A veces la vida pone algunas piedras en nuestro camino para que percibamos la realidad más dura. Entonces, no hay otra opción que ser fuerte, conjugar la armadura con la espada, actuar con inteligencia y aprovechar la energía de un corazón inoxidable. Sin embargo, tarde o temprano la fuerza se apaga, se rompe, se agota ...
Cuando leemos un clásico, sabemos casi instantáneamente cuando el destino comenzará a lanzar sus sombras. Cuando leemos Virgilio, Shakespeare o Dickens, siempre hay un momento adecuado donde aparece la grieta que cambia todo, que envuelve y cambia todo. Como lectores experimentados que somos, sabemos anticipar en qué momento sucederá una traición, una trampa, un error o una tragedia.
"El suave es más fuerte que el grosero; el agua es más fuerte que la roca, el amor es más fuerte que la violencia. "
- Herman Hesse -
Sin embargo, en el escenario de nuestra vida, menos literaria y con más aristas, raramente conseguimos anticipar lo que sucederá nosotros. Muchas veces vivimos enfocados en nuestros sueños, tareas y proyectos, pero el destino tiene otros planes: abre una trampa bajo nuestros pies y susurra:"Ahora es hora de esperar, ahora sus ilusiones están pospuestas. Nadie nunca nos ha explicado qué es esa adversidad. En realidad, ella misma se presenta en la primera persona, como una profesora. Hemos sido educados para creer que quien se esfuerza consigue una recompensa; que quien ama cuida y no abandona; que si usted cree, cosas buenas suceden. Sin embargo, la vida a menudo tiene una brújula mal calibrada, que no marca el norte, donde se ve obligado a recorrer la carretera más larga, más difícil y más compleja ... donde no hay otra opción aparte de ser fuerte.
Ser fuerte o al menos parecer fuerte, de modo que el destino se asuste y usted no debilite. La persona fuerte tiene un riesgo mayor de sufrir de depresión Actualmente existen muchos libros de autoayuda y artículos de crecimiento personal obsesionados por enseñar cuáles son las 7, 8 o 12 características de las personas "fuertes". Existe la idea equivocada de que la debilidad o la vulnerabilidad nos llevan a sufrir enfermedades mentales. Así, siguiendo esta línea de discusión, ser "mentalmente fuerte" nos permitirá ahuyentar, evitar y defendernos de los trastornos de ansiedad o de la distimia que nos obstaculiza tanto y no nos deja escapar.
No podemos olvidar que todo tiene sus matices:
las personas que están acostumbradas a ser fuertes son aquellas que tienen un mayor riesgo de desarrollar una depresión.
Considere, por ejemplo, a las personas que cuidan a sus familiares discapacitados. Pensemos también en el padre o madre de familia, cuyo cónyuge está desempleado y carga en la espalda diversas responsabilidades además de las financieras; en los muchos profesionales que ocupan sus vidas ayudando a otros, en los grupos menos favorecidos, en los niños enfermos, en las mujeres que sufren abusos ... Muchas veces nos esforzamos para permanecer fuertes para los demás
, ofrecer la mejor versión de nosotros mismos y conferir seguridad, solidez, eficiencia, proximidad, esperanza y positividad. Sin embargo, no percibimos que lo que hacemos muchas veces es "actuar", para seguir un papel que nosotros mismos creamos sin darnos cuenta de que nos estamos traicionando. "Nosotros traicionamos nuestros sentimientos más verdaderos, aquellos sentimientos que perturban nuestro interior: miedos, incertidumbres, ansiedad, sensación de soledad ... Hasta que tarde o temprano" nos rompemos ", y en vez de pedir ayuda, quedamos callados; o peor, seguimos priorizando obsesivamente las necesidades o los deseos de los demás ...
Si es fuerte es su única opción, acepte su propia vulnerabilidadTodos sabemos que en el libro de nuestra vida también hay epopeyas, también hay desafíos que no pedimos, tragedias que se nos han dado y pruebas de coraje que estamos obligados a dar. Sin embargo, en esta narración del día a día en que muchas veces somos vistos como héroes porque enfrentamos todo y no nos quejamos o lloramos,
existe un error que cometemos constantemente: descuidamos de nosotros mismos.
"La mayor fuerza es un corazón inocente".
- Victor Hugo - Si es fuerte es su única opción,
acepte su vulnerabilidad, porque no trae debilidad, sino la conciencia de que a veces necesitamos parar
y simplemente respirar profundamente. Ser fuerte no es ignorar la rabia o la contradicción, no es perdonar diez o cien veces lo que lo perjudica hasta perder la dignidad. Ser fuerte no es actuar con dureza, imponiendo nuestras propias perspectivas para crear ambientes autoritarios, a fin de mantener el control sobre lo que nos rodea.
En realidad, lo que nos hace débil es ocultar nuestro propio yo del mundo. Si nos preocupamos exclusivamente de mantener nuestra armadura reluciente para parecer eficiente, fuerte y que aguantamos todo y mucho más, aumentaremos progresivamente la distancia entre lo que yo soy y lo que "muestro", entre lo que "ofrezco" y el " que realmente "necesito". Así, una manera de usar la llave resiliente que abre la puerta para nuestra autoestima es mostrarnos como personas verdaderas en todo momento.
Usted puede ser fuerte y, al mismo tiempo, ser capaz de pedir ayuda cuando lo necesite. Nadie es débil por pedir ayuda. En ciertos momentos, favorece el alivio emocional y nos ayuda a reunir fuerzas para seguir adelante ... Para concluir, ser fuerte en un mundo donde el valor de la vulnerabilidad aún no es entendido dificulta nuestra capacidad de promover el bienestar psicológico de nuestros verdaderos héroes. Estos héroes que cuidan a los demás, que en determinado momento fueron obligados a enfrentar la adversidad sin que nadie les contara que la vida, a veces, es mucho más difícil de lo que los libros nos explican ...