Practicar la meditación para relajarse y liberarse del estrés es una práctica que está cada vez más en alta debido a los sus evidentes beneficios para nuestra salud mental. Sin embargo, la modalidad que está recibiendo más atención es la meditación consciente, pues sus beneficios están mostrando ir mucho más allá de la eliminación del estrés. La meditación consciente parece ayudar no sólo a solucionar cuestiones psicológicas, pero también físicas, como problemas de hipertensión, dolor crónico, psoriasis, además de problemas del sueño, ansiedad y depresión. También estimula la función inmunológica y ayuda a las personas a dejar de comer compulsivamente. Pero, además, se ha demostrado que la meditación, especialmente la meditación consciente o Mindfulness, ayuda a mejorar la función cerebral.
Estudios sobre meditación y funciones cerebralesUn nuevo estudio realizado en la Universidad de California sugiere que uno de los efectos de todo este foco y reorientación es el aumento de la conectividad cerebral
. Los investigadores compararon la actividad cerebral de los voluntarios después de ocho semanas de entrenamiento para reducir el estrés basado en la atención plena con la de voluntarios que no pasaron por este tipo de práctica. Las imágenes por resonancia magnética funcional mostraron
conexiones más fuertes en varias regiones del cerebro, especialmente las relacionadas con la atención y el procesamiento auditivo y visual.
En otro estudio posterior, realizado en el Hospital General de Massachusetts, los investigadores usaron imágenes por resonancia magnética para documentar lo antes y después de los cambios en la materia gris del cerebro. Los investigadores descubrieron que la meditación podría cambiar, literalmente, el cerebro, haciéndolo crecer de manera importante y mejorando con ello todas las funciones cerebrales. Los investigadores explican que encontraron diferencias en el volumen del cerebro después de ocho semanas de meditación, en cinco regiones diferentes en los cerebros de los dos grupos estudiados. En el grupo que practicó la meditación, se encontró un engrosamiento en cuatro regiones:Las principales diferencias fueron encontradas en la córtex cingulada posterior, que implica en la mente errante y en la auto-importancia.
También encontraron diferencias en el hipocampo izquierdo, que ayuda en el aprendizaje, la cognición, la memoria y la regulación emocional. La unión temporal parietal, que está asociada a la perspectiva, a la empatía ya la compasión,
también había aumentado. Por último, se observaron modificaciones en el puente tronco encefálico, un área de la base del cerebro donde se produce una gran cantidad de neurotransmisores reguladores.
También encontraron modificaciones de la amígdala , la parte del cerebro donde se desencadenan las reacciones relacionadas con la lucha o la fuga, importante para la ansiedad, el miedo y el estrés.
Esta zona tuvo su tamaño reducido en el grupo que pasó por el programa de reducción de estrés basado en la atención plena, también conocido como Mindfulness, un tipo de meditación consciente. El cambio en la amígdala también se relaciona con una reducción importante en los niveles de estrés.Meditación y cambios genéticosHasta el momento, los científicos sólo pueden especular sobre la relación entre estos cambios en el cerebro y los beneficios para la salud asociados a la meditación consciente. Sin embargo, estas investigaciones se suman a la creciente evidencia de que las prácticas de meditación pueden alterar el cuerpo en un nivel fundamental, incluso genético
. En este sentido, se está estudiando la respuesta de relajación provocada por la meditación, y cómo el estado de relajación profundo alcanzado con técnicas como el mindfulness y el yoga
pueden modificar ciertos conjuntos de genes en las personas que los practican con regularidad; estos genes podrían estar involucrados en la forma en que el cuerpo controla los radicales libres, los procesos de inflamación y la muerte celular.