Ojo para el rostro de las personas y me doy cuenta de que ellas podrían enseñarme mucho y cambiar mi vida. ¿No es verdad que todas las personas, todos los amigos o novios, nos enseñan lecciones muy valiosas y modifican algo en nosotros, para mejor o para peor? Algunos textos que leí comparan nuestro camino por el mundo como un viaje en tren o autobús. Durante el viaje vamos cuidando las relaciones que nos hacen felices y tenemos la oportunidad de conocer nuevas personas y experiencias de todo tipo. "Creo que algunas personas nunca nos dejan, nunca se van completamente, aunque no estén cerca. Su esencia queda, oímos su voz y sentimos su sonrisa. Algunas personas nunca nos dejan; son eternas.
-Llani Ribeiro-
Lo mejor de este viaje es que lo que encontraremos en las estaciones futuras es un misterio. Pero las estaciones que pasamos o estamos pasando nos van construyendo emocionalmente.
Hay personas que dejan huellas
Las personas que nos afectan de alguna manera se quedan en nuestro corazón para siempre
. Hay corazones, rostros y besos que dejan marcas que nos enriquecen, y hay otros que simplemente decoran el paisaje.
Algunos llegan sin avisar y nos quedan para enseñarnos lo que significan sentimientos como la amistad, el amor, la confianza, etc. Otros se quedan por un período corto de tiempo, sólo lo necesario para salvarnos de una situación difícil. Algunos están con nosotros desde el inicio del viaje, como nuestra familia, con la que aprendemos especialmente el valor de los recuerdos, el poder del cariño y del calor humano.Tal vez un día recordemos incluso a aquellas personas que el corazón ha decidido olvidar en algún momento
. Sí, hay personas que el corazón decide olvidar porque nos lastiman, porque quieren irse o porque simplemente es el momento de dejarlas ir.
Personas que pueden enseñarnos a hacer diferenteForrest Gump decía que
"la vida es como una caja de bombones, nunca sabemos lo que vamos a encontrar"
y estaba bien en todos los sentidos. Hemos enfatizado este pequeño círculo por el cual tenemos afecto y nos hace feliz, sin embargo, hay personas que nos decepcionaron, nos lastimaron o nos sorprendieron por su comportamiento inadecuado. Algunas personas llegan por un motivo especial: para que aprendamos de su mal comportamiento a no cometer los mismos errores. Con ellas aprendemos lo que no queremos ser, lo que no queremos hacer. Por lo tanto, así como las experiencias tristes nos causan dolor, las personas que actúan con perversidad nos traen un aprendizaje. Después de que desembarquen de nuestro tren, percibimos que no deben volver y que su misión ha terminado: quedarán en el pasado y su recuerdo nos ayudará a enfrentar el futuro, aunque no lo creemos.
Nuestra vida, retazos de otras vidas
Conocemos a muchas personas a lo largo de la vida: algunos rostros ni percibimos y otros se convierten en retazos mágicos y auténticos de nuestra vida. Ellos son pequeños pedazos del tiempo y experiencias compartidas que se vuelven enormes cuando calculamos su valor emocional.
A lo largo de los años vamos acumulando conversaciones en las paradas del tren, encuentros en conciertos, reflejos de otra alma en una lágrima, confianza adquirida en un café, lecciones y decisiones que nos hacen crecer ...
Aprender está en nuestras manos: por lo que una persona aparece de repente y decide dejarse conocer, aunque sea por un minuto. "Cada persona que pasa por nuestra vida es única. Siempre deja un poco de sí y toma un poco de nosotros. Hay aquellos que llevarán mucho, pero habrá aquellos que no dejarán nada.
Esta es la prueba de que las almas no se encuentran por casualidad. -Jorge Luis Borges-Más importante que todo lo que puedes aprender de otros es lo que puedes aprender de ti mismo.
Usted percibirá que este es un proceso muy gratificante: conocerse a sí mismo.