Aprender a encerrar para poder empezar de nuevo

Cuando terminamos un capítulo, se cierra una pequeña historia; cuando decimos adiós, escribimos un pequeño final. Todo lo que no cerramos seguirá persiguiendo y continuará siendo repetido, hasta que seamos capaces de escribir un punto final, a través de un proceso de duelo, para empezar de nuevo en otra página.

El luto se define como el proceso de adaptación emocional que sigue a cualquier pérdida. Una pérdida no indica necesariamente una muerte. A pesar de ser la relación más fuerte hecha por el inconsciente colectivo, una pérdida también se refiere a separaciones, cambios de empleo, cambios ...

Pasos del proceso de luto

Las diferentes etapas existentes en el luto que fueron propuestas por la doctora E. Kluber Ross son:

  • Fase de negación:la persona se niega a aceptar la pérdida. También puede estar inmersa en un estado de shock que le impide aceptar el inicio del camino que inevitablemente tendrá que recorrer.
  • Fase de ira: en esa etapa, la persona muestra frustración y rabia. Puede ser relativa a las circunstancias en que se produjo la pérdida, relativa a sí mismo, a otras personas, etc.
  • Fase de negociación: la persona intenta buscar soluciones para la pérdida. Si hablamos de la pérdida de un ser querido, esta fase de negociación puede incluir el hecho de retomar algunas actividades que hacía en compañía del fallecido.

  • Fase de tristeza: en esa etapa, la pérdida es experimentada a través del dolor y se trata de la tristeza que surge. Es una fase de recogimiento sobre sí mismo.
  • Fase de aceptación: en esta etapa, la persona toma conciencia del momento en que se encuentra y de la pérdida. Ella acepta e intenta adaptarse al ambiente haciendo lo mejor con lo que tiene en aquel momento.

Estas fases no son igual para todos. Tampoco ocurren en ese mismo orden, ni tienen una duración específica; son meramente indicativas. El importante de esa división para lidiar con una persona que está en pleno proceso de duelo es saber que en cada etapa vamos a encontrar a alguien con una disposición distinta frente a este duelo. Esta disposición va a definir las herramientas y las tareas que podemos proponer para esa persona.

Todo proceso que no se enciende adecuadamente tiende a repetirse, a estancarse o a retroceder. Todas las fallas que vemos en los demás e ignoramos o encerramos sin lidiar con las mismas, nos llevan a la misma dirección. Porque necesitamos experimentar el dolor de la pérdida, porque necesitamos ver cómo nos sentimos, necesitamos extraer la energía que envuelve la rabia para luego integrar esa tristeza como una parte aceptable de nosotros mismos.

Si no realizamos este proceso de cierre, lo único que estaremos haciendo es un curativo, sin realmente curar la herida que sangra. Así, sólo vamos a conseguir tapar superficialmente lo que nos duele, apenas hasta tocar nuevamente en esa herida. En el libro "El Camino de las Lágrimas", Jorge Bucay nos explica esta frase:

"Sufrir es transformar el dolor en algo crónico. Es transformar un momento en un estado, es apegarse al recuerdo de lo que me hace llorar, lo que no me permite dejar de llorar, olvidar, renunciar o librarme de ese pensamiento, aunque el precio sea mi sufrimiento, una lealtad misteriosa a los ausentes ".

-Jorge Bucay-

El dolor que necesitamos experimentar es una emoción sana, es una sensación de que nos está curando, nos conecta con nuestro interior y nos ayuda a procesar la pérdida. Ella también añade algo, pues nos da un tiempo para nosotros mismos.
Ninguna emoción en la medida correcta es disfuncional y, por lo tanto, las pérdidas provocan tristeza, dolor, distanciamiento, ira, etc. Son etapas y, cuando duran más que lo necesario o cuando lastiman o imposibilitan de continuar la vida por mucho tiempo, es ese el momento de pedir ayuda. Cuando la tristeza se transforma en depresión, la ira en agresiones injustificadas, el distanciamiento en deslealtad personal o el dolor en desgarramiento, entonces sí: algo está fallando en ese proceso de curación, no estamos en el camino correcto de las lágrimas y necesitamos pedir ayuda.

¿Qué papel tengo en el proceso de duelo? "El proceso de luto permite buscar el lugar que su ser querido merece entre los tesoros de su corazón. Es recordarlo con ternura y sentir que el tiempo que pasó con él fue un gran regalo. Es entender con el corazón en la mano que el amor no acaba con la muerte. "-Jorge Bucay-

Saber por qué una etapa terminó y qué pensamiento positivo puedo sacar de eso, lo que me dio mal, lo que yo podría haber hecho mejor, me ayuda a conocerme ya saber lo que puedo hacer para mejorar. Lo que quiero cambiar, lo que quiero mantener o lo que yo habría hecho mejor.

El proceso de luto me lleva a una reticencia especial, porque marca el final de una historia. No es un proceso pasivo, exige de cada uno de nosotros, de nuestras emociones y de nuestras acciones, de nuestra voluntad y de nuestra fuerza para seguir adelante y empezar de nuevo.

Exige un trabajo personal para saber escribir un buen final y comenzar el próximo capítulo con lo que usted aprendió y disfrutó.