Nuestra vida está llena de momentos de culpa y de preocupación, dos emociones, que la mayoría de las veces sirven sólo de distracción en el momento en que las vivimos. Sentimos culpa por lo que hicimos y preocupación por lo que podemos hacer, olvidándonos de vivir el presente.
Dos zonas erróneas: la culpa y la preocupación
La culpa y la preocupación forman parte de nuestras zonas erróneas y, aunque sean emociones diferentes, en realidad, podemos decir que están en los extremos de determinado momento en el tiempo. Así, cuando nos culpamos por algo que estamos dejando de aprovechar en el presente, por estar inmovilizados por algo que sucedió en el pasado, y cuando nos preocupamos y nos paralizamos por algo que todavía se encuentra en el futuro, sobre el que no solemos tener control. Ambas coinciden, por tanto, en inmovilizarnos en el presente. El remordimiento por algo que sucedió ayer y el miedo de lo que esto puede causar en el mañana , suelen dejarnos locos en nuestro día a día. El mundo está lleno de personas que no se sienten bien, sea por algo que no deberían haber hecho, o asustado por cosas que pueden suceder. Tal vez, ni nosotros mismos seamos excepciones. El proceso de culpabilidadLa sociedad se encuentra continuamente enviando mensajes de culpa y de preocupación. Hemos sido educados, la mayoría de las veces, para creer que esas emociones son normales en nuestras vidas. Pero, ¿cómo sucede esto? ¿Alguien lanza un mensaje para que recordemos que fuimos malas personas, por algo que hicimos o no, sentimos o no, dijimos o no? Entonces nuestra respuesta es una mala sensación que nos molesta en el presente. Así, nos volvemos máquinas de culpa. La culpa puede llegar a ser una de las emociones más inútiles. Piense en eso.
Gastamos buena parte de nuestra energía sintiéndonos culpables por algo que ocurrió en el pasado, y quedamos inmovilizados por situaciones que ya no tienen reparaciones.Y no sirve, pues no podemos cambiar nada de lo que sucedió.
Aprender lecciones con el pasado
Necesitamos saber diferenciar la culpa del aprendizaje del pasado. La culpa, como ya dijimos anteriormente, es la paralización del presente, que puede ir desde un pequeño malestar hasta una depresión severa. Nos impide actuar ahora, porque antes nos comportamos de tal manera. En este sentido, gastamos nuestra energía con algo que ya pasó, siendo inútil y perjudicial para nosotros mismos. No importa el tamaño de la culpa, no va a solucionar ni cambiar ningún problema. Pero a diferencia del sentimiento de culpa, el aprender del pasado implica evitar la repetición de algún comportamiento, con la intención de aprender de nuestros errores, sin quedarnos paralizados. Aprender con nuestros errores es saludable, y muy necesario para nuestro crecimiento y desarrollo personal, pues nos permite avanzar. Algunas estrategias para eliminar la culpa. Como ya vimos, la culpa es una emoción inútil, que sólo sirve para paralizarnos y perder el momento presente. Por eso, mirar el pasado como algo sin posibilidad de modificación puede ser de gran ayuda. Cualquier sentimiento de culpa que elegimos no contribuirá a la solución del problema, porque no podemos cambiar el pasado. ¡Grabe eso en su mente! Añada esa información en su repertorio habitual de pensamientos. -
Pregúntese por qué evita el presente por culpa del pasado.
Así, poco a poco, usted conseguirá eliminar la necesidad de culpa. - Comienza a aceptar las cosas que has elegido, pero que pueden molestar a algunas personas.Es necesario que se acepta a sí mismo, pues así la culpa que siente por no obtener la aprobación de los demás desaparecerá.
- Comience a hacer un diario de culpas
en el que anotará todas aquellas situaciones de las cuales se siente culpable, indicando que está perdiendo tiempo en el presente, por angustiarse con el pasado. Esto le permitirá profundizar en el entendimiento de su culpa.
- Trate de mostrar para las personas con las que se relaciona, las que te manipulan a través de la culpa,
que eres capaz de enfrentarte a las desilusiones provocadas por el propio comportamiento. El resultado tardará en aparecer, pero las personas cambiarán cuando ve que no pueden obligarte a sentirse culpable. Siga adelante.
Utilice el pasado como trampolín, pero no como un sofá.