La cafeína es una sustancia que se produce naturalmente en las hojas y las semillas de muchas plantas. También se puede fabricar de forma artificial para que pueda añadirse a ciertos alimentos. Se considera una sustancia estimulante porque activa el sistema nervioso central, aumentando el nivel de alerta. Pero debemos estar atentos al hecho de que es posible tener una intoxicación por cafeína.
La cafeína se puede encontrar en los tés, en el café, en muchas bebidas, en los analgésicos y medicamentos para aliviar el dolor y otros medicamentos de venta no controlada - sin necesidad de receta médica. En su forma natural, la cafeína tiene un sabor muy amargo. No obstante, la mayoría de las bebidas que la contienen se procesan de forma que este sabor amargo sea camuflado o al menos atenuado.
La mayoría de la gente siente una "inyección" de energía después de consumir la cafeína. Es algo como una mejora en el estado de ánimo, una estimulación, ambos de carácter temporal. Para otras personas, sin embargo, esta inyección de energía no es ni un poco agradable, por lo que dejan de consumir la sustancia.
Para las personas que les gusta y que sienten que la cafeína aumenta su nivel de alerta mental, el secreto está en la moderación. Dosis altas de cafeína pueden provocar ansiedad, mareos, dolor de cabeza y ansiedad. La cafeína puede interferir también en los ciclos normales del sueño, desajustando nuestro ritmo biológico.
La cafeína puede causar adicción
Se suele creer que la cafeína es segura cuando se consume con moderación. Los expertos consideran que entre 200 y 300 miligramos es una cantidad moderada de cafeína para un adulto.
El consumo de sólo 100 miligramos de cafeína al día, sin embargo, puede hacer que una persona desarrolle una dependencia con respecto a esa sustancia. Esto significa que también puede desarrollar síntomas de abstinencia, como cansancio, irritabilidad y dolores de cabeza, al dejar de consumir café de repente.
El cafeína puede venir de muchas diversas fuentes. Entre ellas encontramos los cafés y tés, las bebidas con cafeína, las bebidas energéticas, los analgésicos, medicamentos para resfriados, suplementos energéticos, remedios para control de peso e incluso el chocolate.
La cafeína también se utiliza cada vez más como aditivo de las vitaminas y los productos alimenticios. Más del 85% de los niños y de los adultos consumen cafeína de forma regular. En este sentido, algunos consumidores de cafeína muestran síntomas compatibles con el consumo problemático, es decir, incluyendo tolerancia y abstinencia.
Intoxicación por cafeína
La característica esencial de la intoxicación por cafeína es el consumo reciente y cinco o más signos o síntomas. Estos síntomas se desarrollan durante o poco después del consumo de la cafeína.
Los síntomas de la intoxicación por cafeína son: agitación, nerviosismo, excitación, insomnio, rubor facial, diuresis, problemas gastrointestinales. Pueden aparecer hasta el consumo de dosis bajas en individuos que son más vulnerables, como los niños, los ancianos y las personas que no suelen ser expuestas a la cafeína con regularidad.
Los síntomas que generalmente aparecen con niveles de consumo mayores que 1 gramo por día son: espasmos musculares, divagaciones del pensamiento y del habla, taquicardia o arritmia cardiaca, períodos de infatigabilidad y agitación psicomotora.
La intoxicación por cafeína puede no ocurrir incluso con un alto consumo de la sustancia si existe el desarrollo de la tolerancia. Para el diagnóstico, los signos y síntomas deben provocar un malestar clínico significativo, o incluso problemas en los ambientes sociales, laborales, o en otras áreas importantes del día a día de la persona.
Además, los signos y síntomas no se pueden atribuir a otra condición médica. Tampoco deben ser explicados por otros trastornos mentales o por una intoxicación por alguna otra sustancia. Estos criterios que estamos citando están presentes en el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales - el DSM-V.
La moderación es la clave
Como casi todo en esta vida, la moderación es la clave. Hasta cambios sensoriales, como zumbido en los oídos y luces parpadeantes, pueden ser producidas por altas dosis de cafeína.
Aunque altas dosis de cafeína pueden aumentar la frecuencia cardíaca, las pequeñas dosis pueden disminuir el ritmo del corazón. Aún no hay evidencias concretas de que el consumo excesivo de cafeína puede causar dolores de cabeza.
Con la observación física, lo que suele ser visto es la agitación, inquietud, sudoración, taquicardia, enrojecimiento en la cara y el aumento de los movimientos intestinales. Por eso, como hablamos, la moderación del consumo es muy importante. ¿Cómo se desarrolla la intoxicación por cafeína?
La cafeína tiene una vida media en el organismo de aproximadamente 4 a 6 horas.
Los síntomas de intoxicación desaparecen después de algunos días y no hay ninguna consecuencia duradera conocida. Sin embargo, las personas que consumen altas dosis - algo como de 5 a 10 gramos - pueden necesitar atención médica inmediata
, ya que una dosis de ese tamaño puede ser incluso fatal. Con la edad, los individuos tienden a tener reacciones cada vez más intensas a la sustancia. Las principales quejas son la interferencia en el patrón del sueño y los síntomas de hiperactivación.También es común observar intoxicación por cafeína en personas jóvenes que poseen un alto consumo de productos que contienen grandes cantidades de la sustancia, como bebidas energéticas.
Los niños y los adolescentes tienen un riesgo aún mayor de intoxicación debido a varios factores. Entre ellos podemos citar el bajo peso, la falta de tolerancia y el poco conocimiento que poseen sobre los efectos farmacológicos de la bebida. No subestime el poder del cafeína y haga uso con moderación.
Los problemas que una intoxicación por cafeína causan pueden tener graves consecuencias. Entre ellas están la disminución del ingreso en el trabajo o en la escuela, el aumento en la dificultad de regular las emociones o incluso el incumplimiento de las obligaciones del día a día.