Todos nosotros, alguna vez en la vida, ya caí en la terrible trampa de juzgar a los demás. Pero, ¿por qué nos referimos de esta manera a este hecho tan común? Cada vez que emitimos un juicio sobre alguien, creamos una o más historias que pueden estar muy lejos de la realidad, historias que inventamos. Piense en aquella madre que siempre se retrasa para llevar al hijo a la escuela. Tal vez usted la considere una pésima madre, o aquella perezosa que le gusta dormir hasta más tarde, o bien el desorden que no puede organizar su vida. ¿Alguna vez has parado para pensar si todo eso es verdad?
No siempre lo que usted se imagina es el más correcto. Las personas son rápidas para juzgar a los demás, pero son lentas para corregirse.
CompartirSin darse cuenta,
usted está asumiendo lo que puede estar sucediendo en la vida de esa persona . Usted está cayendo en la trampa de completar con información que usted no conoce una historia inventada por usted ... Usted está equivocado y no es consciente de ello. Todos tenemos que poner unas "gafas especiales" para ver mejor la realidad.El culpable es nuestro ego. La razón por la cual juzgamos tan precipitadamente el otro tiene que ver con nuestro propio ego.
Conscientemente o inconscientemente, necesitamos sentirnos mejores que otros o expresar nuestro rechazo ante una determinada actitud. Cuando creemos, estamos cerrando la puerta de la empatía.
Cuando hablamos de ser empáticos con los demás muchas personas dicen "sí, yo soy empático". Si una amiga se desahoga conmigo y necesita ser escuchada, yo soy capaz de ponerme en su lugar, comprender y animar sin caer en la tentación de juzgar. Es verdad, usted es empático, pero sólo con las personas que usted conoce
; con los demás, usted cae en la trampa de juzgar. Necesitamos creer que somos superiores, especiales y diferentes. Preferimos observar desde una distancia segura a la persona que creemos que no está actuando bien. Pensamos de esa forma porque esto alimenta nuestro ego y, de alguna forma, nos hace sentir mejores con nosotros mismos."El tamaño del ego de una persona puede ser medido por la forma en que maneja los errores de los demás.
-David Fishman-
¿Alguna vez se ha sentido aislado porque nadie lo comprendía?
Ciertamente, más de una vez pasó por su mente la frase "si supieran lo que estoy viviendo, por lo que estoy pasando ..." Todo eso piensan todas aquellas personas que usted juzga sin saber realmente lo que está pasando con ellas. Es muy diferente ver las cosas del lugar del otro, ¿no es así?
Además, usted cree que está bien y que la otra persona no está actuando correctamente, pero quién es usted para juzgarla? Usted no sabe lo que sucedió en su pasado. ¿Somos perfectos? Todos tenemos el derecho de errar, e incluso de aprovechar esta oportunidad para aprender.
Si usted no sabe, pregunte en vez de juzgar Volvamos al ejemplo de la madre que es descuidada con su hijo, o por lo menos es lo que usted cree. Tal vez ella esté viviendo bajo el dominio de un marido abusivo, puede estar pasando por una depresión o murió alguien de la familia recientemente de quien le gustaba mucho. No nos gustan estas explicaciones porque nos obligar a involucrarnos en la situación; no es fácil. Por otro lado, no vivimos la vida del otro; lo que vivimos es lo que hace que sea difícil para nosotros levantar cada mañana. Tal vez por eso, apuntamos en el otro nuestro punto débil.
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Si usted cree que el otro actúa tan mal, si su actitud lo desconcierta y usted le señala el dedo, porque no le pregunta lo que está pasando?
Si usted estuviera en cualquiera de las situaciones anteriores, podría incluso sentirse agradecido si alguien completamente desconocido se preocupara por usted. Porque tal vez sea eso lo que está faltando en su vida.Tal vez sea el comienzo de una hermosa amistad, o simplemente una situación en la que usted extiende su mano para dar el cariño que el otro necesita.
Ciertamente, en algún momento, usted deseó que alguien hiciera algo similar con usted : en vez de ignorarlo o verlo con los ojos llenos de juicios negativos, le abran los brazos con comprensión y entendimiento.
Sin embargo, tenemos miedo de preguntar. Si hiciéramos esto, todos nuestros prejuicios entrarían en colapso, tendríamos que desmontar el esquema que construimos en nuestras mentes y nuestro ego podría ser afectado. De alguna forma, nos protegemos cayendo en una de las trampas más letales: criticar al otro constantemente. Juzgar a una persona no define quién es, sino que define quién eres.Compartir
Siempre caímos en la trampa de juzgar a los demás. Evitaríamos este tipo de trampa tomando conciencia de aquellos procesos que se ejecutan de forma automática. Entonces llegó la hora de mostrar interés en ayudar a otros, tener paciencia y aprender hasta que podamos actuar de forma espontáneamente.