Necesitamos fomentar los sueños de los niños

Todos los niños están hechos de un material delicado, inocente, quebradizo, onírico y magnífico. Todas ellas son mentes burbujeantes que transforman sus bromas en aspiraciones por cumplir. Por este motivo, corresponde a nosotros fomentar los sueños de los niños y permitir que ellos los realicen.

Cuando contemplamos a los niños, necesitamos ser conscientes de eso, de que somos sus entrenadores, los responsables por sus devaneos, por su voluntad de vivir, por su autoestima y, por fin, por su construcción. Esto es esencial si paramos para reflexionar. Cuando pensamos en construir una casa, enseguida nos damos cuenta de que necesitamos empezar por la base, ya que si comenzamos por el tejado no va a haber nada para sostenerla. Con la educación sucede lo mismo,si queremos una base sólida, debemos empezar a construirla cuanto antes

, de abajo hacia arriba o, lo que es lo mismo, desde que los niños son muy pequeños. Todos los niños tienen necesidades especialesTodos los niños tienen necesidades especiales porque

cada niño es único.

Desde el ritmo de aprendizaje hasta el modo de expresar las ideas, las emociones y los sentimientos. Todo en un niño es personal e intransferible. Es necesario dar amor y respeto en grandes cantidades a los niños. Es necesario escuchar sus ideas, sus locuras y sus sueños. Cerrar los ojos y deslumbrarnos con sus palabras y con sus aspiraciones. Compartir

El primer paso, sin duda, es dedicar TIEMPO.Esto significa mantener la calma en una birra, ayudar a lidiar con las emociones, ofrecer estrategias para controlar las emociones, jugar con ellas, insertar la creatividad en sus vidas y, finalmente, fomentar los sueños de los niños.

Educar sólo se aprende educando. Esto parece obvio y, por eso, necesitamos prestar mucha atención para no creer en creencias falsas. No sabemos todo y, naturalmente, no todo lo que "intentamos" hacemos en el momento adecuado (tanto para ellas como para nosotros mismos) o en la intensidad adecuada. Aquello de "yo sé la teoría, pero en la práctica es diferente" es un escudo que usamos, una barrera que nos limita a la hora de abrir nuestra mente y darnos cuenta de que tal vez no estemos empleando todo el empeño que deberíamos cuando queremos cambiar algo en nuestro estilo de creación. Sin embargo, sin desviarnos del tema central de este artículo, debemos destacar que el pilar esencial de la educación es dar alas a nuestros hijos para que ellos realicen sus propios sueños.

Si los limitamos con frases y actitudes del tipo: "eso es muy difícil para usted", "si usted continúa en ese camino, se convertirá en un delincuente", "no haga de su manera, haga lo que digo", etc., vamos a crear niños inmóviles, indefensos, conformistas y sin aspiraciones.

Conservar y fomentar los sueños de los niños

Si damos esperanza, los niños tendrán esperanza. Si confiamos en ellas, e incluso dejamos que tropiezan, ellas van a aprender nuevas estrategias. Con nuestro miedo irracional, vamos a conseguir generar ansiedad la desconfianza en sí mismo. Haremos que los niños se vuelvan frágiles y quebrantados, las transformemos en quienes no son, o mejor, en quienes no quieren ser. Ese es un precio muy alto que no pueden pagar, pues se convertirá en un valor al alza en sus vidas. Por eso, la única caja de cristal que los niños necesitan conservar en la fase en que están es la caja en que depositan sus sueños, las creencias sobre sí mismas, la autoestima que tienen. Es a esa caja que ellas podrán aferrarse cuando algo vaya mal, o sea, cuando se encuentren con las barreras propias del ambiente.

Porque esas barreras son las únicas que no podremos eliminar de su camino, las barreras van a estar ahí presentes aunque odiamos la existencia de ellas. Por eso la infancia es el momento más importante de la vida, porque en esa fase no hay suspiros cuando se piensa en algo imposible.

Es en esta fase que no hay nada que nos impida, una fase en la cual sus cualidades son suyas y de nadie más, en la cual usted no se mira en el espejo comparándose con la persona al lado, en la que si usted admira a alguien es por causa del heroísmo de esa persona. Así,ayude a los niños a descubrir sus cualidades todos los días, pregunte a ellos cuál fue el momento del día que más le gustó, su deporte preferido, las actividades en las que se dan bien. Haga que se sientan importantes, enséñeles a recortar, a dibujar, a modelar masilla. Deja que se entusiasmen, que aprendan que tienen mucho que contribuir, aunque sean "pequeñas". Y, para que crezcan, muestre a ellas mil y una manera de hacer las cosas, de controlar la rabia, de compartir los disgustos y las alegrías.

No dejes que los niños se vayan a acostarse sin antes haber hablado de ellas cosas maravillosas sobre sí mismas, sin antes destacar sus cualidades más agradables. No deje de fomentar los sueños de los niños, de valorar sus conquistas, de comunicarse con ellas. Gane tiempo, gane calidad, porque podemos garantizar:

es más fácil crear un niño fuerte que recuperar un adulto despedazado.