Las razones son propias para cada uno, pero pueden ser englobadas en cinco puntos: 1. Falta de conciencia A veces comemos sin darnos cuenta. Esto sucede con mucha frecuencia mientras trabajamos o cumplimos las tareas de la vida diaria.
Generalmente, esta situación se presenta cuando ya comimos y seguimos "pellizcando" algunos alimentos, como salchichas o dulces. La solución para este problema es tomar conciencia a la hora de comer, enfocarse en el momento y alejarse de todo alimento después de terminar una comida.
2. Falta de capacidad para enfrentar sentimientos negativos Todos los días enfrentamos situaciones que nos afectan y nos perjudican emocionalmente. Al presentar esta situación podemos sentir que necesitamos huir y distanciarnos de alguna forma.
Cuando esta válvula de escape es la comida, estamos tratando de llenar nuestra alma con alimentos poco saludables y nutritivos.
Es importante ser capaz de enfrentar las situaciones que nos alteran, lo que se puede lograr conversando con nuestro compañero, un buen amigo o, si es necesario, visitando al psicólogo. 3. La comida como único placer Los pasatiempos y actividades predilectas suelen tener un lugar importante en la vida de cualquier persona. Pero
cuando se vive solitario o no se tiene muchos pasatiempos, la comida puede convertirse en un solo y peligroso placer.
Cuando esto ocurre, la comida actúa como una especie de droga y puede provocar grandes daños físicos y enfermedades. Para combatir este problema, es importante encontrar otros pasatiempos y actividades reconfortantes. 4. Confusión de necesidades fisiológicas Cuando pasamos mucho tiempo sin comer o descansar, nos situamos en una situación en la que es fácil actuar como comedor compulsivo. En estos momentos, el cuerpo puede confundir sensaciones similares, pero que son muy diferentes en relación a los beneficios que pueden proporcionar. Por ejemplo, se puede creer que se siente hambre cuando en realidad se tiene sed o sueño. Para evitar esta situación es necesario dormir bien y tener una dieta equilibrada.
5. Odiar a sí mismo
Es raro asimilar la idea de odio al propio cuerpo con el comer en exceso, pero eso es muy real. Cuando alguien odia su cuerpo, puede volverse adicto a la comida.
Puede ser una ironía muy grande, pero aquellos que odian su cuerpo por cuestiones de peso, creen que al perder los kilos extras se sentirán más a gusto con ellos mismos.
Comer compulsivamente es mucho más que una decisiónAunque mucha gente cree que los comedores compulsivos simplemente deciden seguir comiendo, es cierto que su problema tiene su origen en los aspectos más profundos de la psique. Por eso, es muy importante ayudar a quienes padecen este problema a encontrar la ayuda médica adecuada.