Por extraño que parezca, a veces tratar de ayudar a otras personas con sus problemas es una excelente vía para resolver nuestras propias dificultades. La depresión, la ansiedad social y muchos otros síntomas o trastornos pueden ser disipados cuando dejamos de estar muy concentrados en nosotros mismos y rompemos la barrera que nos separa de los demás.
También es curioso, pero en muchas ocasiones es más fácil ayudar a extraños que las personas que forman parte normalmente de nuestro ambiente. Si tenemos depresión o estamos sumidos en la ansiedad, es muy probable que el medio que nos rodea esté involucrado en eso de alguna manera. Por otro lado, con los extraños hay una gran libertad. No nos conocen y no los conocemos. No hay grandes expectativas, no hay una imagen preestablecida, ni un vínculo que ya ha pasado por un millón de pruebas. No hay un pasado compartido que condicione, ni siquiera un regalo que amar. Por increíble que parezca, desde un cierto punto de vista, con los desconocidos tenemos una mayor posibilidad de expresarnos con autenticidad.
Hannah Brencher y su historia con los extraños Hannah Brencher terminó sus estudios y, después de graduarse, fue a vivir en Nueva York. Quería un cambio, porque se sentía completamente invadida por los sentimientos de depresión y ansiedad. Su triste parecía no tener fin, hasta que empezó a hacer algo inusitado: escribir cartas de amor a extraños. Lo hacía de forma anónima.
Hannah comenzaba todas las cartas con esa frase:
"Si encuentra esa carta, ella es para usted" .
Y en el cuerpo de la carta compartía mensajes como esa: "Usted y yo no nos conocemos. Tal vez nunca teníamos sentados juntos y dado carcajadas mientras tomábamos una taza de café. Tal vez nunca hayamos bailado en los mismos lugares, ni bostezos juntos a la medianoche. Nada de eso me importa. Es tan pequeño e insignificante en comparación con las cosas que me gustaría que usted supiera: que usted es encantador (a). Que usted vale la pena. Que sus manos están listas para cosas poderosas. "La mujer dejaba esas cartas a los extraños en restaurantes, parques, autobuses e incluso en la sede de la ONU.Para escribirlas, simplemente pensaba en todo el amor que necesitaba. En todas estas palabras que deseaba escuchar. Era como enamorarse de esos extraños y luego declarara su amor en las cartas. Después de un tiempo realizando esa práctica,
Hannah descubrió que había parado de enfocarse en sí misma y que su dolor y soledad se habían disipado. Ella no es la única persona en el mundo que se llenó de voluntad de vivir ayudando a esos extraños, que terminan siendo parte fundamental de la vida. La depresión y la ayuda a los extraños
¿Por qué ayudar a las personas extrañas es una forma de ayudarse a sí mismo si sufre de depresión o ansiedad? La respuesta no es simple, pero tiene que ver principalmente con el hecho de que alguien profundamente afectado emocionalmente tiende a aislarse. Y al aislarse, todos sus síntomas y problemas se potencian. El tema también está relacionado con la imagen de incapacidad y vulnerabilidad que se desarrolla cuando existen problemas emocionales. En esos estados, la gente piensa que no sirve para nada, que son capaces de muy poco y que no merecen mucho. También se observan personas con carencias afectivas que no pueden ser llenadas por nada ni nadie. Esto se convierte en un círculo vicioso: la tristeza conduce al aislamiento y el aislamiento a la tristeza. Al romper el ciclo, todo comienza a parecer diferente. Una de las creencias que todo neurótico tiene es esa: "lo que pasa conmigo no sucede con nadie más".
Esta es la gran mentira de aquellos que sufren de problemas emocionales. No ven que cada ser humano lleva su propia cruz y que todos experimentamos grandes sufrimientos en algún momento de la vida.
En un estudio realizado en el Reino Unido, fue posible comprobar que quien realiza trabajos altruistas o tiene un comportamiento amistoso con extraños, por lo menos dos veces a la semana, logra superar su depresión y sus ansiedades sociales de una manera sorprendente. También es algo que contribuye a tener una mejor opinión sobre sí mismo y alimentar el sentimiento de orgullo personal. ¿Por qué no intentar ayudarnos a los demás? Esta es una maravillosa prueba de amor a la vida.