Ser paciente en un día de cólera puede evitar cien días de tristeza

Ser paciente no es ser frágil ni cobarde. A veces es mucho mejor guardar silencio y aquietar la rabia que perder todo en un momento de ira descontrolada. Porque la paciencia es la virtud de los corazones tranquilos, capaces de entender que ser prudente en un día de rabia puede evitar cien días de tristeza. Todos ya experimentamos momentos así. De hecho, a veces habitamos el "epicentro" de entornos muy exigentes que ponen a prueba nuestra capacidad de resistencia y esa habilidad que debemos tener como buenos gestores emocionales.

La ira es como un gatillo que dispara cuando perdemos el control y que, lejos de descargar nuestras emociones, suele traer efectos secundarios que nadie desea. Aprenda a ser paciente, a calmar la rabia, a atar la ira al lazo del entendimiento y de la comprensión para percibir que la rabia no soluciona nada, porque podemos perder todo. A la hora de hablar de esas dos virtudes, que son el silencio y la paciencia, parece que estas dimensiones se asocian más a la pasividad, a quien es incapaz de reaccionar. No debemos verlo así.

El silencio sabio que no agrada y es paciente permite calmar la mentepara actuar con mayor equilibrio, con más asertividad y moderación.

Ser paciente, la habilidad de los buenos gestores emocionales Cuando hablamos de ira, rabia o irritación imaginamos casi instantáneamente la imagen de un niño pequeño con las mejillas hinchadas a punto de gritar. Las pirraças infantiles son por sí mismas una dimensión importante, que lejos de considerar banales, debemos saber escuchar para que el niño aprenda a administrar sus emociones. Desafortunadamente, no desaparecen con la edad adulta. La revuelta no expresada nos enferma, pero la ira que estalla en rabia y agresión también causa víctimas. Ser paciente, acoger su mente y defenderse sin agredir. Sea sabio. Compartir

Hay quien elija

"tragar" la rabia. Hacer como si nada hubiera pasado.

Consciente de que ya quedaron atrás los días de gritos y rabietas, escoge simplemente esconder su ira, su frustración. No es adecuado ni sano.También no es sabio permitir que un exceso de rabia estalla

, como un caballo salvaje guiado por la rabia para crear situaciones tan incómodas como destructoras. Los buenos gestores emocionales aprenden temprano que dos de los enemigos más complejos con los que deben lidiar son sin duda la ira y la rabia. Además, se relacionan con diversos cambios fisiológicos que intensifican aún más la sensación negativa y de amenaza. Por eso, a la hora de controlar a un enemigo, lo mejor es conocerlo. Conociendo a un enemigo común, a la ira Hay personas que se enfadan con más o menos frecuencia. La razón de estas diferencias individuales podría ser explicada por una tolerancia menor a la frustración, o incluso por determinados indicadores genéticos. La ira surge en nuestro cerebro a causa de un ligero desequilibrio entre la serotonina, la dopamina y el óxido nitroso. Todo esto puede hacer que existan personas con mayor tendencia a explosiones de ira y rabia.Según un interesante artículo publicado en el

"The New York Times " por el psiquiatra Richard Friedman, la ira puede mostrarse también como resultado de una depresión encubierta. Una revuelta no controlada, que no es racionalizada o administrada de forma adecuada, puede derivar en frustración y malestar. Cuando la ira inunda el cerebro a causa del efecto de esa química neuronal ocurren diversos cambios fisiológicos que van a incrementar aún más la emoción negativa.

La rabia galopa de forma descontrolada.

No debemos ocultar la revuelta, ni dejar que se convierta en un ataque de rabia.

  • Es necesario comprenderla y canalizarla de forma adecuada para que no asfixie, para que no lastile ni busque víctimas sobre las cuales proyectar la rabia.
  • Paciencia, calma y conducta asertiva para tratar las molestias Desconfíe de alguien que diga que"él o ella no se pone bravo nunca". Todos pasamos por injusticias, oímos palabras tontas y comentarios tan injustos como ofensivos. Ahora, antes de dejar que la irritación actúe como el encendedor que enciende el fuego de la rabia, hay que reflexionar algunos momentos sobre estas dimensiones. Dé un nombre al que le molesta

. No se quede solo con las sensaciones, con esa incomodidad que se vuelve el estómago y se bloquea su mente. Describa en palabras concretas lo que le molesta. Busque la calma por unos instantes

, ciérrese en su "palacio de pensar". Es un espacio tranquilo y sereno que sólo pertenece a usted, visualice un lugar donde deje la ira y las emociones negativas para encerrarse con la razón. Piense ahora cuál es la mejor opción frente a lo que le molesta. Exprese de forma asertiva la razón de su aburrimiento. De nada sirve "tragar" aquello que nos perjudica, porque los aburrimiento no se guardan bajo la cama, se expresan en forma de palabras respetuosas para evidenciar con claridad lo que nos hiere, lo que no queremos.

Controlar, reestructurar y cambiar de escenario.

Una de las mejores maneras de administrar la revuelta y la rabia es controlar aspectos como la respiración o incluso los procesos mentales capaces de potenciar aún más la emoción negativa. No busque culpables, apague el ruido mental y los pensamientos irracionales.A veces una cosa tan simple como caminar, respirar profundo y buscar un punto visual en el horizonte para descansar la mente y apagar el interruptor de la irritación puede salvarnos de todos esos alfileres externos que tanto abundan en el día a día.Es necesario lanzarse en el mundo con el corazón tranquilo, conociendo los propios límites, y sabiendo que habrá momentos malos, sin duda, pero los buenos momentos abundan más y son nuestra razón de ser ...