La llamada "síndrome del espejo" es más frecuente de lo que pensamos.Del hábito de mirarnos y analizarnos frente al espejo, puede surgir la necesidad de aprender a convivir con el cuerpo que tenemos y analizar nuestros complejos y defectos, antes de buscarlos en los demás.
El síndrome del espejo tiene que ver con los comportamientos que las personas tienen en relación a su propia imagen , distorsionándola hasta ver defectos o magnificar a aquellos que creen tener. Podríamos decir que este objeto que tenemos en la habitación, en el baño, o en cualquier otro lugar de nuestra casa, es el mediador en una relación. En la mayoría de los casos, la pareja compuesta por una "persona y su imagen" es bastante dispares, y puede ser el causante de una relación enferma y llena de problemas, sufrimientos, dificultades, preocupaciones, peleas, etc.
Así como ocurre al convivir con alguien,tenemos que aprender a vivir diariamente con nuestro cuerpo y, sobre todo, con lo que vemos en el espejo, que no es más que una proyección que hacemos de nosotros mismos.
"Espejo, espejo mío ... ¿Hay alguien más hermoso que yo?"
Ya decía la malvada bruja del cuento Blancanieves. Ella hacía lo imposible para ser siempre joven y hermosa. En realidad no tenemos pociones o brujerías para que esto suceda; la fuente de la juventud no existe. Lo que existe es la capacidad de amarnos como somos y, sobre todo, de aceptarnos, sin importar la edad, los kilos, las arrugas o los centímetros.
El síndrome del espejo puede convertirse en una patología como ocurre en los casos de bulimia y anorexia, dos trastornos muy frecuentes en la adolescencia y principalmente entre las mujeres. No importa cuánto ellas adelgazan, estas mujeres (y algunos chicos también) siempre se verán gordas y feas, producto de una distorsión a nivel cognitivo.
Cómo superar el síndrome del espejo? En primer lugar, es necesario dejar de lado los prejuicios y las comparaciones. No somos mejores y ni peores que los demás; sólo diferentes.
Más gordo, más delgado, más alto, más pequeño, más hermoso, más feo ... son sólo apreciaciones arbitrarias. La moda va cambiando y los patrones de belleza también.
Es sólo mirar las pinturas de tres siglos atrás.
Cada uno de nosotros es hermoso por sus características particulares, somos únicos e inigualables , los seres más bonitos de toda la creación. Esto no quiere decir que debemos hacernos narcisistas y admirar nuestra imagen todo el tiempo, por encima de todas las cosas y personas, exhibiendo nuestra belleza. Significa que es necesario aprender a amarnos y aceptarnos como realmente somos.
Por otro lado, es fundamental empezar a reírse de sí mismo, de nuestros errores y de lo que no nos gusta. Un toque de humor aliviará mucho la existencia y mejorará la relación que tenemos con nuestro cuerpo y también con los demás. También es fundamental convertirnos en nuestros mejores amigos y cómplices. ¿Qué quiere decir esto? No prejuzgar nuestra imagen por lo que nos muestra el espejo. Si estamos de buen humor, felices y satisfechos, verdaderamente, no importa el tamaño de la cadera, de la barriga o de la nariz. Y como medida fundamental,
debemos amarnos para que, después, podamos amar a los demás. Si no nos respetamos, nadie lo hará.La única persona con quien se permiten comparaciones es usted mismo, nadie más. Sólo tienes que luchar y superar cada día, ser una persona mejor y desarrollar nuevas habilidades. Usted podrá analizar cómo era ayer y cómo es hoy, no para criticarse, sino para saber de qué manera actuar para evolucionar. La percepción de nuestro físico es sólo un reflejo de nuestro estado interno.
Debemos preocuparnos por nuestra salud, no con las apariencias. Ciertamente, usted tendrá una percepción diferente de su imagen en el espejo. Haz una prueba: si se mira en el espejo un día que está triste y se compara con algún otro día, en el que estaba feliz, verá una gran diferencia. En el momento en que nos aceptemos como somos, tendremos la capacidad de reírnos de nuestros errores y engaños, sin importarnos con lo que refleja el espejo; es cuando nos habremos convertido verdaderamente en personas equilibradas y felices.Cuando podamos reírnos de nosotros mismos, podríamos sonreír para los demás, una sonrisa que mostrará nuestra verdadera esencia y que encantará a los que están a nuestro alrededor.