El chantaje emocional y la manipulación

El chantaje emocional es una forma de control que recurre a la culpa, obligación y al miedo para conseguir que otra persona haya de acuerdo con los intereses de quien chantajea. Una manera de manipular la voluntad ajena es provocar sentimientos negativos, de los cuales la persona chantajeada parece no poder salir, a menos que haga lo que el chantajista desea.Todos nosotros ya nos hemos visto involucrados, alguna vez, en una situación parecida, ya sea como víctimas o como carrascos.

¿Pero por qué manipulamos o dejamos que nos manipulen? El chantaje emocional está infiltrado en nuestras relaciones, lo que a veces dificulta determinar si estamos siendo chantajeados o si somos los chantajistas.

Suele ser hecha de manera inconsciente y, por eso, resulta más difícil detectar la manipulación. Frases como "usted sabe lo que está haciendo?", "La decisión es suya", "si me amó no lo haría", son ejemplos de cómo mensajes aparentemente inofensivos pueden tener una carga de intención para poner miedo a la otra persona, caso no cede a los deseos del chantajista. Generalmente, asociamos la manipulación con personas maquiavélicas, retorcidas y egoístas. Sin embargo, en la práctica,

todos recurrimos alguna vez a algún tipo de chantaje emocional. Una persona ejerce el papel de manipulador siempre y cuando intenta controlar lo que otra persona dice o hace, exige algo y no proporciona alternativa de elección o detona la autoestima ajena. El objetivo del chantaje emocional suele ser ganar el poder en una relación. Cómo defenderse del chantaje emocional

No todos los grados de chantaje son iguales y no responden a los mismos objetivos. Algunas son inocentes y casi inofensivas. Sin embargo, otras son tan distorsionadas que pueden acabar detonando psicológicamente a otra persona. La manipulación llevada al extremo puede dejar una herida emocional muy perjudicial para la persona que sufre.

El chantajista emocional ejerce el papel de víctima, probablemente lleno de inseguridades y miedos. En vez de asumir sus limitaciones, proyecta en el otro esas debilidades, provocándole sentimientos negativos. El chantajeado acepta el aburrimiento, principalmente por miedo a las consecuencias o de que el chantajista cumpla sus amenazas.

Si se defiende de un chantajista depende de cada uno. Cuando una persona cree que está siendo manipulada, lo mejor es adoptar una actitud pasiva.

No negarse, pero tampoco aceptar sus pedidos sin grandes reacciones. Déjelo en "Stand by". Esta tregua de tiempo servirá para observar las emociones en sí mismo. Sentimientos como la culpa, el desasosiego o la frustración suelen estar asociados a esas prácticas. Nadie puede controlar las acciones del otro. Por lo tanto, no permita que nadie le somete al chantaje emocional.