Prolongar situaciones en que no estamos bien, en que alguien nos duele o simplemente en que sucede algo de lo que no nos gusta es muy común y ya ha pasado más de una vez a todos nosotros. Cualquier escritor sabe que poner el punto final es uno de los desafíos más difíciles de una novela.
Muchas veces el miedo nos paraliza como una manifestación de nuestro instinto de supervivencia, pero cuando superamos esa barrera el miedo se disipa. Esto ocurre de esta forma porque, en la mayoría de las situaciones, lo que tememos no sucede o, si sucede, aprendemos a controlarlo.
"Usted está entre lo que quiero tener y lo que temo tener." -Marilyn Monroe-
Cómo poner un fin en lo que no debe durar másDar por finalizada una situación es difícil, pues nuestra mente nos confunde con imaginaciones
y premoniciones que la mayoría de las veces son improbables, y con nuestra opinión sobre lo que pensarán de nosotros. Parece que después de ese fin no hay nada, hay un vacío en el que no sabemos lo que va a suceder, pero hay que pensar que muchas veces las mejores oportunidades están más allá del miedo. Además de las situaciones que nos aterrorizan. Terminar una relación, por ejemplo, es algo que puede parecer muy complicado. Pero si usted piensa en cómo va a estar dentro de un año con esa persona que puede no amar más, o que no demuestra su amor, usted verá que no es la situación que desea para sí mismo.
"Siempre es necesario saber cuando una etapa llega al final. En el caso de que se produzca un cambio en la calidad de vida de las personas que viven en el país, y si no lo hacemos nos da una visión muy realista de la situación y nos ayuda a controlar nuestro miedo ya pensar de forma objetiva. La misma técnica puede ser utilizada cuando se trata de nuestra vida profesional o de otras situaciones que no nos hacen felices.
Evite engañar a ti mismo Mi pareja va a cambiar, con el tiempo todo va a cambiar, todo va a mejorar en el trabajo, la culpa de mi pareja no me amar es mía ...
Todos ya hemos dicho estas frases más de una vez durante toda nuestra vida y continuamos siempre pensando de esa forma, sin darnos cuenta de que nos estamos engañando. Olvidamos que somos nosotros quienes tenemos que cambiar quiénes somos, no otra persona cualquiera. Nuestro cerebro es muy hábil para engañarnos porque su propósito es la supervivencia del organismo, y para ello él elabora, a veces de forma magistral, la información que los sentidos reciben. Todos tenemos puntos ciegos en nuestro cerebro, que son aspectos de nuestra vida propensos al autoengano.
Deformamos la realidad para que sea como deseamos y tendemos a ver sólo lo que queremos ver
. "Pensar lo que piensas te hace humano, el autoengano te debilita. El más importante en estas situaciones es ser muy honestos con nosotros mismos y ver la realidad (cruda o no). Aunque necesitamos un tiempo para aceptarla, lo mejor es conocer la realidad. Cuanto antes aceptemos, más temprano podremos seguir adelante. Puede que tengamos una cierta culpa en la situación y tengamos que aceptarla; aceptar nuestra responsabilidad es una señal de madurez.
Un aspecto muy importante para ver la realidad es contar con la mirada de las personas que nos aman y que nos respetan.Pregunte a sus amigos, familiares, personas de los que le gusta, deje que ellos expresen lo que piensan, reflexione sobre lo que ellos digan y tome las debidas conclusiones sobre la realidad de las situaciones que usted no ve o que no quiere ver.
Aprender a crecer como persona en todas las situacionesSuperar lo que nos apasiona, seguir adelante, confiar en nosotros mismos, acabar con las cosas cuando sea necesario son partes importantes de nuestro aprendizaje para ser personas completas y sabias, para aprender que nuestra forma de vivir la vida y de sentir está en nuestras manos.Al final, somos nosotros que modelamos nuestros sentimientos y nuestras emociones. Esta es una de las mayores fuentes de belleza de la vida, y si nos quedamos ciegos delante de ella, la perder. Por nosotros y más adelante también por aquellos que nos aman y que son sinceros, honestos y leales.