Las mujeres sabias son tejedoras de historias, transmisoras de valores,afectos y universos cargados de simbolismo. Sentarnos al lado de nuestras madres, abuelos o tías para oírlas con el corazón es casi como un ritual, como un modo de conectarse con nuestro pasado para adquirir nuevas fuerzas en el presente.
Este tipo de legado oral que las generaciones más antiguas transmiten normalmente tienen un impacto mucho mayor que la simple herencia genética o incluso material que podemos recibir de nuestros padres o abuelos. Existe una intencionalidad clara en estas historias, se transmiten valores, principios y un universo cargado de magia, espiritualidad e inspiración que nunca llegamos a olvidar.
"Se necesita calma para elegir un viento en el que valga la pena emprender su vuelo. De la antropología,la mujer siempre ha sido una gran transmisora de cultura, desde la antigüedad . Fue ella quien reunió a sus pies ya la barra de su falda a las generaciones más jóvenes para ofrecerles el regalo de la palabra y de la oferta de un relato, de una historia o de una leyenda. La voz femenina sirvió durante muchos años no sólo como un canal maravilloso de aprendizaje, sino también como el suspiro que forma e inspira a las mentes más jóvenes en relación al cambio, a un progreso más equitativo, más audaz y, al mismo tiempo, sensibles.
Las mujeres sabias, contadoras de historias Muchas veces levantamos la mirada hacia países vecinos como los que se extienden a lo largo de Egipto, Túnez o Libia e imaginamos a la clásica mujer sumisa, sin voz o derecho al voto, enclaustrada en ese tipo de la cultura marcadamente patriarcal. Sin embargo, estamos equivocados si pensamos así, porquela mujer nunca se calló, de hecho, ya conseguimos oír sus gritos y sus rostros
reivindicando la necesidad de un cambio en la primavera árabe de 2011.
Siempre estuvieron allí, con su presencia con su mirada sabio y, sobre todo, con su voz, así como la más emblemática de todas las contadoras de historias: Sherazade. No importa que el contexto en que ellas habitan sea opresor o discriminatorio.
Inician revoluciones pacíficas en escenarios privados a través de la palabra, a través de un lenguaje que combina la sensibilidad y la inteligencia, el tradicional y el desafío. Por otro lado, es muy común que las mujeres cuenten historias de mujeres, pues es en estos relatos que se integra también la propia historia de la vida. Son legados orales que suelen ser silenciados en el ámbito público por ser incómodos o revolucionarios demasiado. De ahí la importancia de esos espacios íntimos y cómplices donde las abuelas, las madres o las tías reúnen a los más jóvenes para explicarles lo que otra mujer fue capaz de hacer.
Son formas extraordinarias a través de las cuales el uso de la palabra actúa como conciencia crítica, como canalizadora del progreso y de ese impacto que parte de lo subjetivo y del emocional, para llegar hasta el ámbito público y la realidad.Las historias como forma de terapiaEscucha una historia significativa e inspiradora actúa en nosotros como un verdadero "salto cuántico".
Es decir, nos impulsa a un estado más elevado, a eseinsightdonde debemos tomar conciencia de una verdad para iniciar el cambio.
"¿Se repite la historia? ¿O se repite sólo como penitencia para quien no sabe oírla? "-Eduardo Galeano-Así, tampoco podemos olvidar la forma en que nuestro cerebro reacciona cuando escucha un relato transmitido de forma oral:
no nos quedamos sólo con el mensaje , nuestra mente se encarga también de dejar una marca emocional,
creando así un recuerdo significativo y permanente. Esto explica por qué aún ahora, ya usando nuestras ropas de adulto, recordamos con tanta precisión de las historias que nuestras abuelas nos contaron en la infancia.El uso de la palabra es el arte de toda terapia, es la herramienta usada para dinamizar, para confrontar y para propiciar el autodescubrimiento y el cambio. Por lo tanto, no podemos negar que todas estas historias transmitidas por las mujeres desde la antigüedad también sirvieron como una forma de curación y crecimiento personal para las generaciones siguientes. Un relato casi siempre esconde una serie de valores y enfatiza ciertas prioridades de vida en las que nos inspiramos.No cuesta nada sentarnos al lado de nuestras mujeres sabias, de nuestras ancianas para oír sus historias del pasado, aquellas que nos hablan de otra época y de otros tiempos donde muchas veces existen experiencias personales que son muy conocidas para nosotros.
Porque el amor siempre habla el mismo idioma, porque las decepciones son experimentadas de la misma forma en el pasado y en el presente. Vamos a escuchar sus voces, vamos a participar de este legado que no debe perderse
y vamos a buscar instantes de complicidad con estas mujeres sabias para deleitarnos con sus experiencias, con sus bellas miradas que reflejan el tiempo y una sabiduría de que todos somos merecedores .