Educar es transmitir, encaminar, mostrar y enseñar a nuestros hijos lo que consideramos importante para la vida.
En esta educación se encuentran nuestros valores, nuestras ideas y expectativas de la vida, nuestros hábitos y las formas de vivir y de ver la vida.
Los padres siempre tienen la intención de dar lo mejor a sus hijos, pero además de la intención, también tenemos que saber cómo transmitir, ya que podemos fallar y fracasar en la educación que queremos dar a ellos.Imponer o acompañar?
Hay muchas maneras de educar, tantas como hay personas, y una de ellas es
por medio de la autoridad, la imposición, el castigo y la obediencia.En esa forma de educar, "adiestramamos a los niños" por el miedo y la autoridad.
En la mayoría de los casos, los menores obedecen, sin aprender y sin pensar, tan sólo para evitar las consecuencias negativas de no hacerlo. Sin embargo, existe, en general, otro enfoque de la educación, a partir del respeto y del acompañamiento del proceso evolutivo del niño. Sin duda, este enfoqueenseña y transmite, y el menor aprende el porqué de las cosas y de los pedidos de sus padres.
En muchas ocasiones el aprendizaje es a través de la propia experiencia, de llegar a un acuerdo, de negociaciones con sus padres y de potenciar la autonomía, para que los hijos sean responsables de sus pequeñas decisiones y de sus consecuencias.¿Las normas y los límites son adecuados?
Respetar y acompañar el crecimiento y la maduración de nuestros pequeños no quiere decir que ellos van a manejar su propia educación. Es importante no olvidar que los padres son siempre el motor y el guía de la educación de sus hijos y, por eso, son ellos quienes marcan el camino de aprendizaje que quieren mostrar a sus hijos.Para ello es importante expresar claramente las normas y los límites que definen los márgenes de lo que queremos enseñar, ya que es evidente que todo no vale para nuestra forma de vivir la vida y, por lo tanto, debemos dejar claro a nuestros pequeños .
¿Cómo educar por el respeto?Es importante tener claro lo que queremos enseñar y para ello es imprescindible conocer nuestros valores de vida, los cuales vamos a transmitir con seguridad y constancia.Para ello, debemos educar en base a la transmisión de valores,
por medio de las normas y los hábitos de nuestro día a día, dejando bien claro lo que no deseamos pasar.
Enseñar valores es algo muy natural y espontáneo, que es transmitido de generación a generación por medio de la observación, de la imitación y, sobre todo, del lenguaje no verbal.
Esto quiere decir que, además de explicar lo que queremos y esperamos de nuestros hijos, y también lo que no deseamos, tenemos que
mostrar con nuestras actitudes, nuestras emociones y nuestros sentimientos, conductas de aprobación o desaprobación y consecuencias directas de ello.Padres seguros de sí, hijos emocionalmente sanosLos niños crecen emocionalmente sanos cuando aprendieron a vivir la vida a partir de su propia experiencia y con el acompañamiento y protección de sus padres, entendiendo, resolviendo los conflictos y enfrentando las dificultades, tal como sus los padres les enseñaron.
Cuando el niño se convierte en adolescente y, más tarde, un adulto, decidirá qué hacer con todo lo que se ha aprendido, pero no hay ninguna duda de que una buena educación será el mejor equipaje para su viaje por la vida.
Los niños más seguros de sí mismos son aquellos que crecieron a partir de la comunicación y la confianza de sus padres;por medio de la cual fueron capaces de entender por qué sus padres les mostraron esos valores de la vida y les acompañaron en su madurez y en su autonomía, enseñándoles a gestionar sus emociones.De frustración, rabia, irritación, envidia y celos ...Reforzando sus avances, sus conquistas, sus éxitos, sus capacidades, habilidades y potencialidades. Siempre mostró el amor, el cariño, el afecto que sentimos por ellos.