Hagamos de cuenta que todas las cosas buenas ya nos abrazan para que nos alcancen antes. Hagamos de cuenta que ya somos felices para que nuestras emociones nos convenzan de ello. Creer cada día con firmeza y convicción que merecemos lo que deseamos no es ningún acto de egoísmo. En realidad, es el primer paso hacia el crecimiento personal.
Refleja sobre ello por un instante: si nosotros mismos no nos convencemos de que podemos y debemos salir de una depresión, de una relación infeliz o de un trabajo que pone en juego nuestros derechos, nadie más lo hará. El verdadero héroe que le permitió varias veces salir de esos agujeros negros en la vida en que usted se vio sumergido fue usted, y la forma en que lo logró es, sin duda, por medio de una voluntad de hierro y un pensamiento que tenía un objetivo claro."Usted merece lo mejor de lo mejor, porque es de esas personas que en este mísero mundo siguen siendo honestas consigo mismas."
-Frida Khalo-
Actualmente es muy común ver trabajos, libros y publicaciones interesantes donde estamos estimulados a transformarnos en el CEO (o sea, Director Ejecutivo o Director Ejecutivo) de nuestro propio cerebro. El objetivo, sobre todo, es exponer la necesidad de que todos nosotros consigamos comprender cómo funciona el cerebro para tener más control sobre sus procesos.
De hecho, si existe una cosa que todos sabemos desde hace mucho tiempo es que el ser humano es una compleja entidad guiada y dominada por las emociones.
Son las que nos toman de sorpresa, nos guían, nos entorpecen a la base de dopamina, serotonina y oxitocina y ellas que nos conducen, a veces, en ese naufragio químico que nos ahoga en estados permanentes de tristeza y desamparo. Pero a veces también es muy necesario ponernos como el CEO de nuestro propio cerebro para asumir el control y guiarnos hacia el cambio, el bienestar. Veamos cómo hacerlo. El "secuestro emocional" nos impide crecer
Superar el prejuicio de negativismo de nuestro propio cerebro para fomentar una neuroplasticidad positiva no es nada fácil. No es, en primer lugar, porque muchos de nosotros tenemos como "director ejecutivo" en el cerebro un adicto a practicar la autocrítica ya incidir todo el tiempo en las mismas ideas y actitudes limitantes como un pequeño hámster dando vueltas en su rueda de juego. Muchos expertos del comportamiento humano llaman esa práctica tan común de "la lógica del niño". Esto es, son momentos donde, simplemente, nos dejamos secuestrar por nuestras emociones negativas hasta llegar al extremo de una inmadurez absoluta.Para comprender esto mejor, vamos a reflexionar sobre un simple ejemplo: un error que hayamos cometido en el trabajo. Este error implicó, a su vez, que otras personas sufrir la consecuencia de ese descuido.
Nuestra mente no para repetir todo el tiempo
"soy burro, no sirvo para eso"
. Por su parte, el cerebro intensifica aún más el estado recordándolo de errores pasados, e incluso de todas las veces en que en su casa decían que usted era "torpe". Sus emociones lo atrapar en esta rueda de hámster intensificando la sensación negativa hasta bloquearlo, hasta sumergirse en un estado de completo desamparo. En vez de decirse a sí mismo, "he cometido un error, voy a aprender de él y mañana lo haré mejor" , usted optó simplemente por colgar un adjetivo calificativo "
soy idiota ".Este tipo de tendencia de negativismo que tanto nos caracteriza en diversos momentos de nuestras vidas es guiado por procesos muy bien definidos. Son nuestro estado de ánimo que asumen todo el control. Para transformarnos en un verdadero CEO de nuestro propio cerebroes necesario tomar las riendas de esos procesos mentales como si fuéramos los verdaderos líderes, y no un subalterno que se deja dominar.
Hagamos de cuenta que somos para convencerse de que podemos serLa neurociencia pone a nuestro alcance la posibilidad de comprender por qué a veces nos dejamos llevar tanto por esas emociones negativas. Una amígdala hiperactiva, por ejemplo, también nos gusta llevar a cabo todo el tiempo en la esquina del miedo. De hecho, según investigaciones recientes de la Universidad de Harvard, el cerebelo, relacionado siempre con nuestra actividad motora, también podría estar vinculado a nuestro equilibrio emocional. "Cuando usted se permite lo que merece, atrae lo que necesita."CompartirComo vemos, el cerebro es una entidad donde las emociones tienen poder y donde los procesos mentales fluyen muchas veces con base en ellas.Asumir una actitud pasiva en estos casos implica fomentar un abandono personal y una clara incapacidad de ser responsables por nuestra propia felicidad.
Veamos cómo podemos empezar a fomentar una neuroplasticidad positiva, útil y que nos sirva para alcanzar propósitos vitales.
Cuatro preguntas para conseguir un cerebro más resistente Pensar como si fuésemos felices para acabar siendo felices. Esto es una fantasía sacada de un manual barato de autoayuda? La verdad no; esta frase implica profundos mecanismos internos sobre los cuales reflexionar a través de cuatro simples preguntas.¿Soy yo mismo?
Cada vez que usted diga para sí mismo que es torpe, que no merece ser amado, que es un fracasado o que no tiene aptitud para alcanzar ese sueño, pregúntese si de hecho eso es verdad. Para asumir un pleno control sobre nuestros pensamientos, nada mejor que decir para nosotros mismos lo siguiente:
"en ese momento me siento torpe, pero SOU capaz de superarme y de SER quien merezco.
¿Quién o qué me impide alcanzar o que deseo?Cuando hagamos esta pregunta debemos ser verdaderamente sinceros. La mayoría de las veces somos nosotros los únicos responsables de nuestras actitudes limitantes.
¿Qué clase de emoción siento ahora? ¿Esta emoción anterior me está ayudando a conseguir lo que deseo? Estas dos últimas preguntas están relacionadas. Si lo que siento durante todo el día es miedo e inseguridad, es evidente que no saldré del agujero negro en el que me encuentro. Sin embargo, si busco convencerme de que soy fuerte, de que soy capaz y de que merezco lo que quiero con pensamientos firmes, el día tras día la puerta de las segundas oportunidades se abrirá ante nosotros.