Todos hemos oído hablar del trastorno de estrés postraumático (TEPT). Sabemos que las personas que sufren este trastorno son las que se expusieron a situaciones en las que sentían que corrían un gran peligro. De forma inesperada, algo sucedió que las afectó de forma considerable.
Los abusos sexuales, los asaltos, las guerras, los atentados terroristas son algunos de los ejemplos de acontecimientos que pueden desencadenar el trastorno de estrés postraumático. Pero no se trata sólo de situaciones provocadas por el hombre. Los desastres naturales, como los huracanes o los terremotos, también pueden ser la causa del trastorno. La pregunta es: ¿cómo podemos tratarlo?
"Cada guerra es una destrucción del espíritu humano."
-Henry Miller-
Los primeros pasos en el tratamiento del trastorno de estrés postraumático: psicoeducación y respiración
Cuando alguien sufre un trastorno psicológico, la primera cosa a hacer es pedir la ayuda de un psicólogo adecuado. En este sentido, para el tratamiento del trastorno de estrés postraumático, la intervención cognitivo-conductual es aquella que goza de mayor aceptación y la más apoyada por la evidencia empírica. Por lo tanto, si queremos minimizar el riesgo de cometer errores, será mejor encontrar un profesional que trabaje con intervenciones típicas de esta corriente.
Este terapeuta realizará una evaluación inicial, esencial para comprender los problemas que el paciente presenta. Después, es importante iniciar la psicoeducación: él explicará al paciente qué está pasando con él en términos que pueda entender. Aquí se deben enfatizar los síntomas que la persona sufre, indicando por qué aparecen, qué los mantiene y cómo serán tratados.
El objetivo es que la persona entienda, en la medida de lo posible, lo que está sucediendo con ella. Además, es fundamental que ella entienda por qué y cómo vamos a resolver el problema, para que cumpla con el tratamiento y para que podamos hacer que mejore. Después de haber entendido todo esto, vamos a enseñar algo fundamental al paciente: relajarse.
Si entrenamos al paciente en la respiración abdominal, le proporcionaremos una herramienta simple y muy útil que puede poner en práctica cuando aparezca la ansiedad, tan característica del trastorno. Por otro lado, una vez que el paciente ha adquirido alguna facilidad con el procedimiento, es importante que practique de forma continua desde el principio.
"A veces la cosa más productiva que usted puede hacer es relajarse."
-Mark Black-
¿Cómo continuar con el tratamiento del trastorno de estrés postraumático?
Además de proporcionar herramientas para que la persona ponga en práctica cuando la ansiedad aumente, es importante trabajar otros aspectos que están allí, aunque no siempre se ven. Hablo de los pensamientos y creencias asociados al evento que desencadenó todo. Si no abordamos esto, el tratamiento del trastorno de estrés postraumático será incompleto: será como colocar un yeso en una herida abierta. Por eso, es importante que el paciente aprenda a identificar las ideas que aparecen en su mente y que giran en torno al mismo mensaje: lo que sucedió fue su culpa. O que no va a poder superar. O que el mundo está lleno de peligros y eso va a suceder de nuevo. Es decir, él tiene que aprender a localizar los pensamientos automáticos y las creencias irracionales cuando ocurren. Con eso, realizaremos el primer paso de la reestructuración cognitiva. Después, a través del diálogo socrático, todo esto será cuestionado en la consulta. De esta forma,
a lo largo de las sesiones, la persona aprenderá a derribar aquellas ideas que afectan el mantenimiento del trastorno.
Finalizando el tratamiento del trastorno de estrés postraumático Para que el tratamiento del trastorno de estrés postraumático esté completo, es necesario añadir algo más. Dado que estas personas suelen evitar todo aquello que esté relacionado con la situación en que vivieron el peligro, es importante trabajar la exposición, tanto en la imaginación y en la vida real.
Con eso, conseguimos que ellas reduzcan su nivel de ansiedad al acostumbrarse a la situación. Además, van a aprender que recordar el episodio no significa que tengan que tener la misma experiencia, así como no necesariamente perder el control de nuevo.
Esto hará que las personas diferencien entre el evento traumático y otros asociados a él, pero que no son peligrosos. "No hay nada tan característico del progreso del animal hasta el hombre como la disminución de la frecuencia de ocasiones justificadas para sentir miedo."-William James-
En la consulta también se reforzará la idea que fue trabajada en terapia: lo que sucedió fue algo concreto y específico, no un evento general probable o frecuente. Por fin, hará que su sensación de autocontrol aumente, además de verse como más capaz de lidiar con la situación. Por último, como en todos los problemas de ansiedad, es importante incluir en el tratamiento del trastorno de estrés postraumático la prevención de recaídas.
Este último paso es fundamental, ya que ayudará a garantizar que el progreso logrado se mantenga y proporcionará al paciente un sentimiento de empoderamiento. De esta forma y siguiendo el método científico, habremos logrado que la persona recupere las riendas de su vida.