Todos nosotros ya pasamos por situaciones que generaron tanto incomodidad que todo lo que queríamos era huir. Explicaremos en este artículo por qué este comportamiento de evitación, que puede parecer en un primer momento el mejor mecanismo de defensa, es perjudicial para nosotros, especialmente a largo plazo.
Además, no hablaremos solamente sobre los daños que esa forma de enfrentar las situaciones difíciles nos trae, pero también ver cuáles son las conductas aconsejables para sustituir esa evitación. Algunos comportamientos de evitación sólo buscan evitar la posibilidad de exposición a la situación que se percibe como desagradable o incluso dolorosa. "Yo aprendí que no se puede volver atrás, que la esencia de la vida es seguir adelante. La vida es realmente una vía de una sola mano.
-Agatha Christie-
¿Qué es la evitación?
Cuando nos enfrentamos a situaciones que entendemos como una amenaza, cada persona tiene una serie de estrategias de enfrentamiento para lidiar con ellas.
Estas estrategias se van configurando e instalando en nosotros a lo largo de la vida. Si son útiles en ciertas condiciones, aumentaremos la frecuencia de utilización e incluso la adaptaremos a nuevos problemas para los que, en principio, esta estrategia no parecía ser la más adecuada. Por otro lado, si son ineficaces las eliminaremos de nuestro repertorio. Basado en esto, existen diferentes tipos de estrategias que se pueden poner en práctica. Una de ellas sería la evitación, y
dentro de la evitación podemos distinguir dos situaciones: evitación por anticipación y fuga. En el primer caso, imaginamos una situación desagradable y hacemos lo posible para alejarnos de ella. En el segundo caso, estamos inmersos en una situación desagradable y concentramos todas nuestras energías en el intento de escapar. Cuando es posible, los comportamientos de evitación tienen el poder de restaurar la calma. A corto plazo, ellos tienen este refuerzo, que en muchos casos es muy poderoso: el alivio inmediato de esos sentimientos desagradables. De esta forma, la gente va a seguir utilizando esta estrategia siempre que ocurra alguna situación desagradable; Se evitarán cada vez más las situaciones problemáticas en las diferentes áreas en que se encuentran, haciendo que sus vidas queden cada vez más condicionadas por el miedo.
Esta manera de lidiar con las situaciones se tiene en cuenta para tratar otros trastornos emocionales. Si este comportamiento es alterado, promoverá una rápida recuperación de bienestar psicológico. ¿Cómo enfrentar las situaciones que nos causan molestias?
Si utilizamos la evitación excesivamente, en realidad, nos estar perjudicando. Entonces, ¿qué podemos hacer? ¿Debemos abandonar el sufrimiento? No, porque hay otras maneras de enfrentar la situación que no constituyen una limitación a nuestras vidas.
Folkman y sus colaboradores realizaron en 1986 una clasificación de los diferentes tipos de enfrentamiento:
Confronto: alterar la situación que genera incomodidad a través de actitudes directas e incluso agresivas, hostiles y arriesgadas.
Distanciando:
- alejarse de la situación, pero sin salir de ella, para que podamos percibir lo que estamos viviendo desde otra perspectiva. Autocontrol:
- la capacidad de implementar estrategias que puedan regular nuestro estado emocional.Búsqueda de apoyo social
- : buscar el apoyo de los amigos y familiares. Pida ayuda, consejos y comprensión. Evitación:
- como vimos anteriormente, significa huir de una determinada situación.Planificación:
- analizar la situación para encontrar alternativas que puedan ser realizadas. Reevaluación positiva:
- ver la situación como un desafío que nos ayuda a desarrollarnos como persona, no como una amenaza a nuestra estabilidad. "Considere las adversidades como un entrenamiento".
- Semeca- Entendemos que la evitación no es una buena estrategia, pero existen otras estrategias que tampoco son adecuadas, como por ejemplo el enfrentamiento hostil y agresivo. Sin embargo, un distanciamiento que nos permita reflejar, reevaluar la situación de forma positiva, planificar las acciones, los cambios que realizaremos y la búsqueda de apoyo social (sin volverse dependiente de los demás para todo), puede ser muy beneficioso. Por supuesto, que no siempre conseguimos actuar rápidamente; necesitamos dar un paso a la vez.
Como podemos ver,
es necesario utilizar las diferentes estrategias disponibles con sabiduría. Por lo tanto, evitar ciertas situaciones puede ser una estrategia sensata, pero no podemos pasar la vida saltando los charcos de agua si llueve a menudo. En realidad, si insistimos en esta estrategia acabamos inmovilizados en un mismo lugar, rezando para que el agua no inunde el pequeño espacio que ocupamos sin que hayamos aprendido algo a lo largo del camino. Por otro lado, si se enfocan en el desarrollo de formas de enfrentamiento en que no esquivemos los desafíos, desarrollaremos el sentimiento de autosuficiencia
que aparece cuando hacemos las cosas correctas. Por lo tanto, nuestra autoestima también se beneficiará.