Necesitados compulsivos: un perfil cada vez más común

Los necesitados compulsivos dan vueltas a nuestro alrededor como insectos persistentes en busca de alimento. Hablan sólo un idioma: el del "yo quiero, lo necesito, tengo que decirle ...". Hablamos de personas incapaces de gestionar su frustración, que carecen de autonomía personal y del impulso para responsabilizarse por sus vidas de forma coherente y madura. Muchos psicólogos dicen que este exceso de "necesidad" es el auténtico trastorno del siglo XXI. Tal vez sea la propia sociedad que nos haya empujado hacia ese tipo de comportamiento. Una manera de actuar guiada, en muchos casos, por un cierto deseo consumista y por una necesidad casi constante de llenar nuestros vacíos existenciales.

Todo lo que necesitas es dejar de precisar.

CompartirFalta "algo" y no sabemos muy bien lo que es. Es por eso que a veces nos volvemos almas penadas rondando por nuestros escenarios sociales en busca de un refuerzo o un estímulo para satisfacer nuestra ansia inexplicable. A veces lo hacemos, buscamos un amor imposible, buscamos nuevas experiencias, buscamos un móvil nuevo, ropa nueva, una nueva serie de televisión que nos haga olvidar el estrés, comida que alivie nuestra ansiedad, etc.

Todos necesitamos cosas, todos necesitamos personas, todos, de cierta forma, somos necesitados cotidianos. Sin embargo, el problema aparece cuando esa carencia nos convierte en necesitados compulsivos.

Nos referimos a un tipo de perfil que busca con alguna desesperación por algo que no sabe definir, perturbando a los demás y colocándolos en la obligación de llenar sus necesidades y satisfacer sus demandas. Los necesitados compulsivos llenan los consultorios de los psicólogos Es un fenómeno creciente que merece ser abordado, y por encima de todo, entendido. Cada vez más necesitados compulsivos, uno de los perfiles más frecuentes en las consultas de psicólogos. Llegan confusos, con un alto nivel de frustración, y muchas veces hasta con rabia de cómo el mundo los trata, de cómo son tratados, en esencia, por su familia y amigos.

Nadie parece estar a la altura de sus expectativas.

Nadie logró darles el cariño que merecen. Las personas que están siempre allí para ellos pueden ser contadas en los dedos de una mano y, a veces, ni eso. Los necesitados compulsivos ven y comprenden el mundo desde su propia perspectiva, por lo tanto, ellos no son capaces de percibir hasta qué punto llegan sus exigencias constantes, sus demandas egoístas, sus demandas totalitarias.

Su actitud es tan infantil que el psicólogo se ve en la obligación de romper, en primer lugar, aquella barrera, para hacerlos entender que, detrás de la constante necesidad, existe un vacío insondable. Conseguir esto no es nada fácil, porque estamos ante un manipulador secreto acostumbrado desde siempre al mínimo esfuerzo y que sean los otros a nutrirlos, resolverlos, liberarlos de todo peso, miedo o problema. Los necesitados compulsivos necesitan "consumir" para vivir.

Consumen nuestras energías y nuestros ánimos, consumen su dinero y su tiempo en experiencias para encontrar un sustituto para la felicidad. Sin embargo, lo que logran al final es también consumir a ellos mismos al intensificar sus deficiencias y desesperación. Cómo ayudar a los necesitados compulsivos La calidad de vida de una persona que tiene la sensación clara de que siempre carece de "algo" puede ser terrible. Ya dijo Albert Ellis en su época que

"los pensamientos de constante necesidad nos hacen perder el control y llevan a emociones negativas". Si esto ocurre, se debe a un hecho tan simple como obvio: el sentimiento de "necesitar algo" está relacionado con nuestro sentido de la supervivencia. Es decir, ese vacío que necesitamos llenar nos lleva a pensar que no seremos capaces de seguir adelante. Si no me ayudan, si no me apoyan, si no tengo eso o la otra cosa, entonces todo va a desmoronarse. Así, el sentimiento de falta genera miedo, el miedo necesidad, y la necesidad desesperación. Estamos ante un círculo vicioso que debe ser desactivado y trabajado de forma más lógica, sana y significativa.

Llaves para dejar de necesitar

El primer paso que dar con el necesitado compulsivo es trabajar con sus verdaderas necesidades. Por lo tanto, vale la pena hacer un ejercicio de aclaración para sustituir el "yo necesito" por el "yo quiero". Por ejemplo:"Necesito que los demás me escuchen" ⇔ "Necesito sentirme valorado porque no me amo lo suficiente." "Necesito que los demás me ayuden a resolver mis problemas" ⇔ "Necesito ayuda porque me me siento incapaz de lidiar con lo que pasa conmigo. "

Una vez que la persona ha aclarado sus vacíos o puntos débiles, como baja autoestima, inseguridad, incapacidad para resolver problemas, falta de decisión, etc., es hora de trabajar en profundidad cada uno de estos aspectos. Otro punto decisivo en este proceso es hacer que el necesitado compulsivo aplique en su día a día una simple regla: "Buscar en mí mismo lo que necesito en los demás".

Es decir, si necesito alguien para resolver algo, intentaré hacerlo solo. Si quiero que alguien me dé su apoyo en un determinado aspecto, voy a intentar motivarme primero, encontrar fuerzas y palabras positivas en mi interior para alcanzar este objetivo.

Además, este perfil se caracteriza por tener un crecimiento personal inacabado. Es aconsejable, por lo tanto, favorecer nuevas experiencias que lo hagan reflexionar, relativizar esquemas y trabajar su apertura emocional. Por último, pero no menos importante, nunca es demasiado trabajar con ellos la empatía, la conciencia social, que ellos entiendan que los demás también tienen necesidades y que, en la vida, no sólo se debe saber cómo conjugar los verbos "querer o precisar ", también hay otro de igual importancia," ofrecer ".