Si hay algo que se ha convertido en un hábito en la vida de mucha gente es la queja. Siempre estamos insatisfechos o molestos con algo, motivos no faltan para reclamar algo con un amigo, vecino o conocido. Confieso que no fueron pocas las veces en que yo también lo hice. Pero ¿qué reclama ayuda a resolver la situación?
La verdad es que nadie está interesado en las quejas que hacemos. Todos tienen sus problemas para resolver y, muchos de ellos, muy peores que los nuestros. Hay una estimación de que el 80% de las personas con las que usted se queja no le importa ni un poco, y el otro 20% está muy contento de tener estos problemas. Si todos ya tienen problemas, ¿por qué quedarse entonces reclamando por ahí?
Vamos a dejar de quejarnos de la vida por peor que sea. Cuando reclamamos enfocamos nuestra atención en los problemas y difícilmente conseguiremos ver las bendiciones que recibimos, las oportunidades llegan y se van simplemente porque no somos capaces de verlas y sostenerlas. Necesitamos hablar menos, mirar hacia los lados y buscar medios para resolver o amenizar nuestros problemas solos.Hoy estás delante de otro día, en vez de salir por ahí reclamando de la vida, del gobierno, del vecino aburrido, del dinero que nunca sobra, o del hijo que anda muy rebelde, intente hacer algo diferente. Agradece por los problemas porque ellos enseñan a crecer, y es ante las situaciones adversas que adquirimos aprendizaje y experiencia.
Después de todo, lo que usted habla no significa nada, lo que usted hace es lo que realmente cuenta!