Si sus planes no agradan, vaya solo

Si sus planes no agradan, si sus sueños no encajan en los moldes de otra persona, vaya solo.Alguien te encontrará. Porque a veces es necesario dar un fin a una mala historia para permitir que un destino nuevo nos encuentre. Piense que lo importante es avanzar siendo protagonistas de nuestro propio recorrido.

Dice Carl Gustav Jung que nuestra visión será siempre mucho más clara si en vez de mirar hacia el exterior, empezamos a mirar hacia nuestro corazón. Porque quien mira hacia fuera "sueña", pero los que atienden su interior "despiertan". Otra cosa que también sabemos es que despertar, a veces, es doloroso: implica tener que desapegarse de muchas cosas que tenemos ahora. "Tenemos que hacer planes para ser libres y no sólo para estar seguros, porque de hecho, sólo la libertad puede darnos seguridad."

-Karl Popper- Muchas veces

olvidamos que la vida, en realidad, es un viaje. Un trayecto dinámico en el que la permanencia es falsa, en la que el presente no deja de ser efímero. Una realidad que genera incertidumbre y contra la que intentamos ganar seguridad, a menudo a cualquier precio.A veces nos apegamos a la permanencia de estos campos estériles. Una tierra árida donde crecen sólo malas hierbas ya la que nos apegamos sólo por sentirnos seguros, ligados a las raíces de algo o alguien que nos ofrece lo que llamamos amor, respeto o felicidad.

Tenemos miedo de "avanzar" en soledad cuando más necesitamos a alguien, tememos que la melancolía nos abrace, que el fracaso nos reciba y que las realidades encontradas no se armonicen con las expectativas que creamos. Pero debemos tener algo siempre en mente:

avanzar también es "desabrochar" regalos que nos lastiman.Es caminar por el camino del desapego llevando nuestra mochila con otros planos y otros vientos que, tarde o temprano, comenzarán a aparecer en el horizonte ...Los buenos planes implican cruzar la línea del miedo

Hay un antiguo proverbio inglés que dice que

"quien nunca se equivocó nunca se atrevió a vivir". Esto es algo que ocurre con bastante frecuencia. Hay quien opte por contraerse en la inercia de las rutinas para no asumir riesgos. Porque el mal conocido será siempre mejor que el bueno por conocer.Porque es más adecuado actuar como los demás esperan que sorprender siendo la oveja negra. Ajustar a las expectativas de los demás y conectar el piloto automático nos garantiza esa sensación de seguridad. Un sillón libre en la primera fila del cine del que no se asumen riesgos, donde no hay que afrontar consecuencias inesperadas.

Salir de la zona de confort significa, efectivamente, pasar antes por el muro del miedo. Y no todos estamos preparados para eso, pero

por qué no?Fiona Lee,doctor en Psicología Social por la Universidad de Michigan, concluyó a través de un interesante trabajo que la gente tiene miedo, por encima de todo, de fracasar. Todos tenemos planes grandes e interesantes en mente que casi nunca ponemos en práctica.

Tenemos miedo, las opiniones de los demás nos incomodan y tememos, por encima de todo, fracasar. Decimos a nosotros mismos que "nuestro tren ya pasó", mientras salimos mirando fijamente en el reflejo de una ventana. Lo hacemos preguntando qué habría sido de nosotros si hubiéramos dado ese paso.Si hubiéramos puesto este plan en práctica.No es fácil. En realidad, a través de los estudios de la doctora Lee, se han demostrado aspectos muy interesantes. Las empresas basadas en la innovación de productos, por ejemplo, tienen mucho en cuenta el hecho de que la gente no les gusta los cambios. Por lo menos no de cambios bruscos.

Un cambio es la ruptura de lo que está establecido y, por lo tanto, implica miedo, desconfianza y fracaso.Nuestro cerebro tampoco le gusta los cambios. Su función es garantizar nuestra supervivencia, por lo que nos susurra que

"es mejor no salir de su zona de confort.Sin embargo, en ciertas ocasiones hay que hacerlo.Debemos dar el paso y cruzar la línea del miedo.Sueños vitales, planos y mares turbulentos

Si a nadie le gustan sus planes, no los cambie.

No dejes que las mentes cuadradas te hacen caer en estos círculos viciosos basados ​​en la infelicidad. Al final, y de alguna manera, todos nos transformamos en Ulises perdidos en el mar de la vida ansiando encontrarnos con nosotros mismos. Soñando alcanzar una Ítaca donde abrazar la calma, la felicidad y la realización de nuestros planes."El ser humano es su propio proyecto, y la vida, un barco que debemos saber controlar por estos mares turbulentos."-Robert Balden-Powell-

Es hora de propiciar el cambio y dar forma a sus sueños. A continuación se explica cómo se puede hacer esto. Llaves para dar forma a nuestros planes

Estamos seguros de que

hasta este momento de su vida ya ha aplazado una infinidad de planes.

Tantos que ni siquiera puedes recordar a todos. Sin embargo, recuerde: quien pospone sus objetivos, deseos o sueños por miedo, no vive. Quien "calza" los zapatos de otras personas se queda sin pies para caminar. Quien ofrece aire para que los demás respiren olvida que también tiene que respirar.Cambie el foco, cruce la línea del miedo al fracaso.Entiende que la vida es un viaje. Que avanzar por nuevos caminos es su única oportunidad para transformarse, para conquistar a sí mismo.

Comprenda que todos nosotros somos huérfanos buscando nuestro espacio en este mundo.

  • Si usted ancla a planes que no son suyos, entonces usted será un eterno náufrago.
  • En este viaje usted vivirá decepciones, fracasos y traiciones. Sin embargo, como todo buen náufrago, usted no debe dejar de mirar al horizonte.En cada sufrimiento usted debe avanzar. En cada pérdida, también.
  • Siempre que tenga un sueño en mente podrá contar con el aliento para alcanzar su objetivo.Recuerde que su mente es experta en crear falsas ilusiones.Ella te hará complaciente para encajar, te hará decir "sí" cuando deseas gritar un "no".
  • Tome conciencia y haga de su autoestima su mejor arma.Escuche su intuición, esa voz sabia, ese perfume de sus esencias que actúa como su mejor brújula vital. Nunca es tarde para dar forma a sus sueños, a sus planes. Aunque a veces no hay más remedio que ponerlos en práctica sin la compañía de nadie.