El mecanismo siempre suele funcionar de la misma forma:hay un hipócrita que crea un chisme para que el chiquillo la separe y el ingenuo crea sin resistencia.La epidemia de los rumores sólo termina cuando finalmente llega a los oídos de la persona inteligente, que tiene ese corazón vacunado que no atiende ni responde a lo que no tiene sentido. En el libro publicado por el psicólogo social Gordon Allport, "La psicología de los rumores", él explica algo realmente curioso:
los chismes sirven para diversos grupos de personas crear cohesión entre sí y para posicionarse ante alguien. A su vez, esas actitudes les son placenteras, liberan endorfinas y ayudan a combatir el estrés.La lengua no tiene huesos, sin embargo, es lo suficientemente fuerte para lastimar y envenenar a través de chismes y rumores. Un virus letal que sólo desaparece cuando llega a los oídos de la persona inteligente.Compartir
En muchos casos, el chisme se transforma en un mecanismo de control social que da una especie de poder a quien la practica.La persona se posiciona en el centro de las atenciones de ese grupo siempre receptivo a cualquier chisme, a cualquier información tendenciosa como forma de salir de sus rutinas y aprovechar ese estímulo nuevo como una distracción.
Así como se suele decir, los chismes no saben ser felices. Ellos están muy ocupados camuflando sus amarguras en tareas inútiles y superfluas con las que validan inútilmente su autoestima. La psicología del chisme implacableLa psicología del chisme y los rumores es perfectamente relevante hoy. Considere, por ejemplo, cuán rápido un rumor bien fundado o infundado llega a "contagiar" el mundo de las redes sociales.
La Internet ya es como un auténtico cerebro, donde los datos funcionan como neuronas interconectadas para alimentarnos con informaciones que no siempre son verdaderas, ni respetuosas con los demás.
Mientras tanto,
los especialistas en marketing y publicidad siempre suelen citar el caso del refresco "Tropical Fantasy" como ejemplo del "chisme fatal e implacable". Colocado en el mercado en 1990, el refresco obtuvo éxito casi inmediato en los Estados Unidos, hasta que de repente surgió un rumor alarmante y absurdo. Se decía que estos refrescos baratos habían sido creados por el Ku Klux Klan para una finalidad muy concreta. Su bajo costo permitía que gran parte de la población afroamericana de bajos recursos tuviera acceso a ellos. A su vez, su fórmula ocultaba un propósito oscuro: perjudicar la calidad del semen de los afroamericanos para que no pudieran tener más hijos.
Nadie sabe por qué o quién incendió la llama de este rumor, pero el impacto fue desastroso. La marca "Tropical Fantasy" tardó años en recuperarse, hasta el punto de que aún hoy, no dejan de incluir a las personas negras disfrutando de la bebida en sus propagandas. No importa cuán delirante, infundada o maliciosa fue el chisme en sí, pues logró atacar la sensibilidad de un colectivo que desde entonces desarrolló una resistencia al consumo de este producto, apenas con base en un rumor infundado. Incluso sabiendo que no era verdad, la impresión emocional perdura
.Este es el ejemplo claro de uno de los chismes que fueron más difundidos.
Cómo defenderse de chismes y rumores
Quiera o no, nuestra sociedad está construida a la base de relaciones de poder donde los chismes y rumores son verdaderas armas.Las verdades manipuladas son útiles para muchas personas, pues logran posicionarse con ellas y obtienen beneficios muy concretos. Así,
es necesario que seamos siempre los oídos inteligentes que actúan como barrera,
que frenan la maldad, lo que no tiene sentido, la información falsa y la chispa de este incendio que siempre anhela llevar a alguien con ella. Por eso, y para comprender un poco mejor estos procesos psicológicos tan comunes en nuestros contextos sociales, proponemos que usted tenga en cuenta estos pilares que sostienen la compleja psicología del chisme, del fofoqueiro y del ingenuo que cree.La sabiduría popular siempre nos ha dicho que para romper una secuencia, basta con quitar un eslabón. Si el rumor y el chisme actúan como auténticos virus en nuestro ambiente laboral, familiar o en nuestro círculo de conocidos,es necesario rodearse de personas de confianza para que actúen como diques de contención.
Que usen sus oídos inteligentes para desarmar lo que no tiene sentido.Los chismes se difunden cuando hay alguien que desea adquirir notoriedad a nuestras costas.Ante estas actitudes, podemos actuar de dos maneras: o haciendo oídos sordos ante el absurdo o actuando con asertividad, colocando límites y dejando las cosas claras.
Tenemos que ser conscientes de que en toda organización, comunidad de vecinos o en grupos de compañeros o amigos, va a haber un "rumorólogo" oficial. Un amante de los chismes.
Tenemos que ser siempre íntegros, transparentes y no alimentar este tipo de actitud de propagar el virus del rumor o del chisme. Pero es importante saber que no es nada fácil desenmascarar un rumor, las palabras no siempre son suficientes, son necesarios hechos contundentes para desenmascarar y demostrar la mentira de este chisme. Las malas lenguas siempre nos acompañan de una forma u otra, entonces lo mejor a hacer es siempre evitar ser una de ellas y recordar que los chismes son para las personas inferiores, y la información para los oídos sabios.