Dicen que hacer el bien es olvidarse de sí mismo para dar todo a los demás, pero eso no es verdad.Actuar de forma correcta, con integridad y favoreciendo el bienestar de aquellos que nos rodean, no significa "abandonarse".
Quien busca siempre lo mejor para el todo actúa según su voz interior, y de acuerdo con sus propios valores. Si no es así, estaría en contra de su propia esencia, y entonces estaría provocando un daño grave a su identidad.Dicen que hay decepciones que nos hacen abrir los ojos y cerrar el corazón. Es un dolor que nos obliga a ser más prudentes, pero que jamás debería llevarnos a perder la capacidad de hacer el bien.
CompartirDe alguna manera, esta idea recuerda un poco la que Saint-Exupéry nos dejó en "El Pequeño Príncipe": "sería una locura odiar todas las rosas porque una nos sacó". Por lo tanto,
por el hecho de haber sufrido una decepción, no vamos a odiar al resto del mundo, y más aún, cambiar la propia filosofía de vida por haber experimentado varias, o incluso muchas decepciones. Usted puede vestirse con la prudencia, con la armadura de la cautela, pero nunca se rinda al rencor o al odio. No vale la pena. Aunque me decepcionen, no me cansaré de hacer el bien. Todos contamos con más de una historia personal marcada por la decepción. Algunas donan más que otras, y algunas nos obligaron a perder la inocencia inicial con la que solemos llegar a este mundo.
Dicen que hasta el corazón más apasionado se cansa de ser herido, pero aunque tengamos muchas heridas, nunca deberíamos perder nuestra capacidad de amar, de gustar de quien merece de verdad. Compartir en la vida invertimos tiempo, emociones, sueños y esperanzas para alcanzar ciertos objetivos. A veces son sólo aspiraciones, otras veces es vida invertida en determinadas personas que, en algún momento, nos pueden decepcionar. Cuando queremos algo con mucha intensidad y la perdemos, surgirán la decepción y el vacío.
No sólo perdimos esa relación, ese sueño, como también dejamos ir una parte de nosotros mismos.
El mayor peligro de las decepciones está en caer en el desamparo.Hay algo que no se ajusta a nuestras expectativas, que no sucedió como se esperaba ... Y eso duele tanto que puede generar una sensación de que, haga usted lo que haga, todo volverá a repetirse de la misma manera.
Es muy común que ciertos fracasos y especialmente decepciones provoquen sentimientos negativos como la ira, la rabia, el rencor o la frustración.Toda aquella emoción negativa mantenida de forma crónica a lo largo del tiempo puede hacerlo cambiar la visión sobre la vida, las personas e incluso la idea de que todavía pueda existir gente buena en el mundo.
Nunca debemos dejarnos llevar hasta esos extremos en los que los valores se rompen por completo. Cuando perdimos nuestros valores, perdimos todo, y si usted pierde su capacidad de hacer el bien pensando que no vale la pena, estará dejando de ser usted mismo.
- Usted dejará de reconocerse cada vez que se mira en el espejo.
- Practique el hábito de la aceptación
- Cada cosa que suceda en su vida, sea buena o mala, acepte, integrela y continúe avanzando de la manera más ligera posible.Si usted almacena rencor, caminará lentamente; si guarda rabia, buscará venganza; si esconde el odio, quedará encallado y habrá perdido completamente su capacidad de hacer el bien y generar felicidad en los demás.
- En esta vida, no somos más que breves pasajeros en un camino donde quien pase leve de odios y rencores será capaz de disfrutar del trayecto con mayor sabiduría e integridad.
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Sabemos que no siempre es fácil afrontar una decepción, pero si hay algo que usted no debe permitir, es que el mal comportamiento de otros queda impregnado en usted a punto de cambiarlo, de hacerle creer que no hay la gente buena, o aún, que las personas buenas siempre acaban heridas.Cómo superar una decepción para continuar confiando en ti mismo y en aquellos que te rodean
Tome nota de cómo protegerse de las decepciones en su día a día, en la medida de lo posible:
Procure vivir el "aquí y ahora", foque en el presente sin crear muchas expectativas sobre lo que suceda o sobre lo que puede suceder.
Déjese llevar.
Acepte que las decepciones forman parte del transcurso vital y que hay que aprender de ellas. No permita que ellas lo transformen en algo que usted no es. Comprenda que usted no puede controlar lo que otras personas hacen, sea bueno o malo. Usted sabe quién usted es y lo que usted quiere, y sabe que hacer el bien forma parte de sus raíces, de su esencia vital.Cree en las personas hasta que demuestren lo contrario.
Permita confiar. Usted tiene experiencia, tiene nobleza en su corazón y merece siempre encontrar lo mejor de la gente. Si te acercas a ellas con rencores pasados, encontrarás rechazo.
Comprenda las decepciones como una renovación: es una experiencia y un claro ejemplo de lo que usted no quiere repetir. Nunca pierda su capacidad de hacer el bien aunque lo decepcionen muchas veces, aunque usted caiga muchas veces
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