Ella fue una mujer diferente, tal vez muy osada para los años 40, cuando para ser actriz bastaba ser hermosa y obediente. Frances Farmer se atrevió a ser obstinada y fue llamada histérica. Ella se atrevió a tener voz y, por eso, fue llamada de ingenua. Cuando la actriz quiso escapar de ese mundo ya era demasiado tarde, entonces la llamaron "loca".
Es muy probable que hoy en día pocas personas recuerden el nombre de Frances Farmer. Ella es más una figura femenina que se perdió en el tiempo, detrás de esa cortina polvorienta en la que suelen quedar escondidas historias interesantes y siempre despiadadas que, a menudo, reflejan una determinada época, pero que aún hoy siguen siendo un grito contenido de ayuda que merece ser recordado.
"La única cosa buena es que me estoy acostumbrando a sufrir."
-Frida Kahlo-
Sin embargo, dentro del mundo de la psiquiatría el nombre de esta actriz es muy conocido por una serie de motivos: los tratamientos psicológicos a los que esa la mujer fue sometida a lo largo de varios años reflejan una época tan oscura como terrible, en la que las mujeres, curiosamente, solían ser las víctimas más directas. Frances Farmer, una mujer educada para tener voz y fama Actualmente, tenemos a nuestra disposición una amplia documentación sobre la vida de Frances Farmer
. Su propia hermana publicó el libro "Look Back in Love
", en el que relató cada una de las crueles experiencias por las que la joven actriz pasó a lo largo de los años en que estuvo internada en varios hospitales psiquiátricos. Por su parte, a través de la investigación llamada "Will There Really Be a Morning?"reflexionamos también sobre su personalidad, su medio familiar y si realmente ella sufría, como se afirmaba, de una esquizofrenia paranoica. Sea como sea, como siempre suele suceder en estos casos de gran complejidad, hay algunos factores que no se pueden dejar de lado: la educación y el contexto histórico.Si al principio de este artículo afirmamos que Frances fue una mujer muy osada para su época, esto se debe sobre todo a un motivo muy específico: su madre le enseñó desde muy temprano la obligación de tener voz, de saber dar su opinión y de asumir siempre una actitud crítica hacia las cosas en las que estaba involucrada. Ya adolescente,llegó a aparecer en los periódicos locales de Seattle por hacer discursos reivindicativos sobre la temática femenina o sobre no creer en Dios
basándose en el legado de Nietzsche. Más tarde, su madre la inscribió en clases de teatro con un objetivo específico, relacionado a la realización de una voluntad personal, un deseo frustrado de su propia juventud: alcanzar la fama en el cine. Un objetivo que conquistó mientras Frances estaba en la universidad y mantenía una de sus principales pasiones: escribir artículos críticos sobre la sociedad de su época. No hable, no diga, obedezca En 1935, cuando ya había hecho uno u otro papel en el cine, Frances Farmer
realizó su principal objetivo: formarse en periodismo. Sin embargo, antes de que empezara a proyectar su vida en esa área, su madre la convenció para posponer temporalmente sus objetivos personales y concentrarse en el mundo de la fama. Frances accedió y su agente consiguió una prueba en Paramount Pictures. La prueba no podía ser más simple: usar un hermoso vestido, sentarse y mirar a la cámara. Frances Farmer poseía una belleza clásica, en la que en pocos momentos la osadía y la seducción más atrevida aparecían, siendo estos factores más que suficientes para la industria cinematográfica. Le ofrecieron un contrato de 7 años, en el que las únicas cosas que necesitaba hacer era obedecer, aprender algunos itinerarios y asistir a fiestas de directores de vez en cuando, además de guardar secreto en lo que podría suceder en estos eventos.
Frances se rebeló contra ese mundo. Ella detestaba los papeles de mujer ingenua que le eran ofrecidos.
Detestaba a la prensa y, sobre todo, detestaba tener que seguir otro itinerario en su vida, en la cual todo debería estar inmerso en el glamour y en una exquisita falsedad. Sin embargo, ella cedió. Ella cedió convencida por su madre y sus agentes, llegando incluso al extremo de casarse con otro actor con el objetivo de reforzar aún más su papel de estrella emergente. Anhelo de libertad y la camisa de fuerza El declive en la carrera de Frances Farmer comenzó prematuramente.
Ella se negaba a grabar ciertas escenas, rechazaba guiones y no cumplía los contratos firmados con sus agentes. Por la noche ella solía salir a dirigir con el deseo de escapar de todo, incluso de sí misma. Ella caminaba en el acelerador en una fuga imposible que no suele terminar bien. Ella era bien conocida por la policía de Santa Mónica por acumular infinitas multas de dirección peligrosa y bajo efecto de alcohol. "A veces pienso que tengo el corazón esculpido en piedra."-Frances Farmer-
Sin embargo, todo se complicó cuando dio un puñetazo en uno de los directores de Hollywood. Después de eso volvió a huir, pero ella no fue muy lejos. La policía fue detrás de Frances y, en medio de gritos, chutos y vanos intentos de deshacerse de todas esas sombras de autoridad que caían sobre su persona, se llegó a un acuerdo: ella sería internada en un hospicio para amenizar su situación rebeldía, su naturaleza y su personalidad reaccionaria. Los médicos la diagnosticaron con "esquizofrenia paranoide". Ella fue tratada con la clásica terapia de electrochoques y también con la terapia del coma insulínico o la cura de Sakel. Después de algunos meses de internación, ella salió y fue en ese momento en que decidió romper completamente con su vida de actriz y apartarse para siempre de aquel mundo opresor y degradante. Lillian Farmer
, la madre de Frances, consideró que su hija no estaba curada, que no estaba en su "juicio perfecto" y así, contando con la ayuda de los directores de Hollywood, ella logró determinar la incapacidad mental de su hija para internarla de nuevo en un hospicio.
Cinco años en el abismo Frances Farmer fue internada del hospital de Steilacoom, en Washington. Allí, ella pasó 5 años, a los que posteriormente su hermana daría voz a través de un libro. A los tratamientos rigurosos, se añade la cosa más terrible de todas: los abusos sexuales y las repetidas violaciones. Por fin, así como uno de los enfermeros del hospital reveló, se realizó una lobotomía en Frances Farmer sin el permiso de la familia.
¿El objetivo? Amenizar su personalidad, su mal carácter, su histerismo ...
Después de eso, después de 5 años de confinamiento, de abuso y de trauma, Frances nunca volvió a ser ella misma.
Ella apareció en una u otra entrevista, en alguna pieza de teatro, en algún programa de televisión, en los cuales su simple presencia generaba alboroto y mucha audiencia. Sin embargo, su actitud ya no existía más, su fuerza se había perdido, su carácter se había evaporado y su belleza, que definía a la verdadera Frances Farmer, había sido robada.