A veces la herida desaparece sin dejar marcas, pero a veces deja pequeñas o grandes cicatrices. Una herida en el alma es parecida a una herida física en el cuerpo.
No es visible, pero duele del modo más profundo en nuestro ser, nos hace sufrir, y sólo el pasar del tiempo y nuestra voluntad de superación hacen que se cure. Pero, así como con una herida física, ella también puede dejar cicatrices que nos recuerdan para siempre de lo que sentimos. "Me acuerdo de lo que no quiero. No puedo olvidar lo que quiero. "CompartirCómo aprender a olvidar cosas negativas
Cada uno de nosotros vivimos en nuestra vida situaciones que son muy difíciles de olvidar, que nos lastiman. Puede ser que hayamos pasado por una infancia complicada, por un término de relación traumática, por la muerte de un ser querido, por una situación en el ambiente de trabajo que nos hizo sentir mal. Situaciones que abren heridas en el alma.
Las situaciones vividas que nos han causado algún daño o que nos han afectado de forma negativa pueden ser muy diversas, pero sólo podemos reflexionar y controlar el modo en que las experiencias que vivimos nos afectan.
El primer paso para olvidar es aceptar. No es necesario enterrar completamente el recuerdo, porque recordar es algo muy humano, que no se puede evitar. Pero sí debemos realizar un esfuerzo para aceptar la memoria, el recuerdo, dejar el hecho en nuestra historia y convivir con él de forma pacífica. No se trata de olvidar por completo, sino de que el sufrimiento no nos invada cada vez que nuestra mente es invadida por un recuerdo doloroso.
"Aunque olvidemos olvidar, es verdad que la memoria nos olvida" -Mario Benedetti-Una vez que hayamos aceptado, podremos perdonar.
No se trata de perdonar a los demás, sino de perdonarnos a nosotros mismos, sin culparnos. De saber que el pasado está hecho y no se puede cambiar, pero que el futuro, ese sí está en nuestras manos para ser vivido de una forma nueva, sin que seamos influenciados por recuerdos negativos que nos condicionan.
Si aprendemos a ver todo lo que nos ha herido como acontecimientos pasados, también podemos entender que hay casos en que es necesario asumir nuestra responsabilidad. No es lo mismo que sentirse culpable, pero se trata de ver los acontecimientos de forma objetiva y aprender de ellos.
Tome el control de su vida Las heridas del alma a veces son más dolorosas que las heridas del cuerpo, y duran mucho más hasta que se cierran, pero llega un momento en que debemos atrevernos y decidir tomar el control de nuestra vida y ser nosotros mismos, controlando y expresando nuestras emociones.
Tomar el control de su vida es un acto que requiere validez y honestidad.
Significa ser realista y ver que si algo en nuestra vida no va bien o no es lo que deseamos, la única persona que puede hacer algo somos nosotros mismos, no dependemos de cualquier otra persona ni de situaciones ajenas a nosotros. Lo que sucede cada día en su vida depende únicamente de su actitud , de lo que hace o deja de hacer, de su sonrisa, de su alegría, de su voluntad de superación. "Recordar un buen momento es sentirse feliz de nuevo." -Gabriela Mistral-Deje el tiempo pasarEs cierto que
el tiempo cura todo o, al menos, nos permite tener una perspectiva diferente.
Aunque no todos necesitamos el mismo tiempo para limpiar nuestra mente y eliminar recuerdos dolorosos, el tiempo ayuda a todos.
Cada persona es muy diferente de la otra, y nuestra lucha con las memorias dolorosas o ante situaciones que nos lastimar en la vida necesitan tiempo, que puede ser más largo o más corto. Un rompimiento amoroso con alguien que amábamos mucho es algo muy difícil de olvidar y aceptar, pero con el paso del tiempo, poco a poco, nos damos cuenta de que tal vez era algo que tenía que suceder de ese modo para que otras personas entrar en nuestra vida o para que aprendiéramos a solas.Esta situación es sólo un ejemplo, pero nos permite ver cómo el tiempo, pasando despacio, va sanando poco a poco nuestras heridas hasta que un día nos damos cuenta de que estamos completamente curados.