Las emociones, tanto las agradables como las desagradables, funcionan de la misma manera que un alimento que el cuerpo necesita digerir. Entonces, no es de extrañar que dependiendo del tipo de emoción experimentada, ella afecte el estómago como si fuera el caso de una comida deliciosa o una estropeada.
Sentir un nudo en el estómago si estamos con miedo, o las famosas mariposas revueltas cuando estamos enamorados, son sólo algunos ejemplos de esta conexión entre la mente y el sistema digestivo. Pero ... podemos controlarla o minimizar sus efectos negativos?
"La vida es un gerundio, y no un participio."
- Ortega y Gasset-
¿Por qué las emociones y el sistema digestivo están conectados? El doctor Mario Alonso Puig, médico especialista en cirugía general y aparato digestivo, explica que el impacto inmediato de las emociones en el estómago se debe a que uno de los mapas emocionales más importantes del cerebro, el lobo de la ínsula, recoge información del tubo digestivo.
Además, la parte del sistema nervioso responsable del sistema gastrointestinal y que cubre el estómago contiene neurotransmisores.
Sorprendentemente, la estructura formada por una red de cien millones de neuronas permite a este sistema recordar y aprender de forma independiente del encéfalo, de modo que es conocido como "segundo cerebro". Poseemos tres "cerebros" No tenemos uno, ni dos:
fueron identificados hasta tres "cerebros" en el cuerpo humano.
Además del ya conocido, el segundo y el tercero están situados en el tubo digestivo y en el corazón. De hecho, el 90% de la serotonina -la hormona que equilibra el estado de ánimo- se produce en el sistema digestivo.Este 3 "cerebros" deben estar conectados y trabajar juntos. El doctor Puig asegura que cuando uno se vuelve independiente, los efectos nocivos se manifiestan a nivel físico.
En el caso del tubo digestivo, la persona sufre de trastornos como el colon irritable, espasmos, problemas digestivos ... Desafortunadamente, desde el punto de vista médico, poca ayuda puede ser ofrecida a la persona que sufre. Sin embargo, del lado emocional existen soluciones: Elimine la ansiedad
Si la persona reduce la ansiedad o ve la vida con más esperanza
, con frecuencia y de modo natural, el sistema digestivo vuelve a sincronizarse con el cerebro de la cavidad craneal.
Practique la sonrisa, aunque sea falso!Una cosa tan simple - o no tanto en algunas situaciones - como esbozar una sonrisa, tiene la capacidad de alterar el circuito de la angustia porque manda un mensaje al cerebro de que está todo bien.
Aunque es difícil conseguirlo al principio, si en una situación incómoda la sonrisa resiste, el cerebro se ve obligado a hacer algo para adaptarse al mensaje recibido.
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La "sonrisa auténtica" que Duchenne descubrió en 1862, es decir, la sonrisa involuntaria y espontánea, tendría el mismo efecto que una sonrisa fingida para el cerebro.Es como si hubiéramos recibido un elogio o una buena noticia. • Entre el 60% y el 90% de las consultas en los centros médicos son a causa de las llamadas "emociones tóxicas" (ira, ansiedad, tristeza, vergüenza, envidia, culpa, hostilidad, asco ...) y la liberación de cortisol , la hormona del estrés.
Buscar el lado positivo de la vida implica un cambio físico. La formación de un nuevo tejido cerebral que nos permite reinventar y así ser capaces de enfocar en el lado positivo de forma continua. Deje de comer las emociones, escríbalas
El precio de continuar comiendo emociones negativas puede ser la enfermedad. Motivo de peso para entrar en dieta en lo que se refiere a tragar negativismo.
Una técnica aconsejada por el Dr. Puig consiste en escribirlas, ya que
reflejando las emociones por escrito, pasan a la zona anterior izquierda o pre-frontal, la base de las emociones positivas. Al articular la emoción negativa en el lenguaje, ésta pasa obligatoriamente por la zona pre-frontal izquierda y disminuye su fuerza de forma automática. Si la emoción es la ira, corra
Ante una emoción de ira, Mario Alonso Puig aconseja caminar rápido, así la oxitocina y beta endorfina producidas por la carrera apagan la amígdala y el hipotálamo
, las bases de las reacciones de ira .
Con esta información, queda claro que lo mejor para nuestra salud y bienestar es dejar de comer emociones negativas. Así evitaremos indigestión u otras enfermedades más graves a nivel estomacal o intestinal. Compartir
Antes de comer una decepción, lanzar la angustia o cenar con rabia,recuerde que tomar una pluma y registrar en el papel las sensaciones negativas es una alternativa más sana que tragarlas.