Los psicólogos acostumbran a hablar que sentirse bien o mal depende de nosotros mismos. Esta afirmación no está exenta de cierta polémica, pues hay quien cree que existen circunstancias que no dependen de nosotros y que pueden hacer que no estemos sintiendo bien.
Es verdad que muchas experiencias externas ajenas a nosotros pueden hacer que nuestro estado de ánimo cambale. Pero también es verdad que nuestra mente procesa todo acontecimiento, y el sentido que vamos a dar no dependerá de nadie, sino único y exclusivamente de nosotros mismos. El poder de decisión es algo maravilloso que tenemos en nuestras manos.
Como ejemplo, les puedo contar una historia ilustrativa de pensamiento positivo que presencié el martes pasado en una tienda enorme:Una señora había encontrado una chaqueta, la última, en uno de los estantes de la tienda. Ella la mostró para el marido y estaba fascinada con esa chaqueta marrón clara, pues tomó mucho tiempo para encontrar algo parecido. El tejido era de buena calidad, el color era vibrante, el tamaño era el suyo y el precio accesible. La señora estaba tan contenta que daba para percibir la felicidad en su rostro. Entonces ella lo demostró para el marido, quien asintió con complicidad.
Pero tanta felicidad y suerte desaparecieron luego de percibir que en la lengüeta de la chaqueta había una mancha. "Oh! ¡Qué desgracia! ¡Qué azar que tengo! ¡No es posible! "Repetía una y otra vez.
De repente la mente de ella cambió de estado, como si fuera una bipolaridad.
Lo que era positivo y claro se volvió negativo y oscuro. "Esta mancha no va a salir", ella hablaba. Fue hasta el mostrador de atención, lleno de preocupación, y preguntó a la vendedora si tenía otra chaqueta igual a aquella, entonces la balconista respondió: "esta es la última, señora". Su desilusión crecía cada vez más. -¿Estás seguro? Ha insistido. - Sí, señora, es la última. - Lo que pasa es que está manchada, y si llevo a casa, a lavar y no puedo sacar la mancha ...
En ese momento sus pensamientos eran negativos, pero la muchacha del mostrador pronunció las palabras mágicas. Usó el positivismo y el optimismo al mismo tiempo cambiando el rumbo de la situación.
- Señora, y si puedes sacar la mancha?
Un mar de optimismo inundó el lugar. Una mentalidad que confiaba que las cosas no podrían salir equivocadas, en que tener esperanza en algo era importante, contagió a la freguesa.
Aunque no pueda sacar la mancha, esta es la actitud que tenemos que tener en la vida.
Las situaciones cotidianas dependen de cómo las llevamos, y afortunadamente podemos optar por tener una actitud positiva o negativa.
Un pensamiento positivo nos ayudará a crecer, a buscar soluciones, a proceder.
Un pensamiento negativo nos estanca, no haremos nada y lamentaremos cualquier obstáculo que la vida nos presente. Para terminar, y si sirve de ayuda, les revelo que la mancha salió. Con un poco de agua y jabón en polvo la maldita mancha, que provocó tanto sufrimiento, se fue y transformó la chaqueta en una ropa que hizo aquella señora increíblemente feliz.
Y todos se preguntarán cómo conozco esa historia. Porque la respuesta es simple, usted es mi esposa.