¿Cuántas personas usted dejó ir de su vida porque estaba cansado de escuchar sus excusas y justificaciones? Piense. Podemos caer una, dos, tres, hasta diez veces, pero nos levantaremos veinte sabiendo que, al final, hicimos lo mejor para nosotros y nuestra salud emocional: dejarlos ir.
Nunca llegaremos a entender muy bien lo que hace que permitimos entrar en nuestra vida determinadas personas especializadas en poner nuestro mundo de cabeza hacia abajo, en hacernos vivir decepciones, falsas esperanzas y tristezas injustificadas.
Si usted es importante para alguien, ese alguien hará lo posible para atenderlo, para cuidar de usted. Si no es así, esta persona se valdrá de las excusas para justificar un falso cariño. No permita eso, intente advertirla a tiempo y rodearse sólo de personas auténticas, simples e íntegras.Compartir
Se suele decir que las excusas son propias de las personas mediocres, o más aún, personas que son hábiles artífices de la mentira o de la manipulación. No sabemos con certeza, pues desconocemos cómo funciona el cerebro y la voluntad de quien usa ese tipo de muleta en su día a día.
Lo que sabemos es que el sentimiento que ese tipo de acto produce en nosotros es la decepción. Hoy en nuestro espacio queremos reflexionar sobre este tipo de comportamiento. Comprenderlo, administrarlo y saber reaccionar, aunque sea difícil para nosotros. ¿Qué es peor: una excusa o una mentira?
Piense durante un momento en lo que es peor para usted: una excusa o una mentira? En realidad, ambas son parte del mismo lado de una moneda: la falta de sinceridad y de valentía.
Cuando nos disculpamos o mentimos no estamos siendo sinceros, y mucho menos valientes. Se suele decir que los seres humanos son muy hábiles creando pretextos, pero hay quienes hacen de ellos una forma de vida para enmascarar la irresponsabilidad de actuar siendo íntegro con sus pensamientos y con sus actos. Es por eso que las excusas son muy peores que las mentiras.
CompartirHay mentiras hábiles y mentiras piadosas
, hay incluso mentiras que duran toda la vida y que nunca se descubren. Pero las excusas y los pretextos se utilizan a menudo como vanos intentos de manipulación emocional. Veamos un ejemplo.Supongamos que alguien que es muy significativo para nosotros comienza a quedar distante
, y no nos da razón alguna de por qué lo hace. Simplemente decide desaparecer de nuestra vida. Si el vínculo afectivo con esta persona era muy intenso, usted tendrá que recomponer pieza la pieza de su corazón y de ese paquete llamado existencia.Pero el ejemplo no termina aquí.
En poco tiempo vuelve, y lo hace ofreciendo alguna de las excusas más clásicas: necesitaba tiempo para pensar, y al dejarnos se dio cuenta de lo que significaba para él, o alega que terceros fueron los causantes de esa separación. Es posible que usted le ofrezca una nueva oportunidad, que abra las puertas una vez más, peroquien está acostumbrado a las excusas volverá a caer de nuevo en la misma conducta.
Es entonces que finalmente decidimos dejarlos ir.¿Qué perfil esconde, de hecho, ese tipo de persona tan acostumbrada a usar excusas? Miedo a asumir una responsabilidad.
Inseguridad de actuar de acuerdo con sus pensamientos. Prefiere enmascarar la realidad con una mentira para justificarse, para defenderse.
- Incapacidad de asumir errores.
- Falta de coherencia ante las propias ideas.
- Una cierta
- inmadurez emocional.
- Hay personas que carecen de autocontrol o de una adecuada gestión emocional. Actuan por impulso sin pensar en las consecuencias, para después ocultarse en los pretextos o en las excusas. La falta de una buena autoestima.
- Las conductas inmaduras que recurren a las excusas continuas pueden ser modificadas
- siempre y cuando sean capaces de desarrollar las siguientes actitudes:
Acabar con el hábito de las conductas evasivasPersistencia y conocimiento interior
- Coherencia
- Responsabilidad
- Respeto por los demás
- Tolerancia cero frente a las las disculpas constantes (amigas de las mentiras)
- Quien se aleja sin razón, en verdad, carece de la valentía y de la sinceridad para explicarle esa verdad.
¿De qué sirven las excusas si sabemos que, más que pretextos, son mentiras encubiertas?
Usted tendrá que dejar ir quien nunca hizo nada para quedarse, quien dio de regalo falsas esperanzas, medias verdades, y un amor a la mitad que nos llenó de carencias y tristes felicidades. A lo largo de nuestra vida vamos a encontrarnos con muchas mentiras
, e incluso nosotros mismos usamos alguna excusa en alguna ocasión. Pero jamás haremos uso de ellas para encubrir lo que realmente sentimos y, menos aún, para hacer daño a alguien.Si en su día a día usted siente que aquellos que "le gustan" son expertos expertos en este tipo de artimañas y torturas, reflexione y analice acerca de cómo lo hacen sentir.
Si vulneran su integridad, si la falsedad ya está desfigurando su corazón, practique la tolerancia cero a las excusas. Se aleja con razones y no busque sus propios pretextos, porqueno hay que vivir con quien nos duele ... esa es la auténtica realidad.