Un abrazo de cariño calienta el alma, hace humear nuestro corazón, nos recoge eso y nos encoge aquello, nos estremece, arrepia nuestra piel y calienta nuestra casa. Por eso un abrazo sincero vale más que cualquier otra ofrenda. Abrazar a la gente de quien nos gusta es lo que realmente las hace sentir especiales, únicas y afortunadas.
Un abrazo construye escalones con su calor y nos obliga a contemplar el espacio. Gracias a estos gestos de cariño tenemos la oportunidad de recordar lo que nos reconforta. De mantenerlo presente, aunque no seamos conscientes, y así sonreír, aunque no tengamos motivos. Los abrazos no resuelven nada, pero nos ayudan a decir a las adversidades que no van a poder con nosotros, que no van a derribar nuestros muros, ni destrozar nuestras cosechas.Compartir el poder del cariño sincero
Los abrazos son una manera de poder decir a nuestros seres queridos que nos gustan, sin tener que pronunciar palabras. Por eso,poder sumergirse en el placentero recuerdo de un abrazo significa poner nuestros sentimientos a volar
y dejar que reconfortemos nuestra piel. Los abrazos son el fruto del cariño sincero, de la complicidad en que cada uno muestra al otro su yo verdadero. Nus del alma, casi piel con piel pudiendo descifrar la geografía del corazón
. Compartir con un abrazo damos y recibimos energía que nutre nuestro bienestar emocional. Estamos diseñados para sentir el contacto, para tocarnos y para transmitir emociones a través del tacto.Por eso es importante estimular esa parte tan propia, pues gracias a ella conseguimos fortalecer vínculos, reconfortar y soldar aquellas piezas que se rompieron por las dificultades en la vida.
El amor como pilar de crecimientoEl amor nos hace crecer, riega nuestras emociones y pensamientos más internos. Por eso, los abrazos que son la muestra de amor por excelencia nos permiten acompañar a las personas que nos gustan, siempre que las necesiten.Es que los abrazos se convierten en una luz fiel que guía nuestro camino y vela nuestros sueños
cuando el sol y el cuerpo necesitan descansar. Por eso, los abrazos se vuelven humildes cuando nuestros éxitos nos engrandecen en exceso, nos hacen crecer, nos hacen mejores.
Los abrazos se tornan seguridad y prudencia, genialidad, paz interior, fuerza y equilibrio. Esto es posible porque un abrazo es algo como la llave que abre el armario que contiene el elixir que elimina nuestros males.Las circunstancias pueden impedir el contacto físico, pero no las demostraciones de cariño
Muchas veces estamos lejos de las personas que amamos y, por lo tanto, no podemos darles un abrazo físico como deseamos. Sin embargo, existen los abrazos psicológicos, que son tan sinceros y válidos como los que unen piel con piel.
Un abrazo psicológico es aquel abrazo que no pueden darte, pero que puede escapar y viajar miles de kilómetros por el aire, por debajo de una mesa oa través de una llamada. Compartir
Esto es posible porque abrazamos cada día con nuestros actos, nuestras palabras y nuestros cuidados y atenciones. Es así que el abrazo se vuelve la muestra de cariño más universal que existe, pues gracias a él transmitimos apoyo y amor a nuestras personas queridas. En ese sentido, un abrazo físico ofrece cariño cuando es psicológico, es decir, cuando proviene de nuestra voluntad y de nuestro interior. Por eso, los abrazos que realmente valen son aquellos que se convierten en psicológicos, en emocionales y que nos hacen cerrar los ojos y dedicar un pensamiento. En definitiva, los abrazos que suman son aquellos que nutren nuestro ser.