Nuestro cerebro funciona administrando una gran cantidad de información inconsciente detrás de las pantallas, sin que percibámos lo que está haciendo. Sin embargo, la conciencia sobreestima su capacidad de control y nosotros pensamos que podemos gobernar absolutamente todo. Sólo a veces conseguimos darnos cuenta de que algo está sucediendo en nuestra mente, de que algo no va bien o de que una persona no nos gusta. "Enterrada en lo más profundo de cada uno de nosotros, yace una conciencia instintiva y sincera que nos ofrece, si lo permitimos, una guía más segura".
- Príncipe Carlos -CompartirCon respecto a esto, investigadores como Kanheman y Tversky diferenciarondos vías con las que la mente humana trabaja: una carretera analítica y premeditada y una carretera secundaria automática e intuitiva, que trabaja por atajos mentales o por asociaciones aprendidas.Por esta razón, podemos formar la imagen de una persona en instantes, llevando sólo 6 segundos.
Podemos llamarlo de sexto sentido, pero el hecho de evaluar cualquier cosa como buena o mala en menos de un cuarto de segundo también puede traernos problemas, como veremos más adelante.Sin embargo, discriminar rápidamente quién puede o no ser peligroso para nuestra integridad física o emocional, quien está molesto, triste, feliz o con miedo es un pilar importante para nuestro bienestar y nuestra supervivencia.
Parece que existe fundamento para afirmar que, en la actualidad, las mujeres tienen una capacidad mayor para discriminar y leer rápidamente las emociones ajenas, saber si alguien está fingiendo, mintiendo o si una pareja realmente se ama.
Gestionar estos indicios se convierte en una acción automática
, y como nos quedamos más viejos, exploramos más nuestra destreza intuitiva. Así, en asuntos amorosos, el poder de la intuición recibe mayor importancia ya que, aunque no sabemos exactamente qué nos lleva a pensar que alguien nos ama o no, no nos confundimos. Por lo tanto, parece que el corazón tiene razones para guiarse por este sexto sentido. La intuición se transforma, simplemente, en el reconocimiento de las situaciones, de los tipos de personas o de las consecuencias que nuestros comportamientos y los de los demás pueden traer.Pero la intuición también puede volverse peligrosa, y aquí es que sentirse excesivo y no pensar lo suficiente puede ser peligroso.
Los peligros de la intuición Como aprendizaje de vida, adquirimos una destreza intuitiva que nos permite realizar juicios sin esfuerzo y actuar de forma rápida. Sin embargo, podemos confundirnos y, de hecho, lo hacemos con frecuencia.
Estos mismos atajos que nuestra intuición nos proporciona pueden llevar a errores gravísimos.
Podemos ver un claro ejemplo en las noticias que sobre policías que actúan de forma negligente, por juzgar que un individuo es peligroso por ser africano, hispano o árabe. O cuando nos dejamos llevar por lo que sentimos sin darnos cuenta de que la persona que tenemos a nuestro lado nos está hiriendo. Por esta razón, debemos contener y tratar de elaborar, mentalmente, situaciones hipotéticas en las que nuestros prejuicios puedan actuar equivocadamente. Es decir, no debemos desesperarnos cuando nos damos cuenta de que estamos actuando por suposiciones o sentimientos reflejados y sin gran fundamentación. No hay ningún misterio; lo importante es cómo actuamos cuando percibimos: es importante que los sentimientos no nos dominen y que los vigile y compensemos a la hora de actuar. ¿Por qué tememos algo sin fundamento?
No faltaba razón al presidente George Bush cuando afirmó que los terroristas podrían matar casi con cualquier arma. Después de los ataques del 11 de septiembre, muchas personas experimentaron una intensa ansiedad al volar en aviones. Aunque la probabilidad de sufrir un accidente de autobús es 37 veces mayor que la probabilidad de morir en un accidente de avión, sin hablar de un ataque terrorista, la gente empezó a andar en coche. Como consecuencia de ello, hubo un gran aumento de las víctimas mortales en accidentes automovilísticos, que triplicó la tasa de mortalidad normal. Así, por guiarnos por estos miedos intuitivos, los terroristas del 11 de septiembre continúan y seguirán matando desde sus tumbas.
Son muchas las razones por las que experimentamos un temor mayor ante fenómenos de muerte dramática (como un accidente de avión) que ante fenómenos que sacan la vida de millones de personas al año de forma silenciosa, como el tabaquismo.Este es uno de los mayores peligros de ser jugadores emocionales, ya que eso nos puede coger y no nos permite tomar decisiones con coherencia. Si nos preparamos para ello, podremos enfrentarnos al mayor arma de los terroristas: el miedo exagerado.
Es indispensable dar a nuestra intuición el lugar al que corresponde: debemos tenerla en cuenta en la misma medida en que debemos confrontarla con la realidad. Ser un jugador emocional involucra sus riesgos, pero no podemos olvidar que el pensamiento crítico y la postura más inteligente empiezan a dar sus frutos cuando escuchamos este interior, que nos grita en silencio cosas como: no deje que esta persona se acerque usted no tiene miedo de cambiar de vida, guíese por sus anhelos y haga algo por lo que usted desea ...
Créditos de la imagen: Stocksnapper