Dicen que un suspiro es el aire que queda cuando sentimos falta de aquella persona. Es una práctica diaria que parece permitirnos desahogar el dolor del sufrimiento, como quien deja escapar el peso del alma tratando de encontrar un alivio, un consuelo fugaz cuando el dolor se vuelve muy grande.
Sin embargo ... los suspiros realmente son la catarsis fisiológica de nuestros problemas emocionales? Sólo en parte. Las personas suspira cuando se sienten estresadas, frustradas o cuando la tristeza las oprime con su velo suave. Es en ese momento que el nuestro subconsciente, casi en un acto de reflejo, parece buscar ese botón de reinicio para oxidarnos, para dejarnos libres momentáneamente del dolor. Por lo tanto, podríamos admitir que las personas practican ese acto biológico como un simple desahogo emocional. Sin embargo, no siempre es así, de hecho, si las personas no suspirar, morir. Porque un suspiro es un tipo de respiración muy concreta que practicamos durante todo el día y de forma involuntaria.En cada puñado de aire que dejamos escapar de forma sonora, reiniciamos el ciclo de la vida. Es algo tan curioso y hermoso que queremos compartir contigo.
El suspiro involuntario, la respiración vital Hay suspiros voluntarios y suspiros involuntarios
. Estos últimos en realidad configuran todo un soporte que es vital para la salud y el funcionamiento de nuestros pulmones. La forma en que esta reacción funciona y se construye en nuestro organismo obedece a una secuencia fascinante de pasos que vale la pena conocer.
Según un trabajo realizado en la Escuela de Medicina de la Universidad de Stanford (Estados Unidos), nuestro cerebro "escoge" qué tipo de respiración necesitamos en determinado momento. Sin embargo,
quien ejecuta esta delicada tarea son dos tipos de neuronas localizadas en el tronco cerebral, y que los científicos convenientemente denominaron "botones de los suspiros".
Este dato es muy curioso: hay momentos en que nuestros alvéolos entran en colapso. Cuando esto ocurre, la capacidad de nuestros pulmones para intercambiar oxígeno por dióxido de carbono se ve seriamente comprometida. ¿La solución? Es entonces que los "botones de los suspiros" entran en acción, dando la orden de suspirar para poder abrir los alvéolos, permitiendo así que entre el doble del volumen convencional de aire de una respiración normal. Es un mecanismo de supervivencia que ejecuta sin darse cuenta de alrededor de doce veces por hora. Sin duda, es increíble y maravilloso.
Los suspiros emocionales, lo que nos falta
Karl Teigen es un famoso científico de la Universidad de Psicología de Oslo, premiado precisamente por sus estudios sobre los llamados "suspiros emocionales". A lo largo de 2010 ha realizado diversas investigaciones donde puede demostrar lo siguiente:Las personas son muy receptivas a los suspiros ajenos
. Nos identificamos casi en el mismo instante con alguien que deja escapar un suspiro profundo. Sin embargo, y eso es interesante, esa "conexión" es tan intensa porque asociamos generalmente ese acto a un dolor emocional.
Los suspiros voluntarios
- son interpretados por nuestro cerebro como un desahogo ante una frustración, decepción, sufrimiento, derrota, por alguien que nos sentimos o por algún deseo. Por eso, casi en el mismo momento preguntamos lo que está pasando, qué estás pensando, qué te preocupa? ". Las personas se identifican más ante el dolor ajeno que con los instantes de felicidad.
- Es un mecanismo instintivo y sutil que desde siempre ha ayudado a nuestra especie a sobrevivir como un grupo social. Porque saber leer necesidades es vital para poder dar apoyo.
- Suspirar para renovar físicamente y mentalmente Ya sabemos que los suspiros son esenciales para mantener el ciclo vital de nuestros pulmones. Una conexión íntima y perfecta entre nuestro cerebro y el sistema respiratorio. Sin embargo, según un trabajo realizado por la Universidad de Leuven,si a lo largo del día buscamos varios momentos para relajarse y simplemente suspirar, notaríamos grandes beneficios. Este dato no es nuevo, ni extraño. La ciencia de la respiración lenta y profunda abarca muchas técnicas de relajación, de yoga y ejercicios relacionados con el Mindfulness. Según los autores de este trabajo, sería interesante que pusiéramos en práctica lo siguiente:
Buscar un lugar tranquilo para descansar mentalmente. Sentarse con la espalda recta.
Llevar el pecho al frente y descansar nuestras manos sobre nuestro cuello.
Tirar el aire profundamente por la nariz durante 4 segundos. Retícelo cuatro segundos más y, a continuación, lanzar un largo y sonoro suspiro de 7 segundos. Este ejercicio simple, además de favorecer la relajación, nos permite estar más presentes, mejora nuestras capacidades cognitivas y elimina el desagradable ruido mental. Por eso, y como podemos ver, un suspiro incluye fascinantes dimensiones que definen lo que somos, cómo funcionamos, lo que sentimos y hasta cómo interactuamos con nuestro entorno.
No dude en suspirar todos los días y cada momento para reiniciar el maravilloso ciclo de la vida y de la felicidad.