Hay personasque son capaces de mantener una actitud bastante positiva, independientemente de lo que esté sucediendo a su alrededor.Son capaces de concentrarse en lo positivo, incluso en momentos muy negativos.Este tipo de persona es capaz de ver algo bueno, incluso en las personas que más se esconden, de encontrar una oportunidad en las circunstancias más complicadas, de apreciar lo que poseen, incluso cuando tienen poco o perdieron algo. Al leer esto, muchos van a preguntar "¿Cómo es posible lograr mantener una actitud positiva, incluso en momentos de gran estrés?¿Es posible cultivar esa actitud positiva en esos casos? "Afortunadamente, la respuesta es sí.
Es posible cultivar esa actitud positiva pues, aunque hayamos nacido con cierta propensión a desarrollar un determinado carácter, el cerebro es un músculo que puede ser entrenado, y es posible reforzar la tendencia natural de la mente hacia el optimismo. De esta forma, mientras que varios factores influyen en la capacidad de recuperación emocional y el optimismo, los estudios muestran que el cultivo de la gratitud puede ayudar a mantener un estado de ánimo más positivo en la vida cotidiana y contribuir a un bienestar emocional mayor, también aportará beneficios sociales.Cultivar la gratitud es uno de los caminos más simples para lograr una mayor satisfacción general con la vida y el mayor sentido de la felicidad.Las personas con mayor nivel de gratitud tienden a tener relaciones más sólidas, ya que aprecian a sus entes y amigos queridos y éstos, al sentirse apreciados, muestran también una actitud de aprecio al otro.Cómo cultivar la gratitud
En primer lugar, es importantedarse cuenta de los momentos en que empezamos a sentirse estresados por algo que no nos gusta.Una buena práctica es intentar pensar en varias cosas positivas por las que podemos sentirnos agradecidos. Cuanto más recordamos a nosotros mismos los aspectos positivos de las cosas con mayor facilidad, desarrollaremos esa actitud positiva, incluso en casos de gran estrés.
Otra actitud interesante consiste en no compararnos a nadie.
Estas comparaciones suelen ser completamente innecesarias y no hacen más que aumentar nuestro nivel de estrés. La razón es porque tendemos a compararnos con otros que están más cerca de nuestros ideales y, en vez de ver en ellos nuestra inspiración, lo que sucede es que acabamos sintiéndonos inferiores y sintiendo cada vez más envidia. Sin embargo, en estos casos, podemos optar por compararnos a las personas que tienen menos, y sentirnos agradecidos por lo que tenemos, aunque, aparentemente, no es mucho. Podremos descubrir riquezas mucho más allá del material y virtudes más interesantes que las meramente físicas.
Por último, una buena costumbre para cultivar la gratitud es mantener un diario de gratitud, que ayudará a mantener una actitud positiva diaria. Además, podrá servir para obtener una fuente de inspiración positiva en momentos negativos, que será muy valiosa, ya que es fruto de nuestra propia existencia.