar que las conversaciones se reduzcan a temas como trabajo y estudios. Si eso ocurre, llegará el día en que no vamos a tener sobre qué hablar, pues esos asuntos van a acabar.Es importante mantener la curiosidad y la voluntad de aprender
, en ese punto tan importante y vital como es la comunicación entre los seres humanos. 2. Olvidar fechas importantes
Es muy fácil olvidar fechas de cumpleaños de un familiar o simplemente un evento que nuestro socio quisiera participar junto a nosotros. Si empezamos a olvidar "sin querer" fechas con alguna connotación importante para la otra persona, podemos ir mostrando una falta de interés y negligencia de nuestra parte,desgastando poco a poco la relación, hasta llegar el punto de no sentirnos a gusto compartiendo algo más.
Anote las fechas en una agenda o en su teléfono móvil; esta puede ser una buena opción. 3. Acabar con los elogios
Todos nos gustan, en mayor o menor grado, de recibir elogios, de oír que estamos bien, que somos grandes personas, etc. Estos comentarios podrían incluso ser detalles pequeños, pero son fundamentales para mantener encendida la chispa de una relación. Una de las sensaciones más determinantes y perjudiciales que podemos vivir en una relación a dos es hacer el otro entender que ya no nos interesa por su aspecto físico o su forma de ser
y, consecuentemente, llevar a la persona a perder la ilusión por cuidar para nosotros.
4. Deshacerse de nuestro visual
Un hábito que solemos dejar de lado, por no encontrarnos necesario con el paso del tiempo, es cuidar en nuestro aspecto físico. Si estamos solteros, acostumbra cuidar mucho más de todo lo que tiene que ver con nuestra imagen
, pero si ya encontramos nuestra mitad de la naranja, poco a poco el "no tener la necesidad" de atraer a otras personas va disminuyendo ese punto. Cuando hablamos de ser conscientes de este hábito, no nos referimos a tener que cuidar exageradamente de él. Simplemente podemos demostrar a nuestro socio que seguimos tratando de atraer su atención. No es que necesitamos cuidar de nuestro visual sólo por los demás, basta con seguir disfrutando de nosotros mismos. ¿Por qué, si no te gusta de ti mismo ... cómo sabrá manejar lo que los demás hablan de ti? 5. Colocar a las otras personas en el frente
Nuestro socio nos propone un gran plan y decimos, como respuesta, que la idea no nos agrada; pero luego un amigo nos propone algo muy similar y decimos que sí. Persistir en ese hábito
usa el sentimiento y desvaloriza a nuestro socio, ya que puede poner la relación en peligro, debido a la falta de interés o simplemente porque las prioridades ya no van en contra del tipo de relación que estamos manteniendo con la persona que nos gusta. 6. Hablar menosEste es el de los hábitos más sutiles y que suele estar entre los más ignorados. Además,
termina siendo bastante complicado cambiarlo, ya que muchos no lo reconocen ni aceptan como un "problema". Si, poco a poco, hablan menos y las conversaciones se reducen, esto puede significar perder la capacidad sincera de comunicación.
Con el tiempo, puede ser reemplazado por desconfianza, desacuerdos y discusiones. Este conjunto dará lugar a un vacío en la comunicación entre ambos, que puede ser muy perjudicial para la relación.