La ansiedad por separación es una situación que asociamos generalmente a los niños, pero que muchos adultos también experimentan. Se define como una ansiedad excesiva al separarse del hogar o de las personas por las que se tiene un fuerte apego emocional (por ejemplo, pareja, padres, abuelos, hermanos, hijos, etc.). Los síntomas pueden ser leves o bastante graves y son similares en los niños y en los adultos. En los adultos, normalmente, se cree que es un problema con el que la persona creció, pero no siempre es así, puede surgir en cualquier momento de nuestras vidas. La ansiedad por separación se manifiesta como miedo de separarse del compañero, de los hijos, del trabajo o de algo que la persona da mucho valor sentimental.
Puede ser muy desgastante para quien sufre, pero también para los "objetos de apego", ya que en muchas ocasiones lo que hace es reflejar o fortalecer una dependencia que ya existía hasta cierto punto."Que usted sea libre para seguir un camino cuyo fin no sienta la necesidad de saber o la ansiedad febril para asegurarse de que usted vaya a donde me gustaría que usted fuera".
-Margaret Mead-
El concepto de tiempo no es fácil y son necesarios algunos años para desarrollarlo.
Para muchos niños, cualquier separación es difícil y causa sufrimiento y llanto.Además, si no es bien administrado por sus padres, puede tener serias consecuencias, como una gran inseguridad en la adolescencia, incluso trascendiendo para los años posteriores. Como todo trastorno de ansiedad, sea en la infancia o en la vida adulta, para la ansiedad por separación
es muy importante buscar un tratamiento : sólo en raras ocasiones desaparece de forma natural. Lo normal es que tiende a crecer, a ramificarse a otras áreas de la vida ya facilitar el desarrollo de otras formas de ansiedad, como la agorafobia o el síndrome del pánico.El tratamiento recomendado, generalmente, es la psicoterapia. Sin embargo, en el caso de los niños, la información que tenemos sobre esto y algunas herramientas que ofrecemos en este artículo pueden ayudarle a evitar esta situación y observar las señales de advertencia en caso de que el problema empieza a aparecer. "Las amenazas a nuestra autoestima oa la idea que tenemos de nosotros mismos a menudo causan mucho más ansiedad que las amenazas a nuestra integridad física".
-Sigmund Freud-
Es una etapa normal
Una cierta ansiedad por la separación es normal y habitual en una determinada fase de nuestro desarrollo.
Entre los 8 y los 14 meses, los bebés, que antes no tenían sentido del peligro, empiezan a temer a personas extrañas o de lugares nuevos. Esta "etapa normal" es un método de adaptación natural que ayuda a los niños a acostumbrarse ya dominar el ambiente que las rodea.
Lo habitual es que esta ansiedad por separación disminuya considerablemente o desaparezca completamente alrededor de los dos años de edad. Los niños de esta edad entienden que sus padres pueden ausentarse, pero que van a regresar más tarde. Al mismo tiempo, ellas entienden que también pueden hacer lo mismo y, con esa seguridad, se animan a explorar el mundo.Esto no significa que, en algunos momentos o situaciones específicas y nuevas, los niños no experimenten cierto grado de ansiedad. Esta ansiedad es más probable cuando se separan de sus padres por un período prolongado, cuando enfrentan situaciones de internación, cambio de escuela, etc.
La ansiedad por separación suele provocar muchas emociones
Ante esta situación, los padres pueden experimentar diversas emociones. Hay una sensación de bienestar porque nuestro hijo está apegado a nosotros, pero eso también puede generar sentimientos de culpa por tener que dejarlos con extraños. También
es normal sentirse sobrecargado con la gran cantidad de atención y el tiempo que el hijo exige.
El hecho de que su hijo no quiera que usted vaya es una buena señal de que el apego entre ustedes es sano, siempre y cuando ese deseo no dé lugar a una gran ansiedad. El apego sano significa que existe confianza, que su hijo confía que usted regresa cada vez que se ausenta, y eso es suficiente para hacerle sentirse tranquilo mientras no esté cerca. El apego patológico ocurre cuando el niño necesita reafirmación y seguridad todo el tiempo y cuando ella no tiene las herramientas para enfrentarse a las nuevas situaciones, haciendo que tenga mucha dificultad para hacerlo.Es un paso difícil. Sin embargo,
la ansiedad debería desaparecer con el tiempo y con mucha paciencia y fuerza. Por otro lado, si siempre que su hijo llora usted entra corriendo de otra habitación o cancela todos sus planes, es mejor refinar sus estrategias, teniendo conciencia de que está en sus manos el poder de evitar la separación que tanto teme.
Prevenir y practicar: dos conceptos importantesSi usted está pensando en llevar a su hijo a la guardería, sepa que es probable que usted se enfrenta a la ansiedad por separación de la que hablamos: los niños son especialmente sensibles entre los ocho meses y un año . Si usted tiene que hacer esto,practique la separación poco a poco llevándolo a lugares nuevos o dejándolo con algún pariente
o niñera por períodos breves, hasta que usted tenga que dejarlo en la guardería.
Deje estos "ensayos" para momentos en que su hijo no esté cansado, inquieto o con hambre. Planee hacer esto después de que haya comido o quitado la siesta. Recuerde que es un bebé y que es mucho mejor realizar cambios cuando las necesidades básicas están satisfechas y sin interferencias.Anticipa la entrada en la guardería visitando el lugar con él antes del primer día.Además, si es posible, ponga en práctica la adaptación de forma progresiva, en que al inicio el niño va pocas horas y, poco a poco, va aumentando el tiempo que queda en la escolta.
Coherencia, calma y cumplir las promesas: 3 directrices fundamentales
Si usted está llevando a su hijo a una guardería en especial, es porque confía en los profesionales que trabajan allí. En este sentido, intente ser coherente con esa decisión y deje que la ayuden a gestionar la separación, siguiendo el consejo de los funcionarios.
Piense que tienen una experiencia muy grande en enfrentar este tipo de problemas y van a querer lo mejor para usted y para su hijo. "No hay nada tan característico del progreso del animal hasta el hombre como la disminución de la frecuencia de ocasiones justificadas para sentir miedo".
- William James -
Mantenga la calma e intente transmitir tranquilidad y confianza a su hijo.Explique a él cuándo volverá usando conceptos que él pueda entender, como "después de comer", "después de la siesta", etc. Usted puede crear un ritual de despedida en el que el "adiós" ocurra de forma cariñosa y agradable, en que usted dedique toda su atención a él. Y, cuando usted se vaya, no vuelva atrás: eso podría empeorar las cosas.
Vuelva cuando usted prometió volver; así, usted va a alimentar la confianza de su hijo y podrá lidiar mejor con esa situación.Sea puntual, principalmente durante la adaptación: aunque los niños no tienen un sentido tan acentuado del tiempo, pueden observar que los otros niños se van y se sienten angustiados por que nadie venga a buscarlas. "La preocupación no elimina el dolor de mañana, sino que elimina la fuerza de hoy".
-Corrie ten Boom- Durante la despedida, no salga de finito, aunque venga que su hijo está tranquilo, pues eso puede hacer con él si se siente abandonado. Salir después de haberse despedido. Además, no prolonga innecesariamente la despedida, pues esa actitud refuerza la sensación de que la guardería puede ser un lugar malo o de que lo que está pasando es algo más importante de lo que realmente es. No es común que la ansiedad por separación persista todos los días durante largos períodos y de forma constante. Si usted está preocupado de que su hijo no se está adaptando sin usted, consulte a un profesional. Tenga en cuenta que usted también podría estar tratando con la situación de forma inapropiada, por lo que necesita un especialista.