Freud, una vida llena de curiosas pasiones

La pasión por "Quijote" ...
Fez Freud aprender a hablar español como autodidacta, únicamente por el placer de leer "Don Quijote de la Mancha" en el idioma original. Esto permitió que revisara personalmente la primera edición en español de su obra, elaborada por Luis López Ballesteros.

Freud, el escritor
Freud tenía una gran habilidad para la escritura, que fue reconocida por todos desde su época de estudiante. En 1930, ganó el Premio Goethe de Literatura en la ciudad de Frankfurt, Alemania, pero una enfermedad le impidió recibir personalmente el premio.

"Jofi", su fiel compañero
Freud atendía a sus pacientes acompañado por su perro Jofi, un Chow Chow que su hija Ana le dio. Freud notó que el perro ejercía una influencia tranquilizante en sus pacientes y daba consejos sobre su estado emocional. Jofi también le ayudaba a controlar el tiempo de las consultas.

Las fobias del genio
El padre del psicoanálisis sufría de dos fobias casi desconocidas por todos. Él tenía miedo del número 62, al punto de no alojarse en hoteles que tenían más de 61 habitaciones. También sentía miedo de helechos.

La austeridad de Freud
Fue muy austero y poco mundano. Sólo tenía tres trajes, tres pares de zapatos y tres mudas de ropa interior. Evitaba eventos sociales, aunque a menudo se reunía con sus colegas en el Café Landtmann, donde siempre se sentaba en el mismo lugar.

El tabaco y el cáncer
Era fumador compulsivo y eso precipitó el cáncer que sufrió en el maxilar superior, que lo atormentó por más de 16 años. Pasó por grandes sufrimientos físicos en la última etapa de esta enfermedad. Pasó por 33 cirugías, todas sin éxito.

Rutinas inmóviles
Sus costumbres eran rígidas y mantenía una rutina muy metódica. A la hora de la madrugada. A las 14h en punto salga para dar un paseo de 3 km a lo largo del centro y otras calles de Viena. Detestaba coliflor y comía poquísimo pollo.

Freud, el coleccionista
Coleccionaba estatuas antiguas y, por eso, muchos de sus paseos vespertinos terminaban en una tienda de antigüedades, donde adquirió nuevas piezas. Su repertorio llegó a ser enorme y su colección se exhibe hoy en su casa museo en Londres.

Una muerte asistida
Freud murió en 1939, debido a severos dolores causados ​​por el cáncer. Pidió a su médico personal una muerte asistida, con inyecciones de morfina. Hace sólo un año que vivía en Londres, después de su salida forzada de Viena, donde vivió la mayor parte de su vida.