Mucha de la información que captamos con nuestros sentidos cuando somos pequeños queda registrada y almacenada en nuestra mente subconsciente.Junto con esa información sensorial, las creencias y las expectativas que elaboramos a partir de ella también quedan registradas. Así, cuando la infancia se queda atrás, gran parte de este contenido mental permanecerá y tendrá una influencia considerable sobre nuestro comportamiento. Las investigaciones científicas han descubierto una gran variedad de ondas cerebrales que podemos identificar en función de su frecuencia: desde los bajísimos niveles de actividad registrados en el sueño profundo (ondas delta), hasta las frecuencias superiores registradas durante los pensamientos conscientes (ondas beta). A medida que los niños crecen, las frecuencias predominantes en su cerebro progresan de olas más lentas a ondas más rápidas, o sea, de la mente subconsciente a la consciente.
Las ondas Delta
Desde el nacimiento hasta los 2 años de edad, el cerebro humano trabaja sobre todo con ondas cerebrales de menor frecuencia.
Durante el sueño profundo, los adultos se encuentran en delta, hecho que explica por qué los recién nacidos normalmente no pueden estar despiertos más que unos minutos a la vez. Así,
ellos funcionan sobre todo a partir del subconsciente. Sólo censuran, corrigen o juzgan la información recibida del mundo exterior. A esta edad, la actividad del "cerebro pensante" (el neocórtex) es muy baja.Las ondas Zeta
De los 2 a los 5 de edad, los niños comienzan a manifestar patrones de EEG un poco más altos. Los niños que "viven en zeta" viven en un estado cerebral similar al de trance y están conectados sobre todo a su mundo interior. Ellos viven en el mundo del abstracto y de la imaginación. Ellas tienen el pensamiento crítico y racional poco desarrollado. Por esta misma razón, los niños pequeños tienden a creer lo que le dicen (como, por ejemplo, que el Papá Noel existe).
A esta edad, frases como las siguientes causan un impacto muy fuerte: " Las buenas chicas quedan caladitas. Los niños no lloran. Su hermano es más inteligente que usted. Tú no puedes hacer eso. Usted será un fracaso. Usted es malo. "Y así sucesivamente. Este tipo de afirmaciones van directamente al subconsciente, pues los estados de ondas cerebrales lentas son el reino del subconsciente.
Todo lo que un niño ve y oye se consolida en forma de creencias, y esas creencias son las que determinar su comportamiento o su forma de interpretar la realidad en la edad adulta. Por eso es muy importante educar teniendo esto en cuenta. Ahora que usted conoce esta información valiosa, sea responsable.Las ondas Alfa De los 5 a los 8 años de edad, las ondas cerebrales vuelven a cambiar a una frecuencia un poco más alta.
Se empieza a formar la mente analítica, que permite interpretar y sacar conclusiones sobre las leyes de la vida exterior. Al mismo tiempo, el mundo interior de la imaginación tiende a ser tan real como el mundo exterior.Los niños de este grupo de edad suelen tener un pie en cada mundo. Por eso les gustan tanto los juegos de escenificación. Por ejemplo, si usted pide a un niño imitar un delfín nadando en el mar, que se convierta en un copo de nieve arrastrado por el viento o en un superhéroe yendo a rescatar a alguien, después de horas él continuará sumergido en este papel.
Las ondas Beta
De los 8 a los 12 años de edad, la actividad cerebral aumenta, incluso en frecuencias más altas. Estas ondas perduran en la etapa adulta y van aumentando en diversos grados.Después de los 12 años, la puerta entre la mente consciente y la subconsciente suele cerrarse. Las ondas beta se dividen en bajas, medias y altas. Conforme los niños se acercan a la adolescencia, pasan de las ondas beta de gama baja a las de gama media y alta, similares a las que ocurren en la mayoría de los adultos.
Ahora que usted conoce más o menos el funcionamiento de las ondas cerebrales y el papel de la mente subconsciente, debe entender que toda la información que su mente absorbió durante sus primeros 7 años de vida sigue teniendo una influencia sobre su vida.
Pero si usted toma conciencia de quién es y se preocupa de conocerse, podrá controlar y gestionar esta influencia.
Por eso, si usted tiene niños bajo sus cuidados ... cuidado con lo que les dice! Porque ellos van a creer. Tenga mucha paciencia con ellas y diga constantemente cuán valiosas son. Ama y enseña a estos niños a amarse porque será algo que, de una forma u otra, estará presente a lo largo de sus vidas.