Muchas personas actúan y hablan sin preocuparse por la repercusión que sus acciones pueden tener en el futuro. Eso es bueno ... Pero sólo a veces. Una mala acción o experiencia cobrará su precio en el futuro. Debemos saber, entonces, que las experiencias de hoy serán los recuerdos de mañana.Y por eso, si sabemos cómo aprovechar la vida y cómo vivir experiencias enriquecedoras y agradables, podremos mirar hacia atrás y sentir la felicidad generada por los buenos recuerdos. Los buenos momentos son aquellos que nos mantienen vivos. Es poder mirar hacia atrás y sumergirse en un mundo repleto de emociones, la mayoría de ellas positiva, cosa que nos hará sonreír en el futuro.
Vivir es generar recuerdos
El problema aparece cuando intentamos buscar algo en nuestro pasado y no somos capaces de encontrar nada, o no nos gusta lo que encontramos. Pero en todo caso, siempre hay algo que vale la pena. De todos modos, los recuerdos no aparecen solos, se construyen.Y, muchas veces, la construcción de un recuerdo parte de nosotros mismos; Podemos crear una experiencia en la que los protagonistas seamos nosotros mismos. Lo que quiero decir con eso es que pasar el día sentado en el sofá, sin relacionarse con nadie, no ayudará a construir recuerdos. Si se relaciona con otras personas, realizar actividades, etc, es lo que hace posible la construcción de recuerdos.Que la felicidad ya conquistada no nos impida ir en busca de nuevas experiencias. Sin embargo, a pesar de todo eso, los buenos recuerdos pueden ser a veces un veneno contra nosotros.
Los recuerdos de felices pasados nos pueden devorar si pasamos mucho tiempo sin hacer nada interesante en nuestras vidas. En tiempos de inactividad social o amorosa, la nostalgia es una gran enemiga.
Y eso hace que, al recordar tiempos de felicidad pasados, en vez de sentir alegría, la tristeza acabe siendo el sentimiento predominante. El hecho de que la etapa recordada se quedó atrás es entristecedora, y queremos volver a vivirla. Por este motivo, debemos alimentar nuestro hambre de experiencias continuamente. Es obvio que no todas esas experiencias serán buenas, pero las que queden guardadas en nuestro baúl de memorias serán muy agradables; Ellas nos ayudarán a seguir adelante; son ellas las que nos darán felicidad y voluntad de vivir.No podemos recuperar el tiempo perdido; Esto es un hecho y una realidad. Por eso, debemos relacionarnos, hacer cosas diferentes, enamorarnos ... Todo para alimentar ese apetito vital que acompaña al ser humano, que hace sentir la vida. No debemos quedar atrapados por la inactividad y dar vueltas en el ciclo de la nostalgia; Estas actitudes no nos llevan a ninguna parte y nos consumen por dentro. Debemos avanzar, seguir adelante y vivir.Por lo tanto, construir recuerdos está en nuestras manos, ypodemos hacer eso ahora mismo!
Esperar por qué?