... y nadie nace sabiendo
Aprender es un proceso fascinante, pero fascinante no significa agradable o fácil, o que en cada momento de nuestras vidas estaremos preparados para asimilar las cosas de acuerdo con la profundidad que ellas exigen.Comenzamos el proceso de aprendizaje
a través de la observación del mundo con los ojos bien abiertos, mirando con un rostro perplejo lo que sucede a nuestro alrededor. Vemos un objeto aparecer y desaparecer y asumimos que él es el mismo, pero la realidad de las cosas permanece más allá del campo de nuestros sentidos. Nosotros percibimos que los demás entienden un lenguaje común y no los balbuceos que usamos. Así, elegimos comunicarnos de esta manera porque también queremos compartir la experiencia de pedir, de expresar nuestra opinión ... Compartir
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Derribamos la cuchara de jeringa o la jarra en el suelo y tenemos una explosión con la gravedad. Esto es mucho más interesante, con certeza, que la rabia de los padres o gestos de complicidad de los abuelos que, en algunos casos, también parecen redescubrir la gravedad a su manera.
Conforme continuamos creciendo, suponemos que nuestros padres también sigan creciendo. Ningún crecimiento es simple; los padres quieren proteger a sus hijos, pero al mismo tiempo los hijos quieren cada vez más libertad. Así, los padres un día perciben que sus hijos dejaron el círculo que ellos dominaban, y que hay muchas cosas con las que sus hijos tendrán que lidiar solos. Sin embargo, para ellos, es aún más difícil entender que hay otras cosas en su círculo, que ya saben, pero que sus hijos tendrán que aprender por su cuenta.
Compartir El sabor de cuando se aprendeEstoy seguro de que
un adolescente podría leer toda la literatura existente sobre el amor, pero nunca sabría cómo vivirlo. Claro que hay grandes descripciones del mismo, pero sólo lo reconocemos cuando ya lo sentimos. Antes, nos suena como algo externo y un poco extraño.Entonces, hay ciertos aprendizajes que sólo se producen cuando la experiencia se da en primera persona. ¿Por qué? Porque ellos son lecciones que tienen que ver con la gente, en las que estamos involucrados directamente. Los procesos emocionales complejos que tenemos que desarrollar para alcanzar la madurez y definir nuestro camino.Dicho de otra forma, por muy parecido que sea nuestro genoma, cada uno de nosotros tiene un nivel de aceptación y tolerancia particular;
necesitamos aprender a movernos alrededor del mundo con nuestras propias características y no con la de cualquier otra persona.Compartir Necesitamos llegar a nuestra propia definición de amor , odio o desconfianza. Son precisamente estos detalles individuales que hacen la diferencia: lo que hacemos y no lo que las otras personas tratan de darnos como consejos.
Así, hay dolores que no se pueden evitar. Por ejemplo, la primera gran decepción con una amistad. Alguien podría haber advertido de que ese alguien no era buena persona, de que deberíamos alejarnos, pero necesitamos verificar, necesitamos ver con nuestros propios ojos.
Necesitamos conocer en profundidad el proceso que conduce a la decepción, pues así vamos a desarrollar la resiliencia necesaria a lo largo de nuestras vidas, cuando hay mucho más en juego que algunas noches mal dormidas por una amistad deshecha.
¿Podemos poner límites en nuestras experiencias?
Es claro que hay límites y que debemos impedir que alguien se arroje de un puente, pero tengo la sensación de que estos límites, en la mayoría de los casos, pecan por ser exageradamente restrictivos, y no al revés.
Esto no es sólo importante porque podemos impedir a alguien aprender, pero también porquehacemos que este aprendizaje ocurra mucho más lejos de nosotros que de lo que se esperaba al principio. La persona en cuestión podrá alejarse, temiendo que estemos intentando influenciar cuando no somos necesarios. Con eso, muchas veces no podemos ayudar en los momentos realmente importantes, transformándonos en dos personas desconocidas, cada vez más distantes.
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