La frustración es una emoción universal que todos vivimos. Así como otras emociones de polo negativo, como el miedo y la tristeza, es necesaria, ya que es un indicador de que algo no está funcionando y de que hay que cambiarla. También como el resto de las emociones, puede llevarnos a comportarnos de forma agresiva.
Sin embargo, en este punto es preciso identificar, dentro del estado emocional de frustración, el grado de intensidad con el que se manifiesta y la forma en que se controla. Algunas personas sienten una frustración desproporcionada con respecto a lo que la desencadenan, y además responden a ella de forma exagerada, con explosiones de ira y agresividad: sufren lo que se llama un trastorno explosivo intermitente. "La ira es un ácido que puede causar más mal al recipiente que lo contiene que a aquello sobre lo que se lanza."
-Seneca-
¿Qué es el trastorno explosivo intermitente
Se trata de un trastorno en el cual el control de los impulsos y el control emocional se ven afectados.
Además, podemos decir que se caracteriza por dos factores fundamentales. La persona con este trastorno vive episodios recurrentes en los que protagoniza explosiones de ira. Estados en los que aparecen el descontrol y la agresividad, con una actitud amenazadora que se manifiesta por medio de gritos ya menudo daños físicos a los objetos que lo rodean e incluso a animales o personas. No se trata de una cosa puntual, sino de un estado emocional descontrolado recurrente.
- Estos episodios de ira no son proporcionales a la causa que los acarrea. Suelen ser provocados por una situación que el sujeto interpreta como negativa, pero con la que otras personas tratarían con facilidad, como una pequeña discusión, un trabajo que no funcionó, una crítica de un compañero de trabajo ... En algunos casos la causa puede hasta ser imaginaria, como por ejemplo sentirse atacado en una discusión, cuando en realidad no existe ataque, o por celos imaginarios. Todos son "motivos" que desatan una fuerte agresividad.
- El trastorno explosivo intermitente es un obstáculo No saber lidiar con la ira tiene consecuencias devastadoras
en la vida de quien padece de este trastorno y en su entorno, ya que controlar los impulsos agresivos es una cosa fundamental para vivir en sociedad.
La mayoría de las personas con este trastorno tienen problemas con sus relaciones personales, sean familiares, amorosos o amistades. Vivir cerca de una persona con este trastorno es prácticamente estar en estado de tensión constante: es imposible predecir cuando explotará, lo que hace que las personas que la rodean y gustan acaben alejándose por miedo a las explosiones y sus consecuencias. Este trastorno también afecta la vida profesional de aquellos que lo padecen. Dado que la persona no sabe cómo controlar su surgimiento, ni prevenir situaciones frustrantes que todos sufrimos en el ámbito profesional, como discusiones con colegas o críticas de superiores, éstas terminarán desencadenando un exceso de ira temprano o tarde, lo que lleva a un ambiente profesional malo . El ser enviado es algo muy probable si la situación es frecuente.
¿Por qué algunas personas tienen explosiones de agresividad?Algunas investigaciones apuntan que las explosiones de agresividad son consecuencia de un déficit de serotonina en el cerebro
, así como lesiones en la corteza prefrontal. La corteza prefrontal es justamente la parte del cerebro que está relacionada al control de los impulsos y que se encarga del pensamiento superior.
Aunque esto nos lleve a pensar en causas biológicas, otro aspecto que debe ser destacado es que
la mayoría de las personas que sufren este trastorno convivió en ambientes donde una o varias personas manifestaban explosiones de ira. Esto lleva a pensar que, además de una predisposición biológica, es muy importante el aprendizaje que tenemos cuando los niños para controlar las emociones.Si un niño crece percibiendo la ira desmedida y la violencia como instrumentos válidos para alcanzar objetivos, es de esperar que estas conductas se mantengan a lo largo del tiempo y sean alimentadas. Es necesario que los pequeños presencien ejemplos de solución de conflictos y gestión de la frustración sanos, donde prevalezcan la paciencia y el diálogo.
Además, es importante ayudar a los niños a entender su frustración y cómo administrarla , sobre todo si tienden a hacer quejas por medio de las garrapatas, buscando ayuda profesional si es necesario. De esta forma, estaremos evitando muchos problemas futuros. El trastorno explosivo intermitente puede ser tratado
Nunca es tarde para aprender más sobre nuestras propias emociones y cómo administrarlas. Por medio de la terapia cognitivo-conductual es posible lograr que estas personas identifiquen los primeros signos de la aparición de la rabia y así puedan detenerla antes de que crezca y cause serios daños. Para detenerla se ofrecen una serie de alternativas, como salir de la situación que está provocando la frustración. Esta salida puede ser mental (desviando la atención) o física.
Otros aspectos que ayudan son practicar técnicas de relajación que disminuyan el estado general de ansiedad y procurar reducir el tono de activación general dirigiendo esa energía a través de la práctica de algún deporte. En algunos casos, la medicación que equilibra la serotonina también puede ser de gran ayuda. Lo importante es que, ganando conciencia de que existe un problema y buscando ayuda, es posible aprender a administrar la ira y mejorar la propia vida y la de los que nos rodean. Esto vale para las personas que tienen un trastorno, pero también para nosotros mismos en situaciones extraordinarias, sean cuales sean. "Cuando salí por la puerta hacia mi libertad sabía que si no dejaba atrás toda la ira, el odio y el resentimiento, seguiría siendo un prisionero."-Nelson Mandela-